Reconstruyendo los signos que la dictadura arrebató
Esta percepción o mirada generacional a la cual pertenezco, se aventura en prácticas escénicas en donde la memoria o la dictadura se manifiestan en la borrosidad, en aquello que esta más fragmentado, más roto, en la cual las estructuras también caen, estructuras a nivel de texto o de índole formal en relación al lenguaje. Es así como ciertos los ideales que uno pretende ver de la imagen también caen, me refiero a ideales de imágenes compuestas dictadas por la hegemonía o por el deber ser.
Entonces en esta práctica estamos constantemente tratando de construir un cuerpo que esta fragmentado, por eso las estructuras son fragmentarias. También estamos buscando una imagen que es totalmente espectral que no existe, que tiene que ver precisamente con el concepto de la desaparición, que es un concepto latente en la sociedad chilena. Es por ello que trabajamos mas desde el lugar de la abstracción y en algún punto desde lo simbólico, que desde el lugar de la memoria.
La memoria deviene en escenificación, y en ese encuentro de formas evocativas emergen signos que son coros, coreografías y espejismos de algo que se perdió, son imágenes de alta carga subversiva que se dejan ver como una huella o consecuencia de algo que se cortó, de algo que se eclipso abruptamente en la historia. Actualmente mi trabajo es un intento por encontrar una imagen originaria que se supone está perdida, por encontrar una imagen que fue robada, alterada y creo que todos esos intentos se traducen a la hora de escribir una escena en un espacio en donde no hay nada, solo fantasmas que resuenan en la escena espectral.
Finalmente la practica escénica es algo que también llevo al espacio académico de nuevos creadores y en ese espacio las generaciones actuales también han puesto el interés en la imagen, en la lectura de los signos y los sistemas mas evocativos e irracionales de las artes escénicas que el mundo concreto del texto. Este síntoma refleja claramente que hay una búsqueda identitaria y un intento por encontrarse reforzando la idea de que una dictadura es una violación y un robo de la identidad.