Patrimonio de la humanidad de la UNESCO: Un viaje por Alemania

Que incluyan un monumento en la lista de patrimonio cultural o natural de la humanidad de la UNESCO es siempre un motivo de celebración. Al fin y al cabo, esto implica estar al mismo nivel de lugares de la talla del Parque Nacional de Yellowstone en EEUU o el Taj Mahal en la India. En Alemania existen actualmente 37 monumentos que han logrado formar parte de esta insigne lista. El Deutsches Architekturmuseum (Museo Alemán de Arquitectura) les dedica una muestra, invitando a un "viaje" por las diferentes regiones de Alemania.



Algunos de estos lugares han sido catalogados con un "certificado de calidad", tales como la catedral de Colonia, la iglesia de Wies en Bavaria o la Isla de los Museos en Berlín. La mayoría son conocidos desde hace algún tiempo, mientras que otros aún esperan ser descubiertos por un público más amplio. Por este motivo, la muestra Patrimonio de la humanidad de la UNESCO: Un viaje por Alemania (UNESCO-Welterbe – Eine Deutschlandreise), en el Museo Alemán de Arquitectura, busca despertar la curiosidad del visitante, ilustrando a través de fotografías, textos fácilmente comprensibles y objetos característicos los 37 monumentos de la UNESCO en Alemania. Entre éstos no sólo se encuentran iglesias y monasterios, castillos y palacios, jardines y paisajes naturales, sino también cascos antiguos y testimonios arquitectónicos de la industrialización. La muestra no sigue ningún orden cronológico ni geográfico, sino que presenta de forma muy variada diferentes facetas del tema del patrimonio de la humanidad. La presentación se complementa con información sobre los lugares, además de las medidas de recuperación y desarrollo implementadas en cada uno de ellos.

Una vivaz puesta en escena del patrimonio cultural



La exposición se llevó a cabo siguiendo un concepto artístico muy simple y guiado por el principio del periodismo de viaje: la curadora de la muestra, Karen Jung, encargó a diferentes autores para que visitaran cada uno de los lugares patrimoniales. A partir de estos viajes, los autores plasmaron en textos e imágenes su encuentro personal con el lugar. Junto a sus impresiones, los autores trajeron souvenirs, como un gesto que manifiesta el carácter turístico de los lugares patrimoniales.



Esta última dimensión no debe subestimarse, puesto que el turismo de patrimonio de la humanidad se ha transformado en un segmento propio en el mercado. A la ciudad franca de Bamberg, por ejemplo, cuyo casco histórico forma parte de la lista de la UNESCO desde 1993, el "valor agregado cultural" le aporta un enorme aumento en el número de visitantes. El turismo genera crecimiento económico. Sin embargo, el aumento de los visitantes también pone en riesgo el patrimonio. El frágil ecosistema de las aguas bajas del Mar del Norte (Wattenmeer), declarado patrimonio natural de la humanidad, es un buen ejemplo de las dificultades para encontrar el punto de equilibrio entre la conservación y la utilización de un espacio determinado con fines turísticos.

Construir en lugares patrimoniales



A través de su "Programa de Inversión para para el patrimonio nacional de la humanidad de la UNESCO", el gobierno central alemán subvencionará , entre 2009 y 2014, el desarrollo y la protección de los lugares patrimoniales en Alemania con una suma de 220 millones de Euros. Esto significa, principalmente dedicar el dinero a la restauración y a la conservación . Sin embargo, no es suficiente, puesto que un lugar patrimonial no es un objeto momificado, sino que forma parte de una ciudad o una región además de estar integrado en las transformaciones dinámicas generadas a partir de los cambios técnicos y económicos del presente.



Los lugares patrimoniales se mantienen vivos solo si se siguen desarrollando como un elemento integrado en una planificación urbana y regional sostenible. En monumentos como la Catedral de Speyer o las construcciones de la Bauhaus en Dessau y Weimar, la sola ubicación de los objetos facilitó el proceso de su desarrollo a través de una integración espacial. Ideal sería si se pudiera vincular la conservación histórica sin alterar el uso actual de estos espacios.

Sobre esto último, cabe mencionar el monasterio medieval de Maulbronn en el estado de Baden-Württemberg, que sigue funcionando como colegio e internado hasta el día de hoy . En casos como los del convento de Lorsch, que todavía tiene que luchar por construir su identidad como lugar histórico, o de un frágil monumento industrial como el Völklinger Hütte, resulta más difícil diseñar estrategias para un desarrollo futuro. En este rubro se encuentran las ciudades de Stralsund y Wismar, que se levantan como ejemplos vivientes de las ciudades hanseáticas del siglo XIV. Sin embargo, en lo que fue la Alemania oriental, con una estructura poco desarrollada, hace falta capital humano y económico para darle vida a una propuesta museológica que destaque el patrimonio.

Un seductor guía de viaje



La exposición busca sobre todo encantar y seducir a los visitantes para fomentar del turismo cultural. La muestra cumple con su objetivo:Durante el recorrido , uno tiene el deseo de iniciar un largo viaje de descubrimiento por todos los lugares patrimoniales en Alemania . Un compañero de viaje ideal es la publicación sobre la exposición: a partir de de artículos llenos de atmósfera y fotos subjetivas, se narran la historia y losrelatos acerca de los lugares elegidos para su conservación. Allí se menciona la belleza y la magia que nos ofrecen los paisajes vírgenes, además de ofrecernos una visión nostálgica de un pasado lejano en el que "la política se sentía responsable de la hermosura". Cualquier viaje vale la pena para ver tanta belleza.

„UNESCO-Welterbe – Eine Deutschlandreise“ ("Patrimonio de la humanidad de la UNESCO: Un viaje por Alemania") Exposición en el Museo Alemán de Arquitectura (Deutsches Architekturmuseum) hasta el 26 de mayo de 2013. Catálogo: UNESCO Welterbe. Eine Deutschlandreise (Patrimonio de la humanidad de la UNESCO. Un viaje por Alemania), Ed. Paul Andreas, Karen Jung, Peter Cachola Schmal. Kehrer-Verlag, Heidelberg 2013. 264 páginas, 216 imágenes, precio en librerías 34,80 Euros, precio en el museo 29,90 Euros.