Desde mediados de Junio ya es posible asistir a ambas secciones de Documenta, tanto en Atenas como en Kassel. De esta forma, es posible entender el ejercicio de traslape y diálogo construido entre ambas localidades. Obras de arte, seminarios, parlamentos, y por sobre todo turistas, viajando entre ambas localidades con el fin de unificar ambas secciones y comprender el proyecto curatorial. Esta fue desde el inicio parte de la propuesta del equipo de curadores de esta versión, liderado por Adam Szymczyk, donde se invitó a un grupo de más de 160 artistas a disponer de una sola obra pero dispuesta en dos lugares.
© Raúl Hott
Esta posibilidad de traslape de ambas partes es de tiempo limitado, ya que en dos semanas la sección de Atenas cierra finalmente el proceso iniciado en Septiembre del 2016, quedando así solo disponible la sección de Kassel. Siguen surgiendo polémicas, fuertes críticas y gran resistencia de la escena local griega, donde incluso se ha hablado de impulsar un “turismo de crisis” por parte de la organización, aludiendo a promover una cruzada humanitaria en un país que experimenta un nuevo tipo de tragedia.
Una de las obras más fuertes de la muestra en Atenas, y que retrata y cuestiona específicamente estas tensiones es el video “Glimpse” (Vistazo) de Artur Zmijewski, artista y activista polaco. Zmijewski fue representante del pabellón polaco en la Bienal de Venecia y el curador para la séptima versión de la Bienal de Berlín, recordada como la “bienal activista” o “Occupy Biennale”, la cual como toda previa y posterior edición, no estuvo exenta de crítica. Los proyectos artísticos y curatoriales de Zmijewski ejemplifican y sintetizan de buena forma su fuerte compromiso ético-social. Además de trabajar con video, desarrolla experimentos sociales donde activa situaciones que se desarrollan de acuerdo a las dinámicas que establecen los participantes.
Entendiendo las olas de hostilidad en contra de extranjeros y refugiados, la respuesta del polaco es rotunda. La primera parte del video toma lugar en el campo de refugiados de la ciudad y puerto de Calais al norte de Francia. Los refugiados llamaban a este lugar como “The Jungle” (La selva). Este campo estuvo abierto hasta Octubre del 2016 y se calcula que dio hospedaje a más de 10.000 personas, la mayoría alojando en carpas o construcciones ligeras de madera. Toda la madera al interior de este campo fue ingresada por activistas, y el campo de organizó en diferentes “barrios” por nacionalidad: afganos, sirios, pakistaníes, etc.
Al momento del cierre de este campo, se ofreció a los refugiados la posibilidad de tener una asamblea a las afueras de este con la intención de tener alguna injerencia en su próximo destino. Finalmente se les envió en buses a otros albergues temporales en Francia. La mayoría de ellos tuvo que dejar todo lo que tenían en los campos, ropa, maletas y comida, y viajar simplemente con lo puesto. La mayoría de ellos fueron re-asignados en albergues cercanos, algunos lograron llegar a París, y otros fueron deportados. Diversas son las versiones en cuanto las razones de la “desaparición” de este campo, entre las cuales se postula que correspondió a una estrategia propulsada por una de las campañas presidenciales con el fin de esconder el problema.
“Glimpse” es sumamente perturbador y desconcertante. Tras mostrar diferentes tomas de los interiores de las carpas y construcciones, se muestra el desalojo de los refugiados, y la posterior destrucción del campo por máquinas excavadoras. Para los que están familiarizados con visitar tomas o participar de la construcción de media-aguas en Chile, las imágenes que presenta Zmijewski son sumamente comunes. Y representan la precariedad máxima.
Es común ver en su trabajo la re-asignación y juego de roles que retratan sistemas de poder, es decir, relaciones entre prisioneros y guardias, entre víctimas y opresores, entre cuerpos sanos y cuerpos discapacitados, etc. Zmijewski se graba a sí mismo (encarnando al hombre blanco y las autoridades Europeas) regalando botas y chaquetas para el frío a los refugiados. La escena inquieta y perturba en lo crudamente irónica que puede llegar a ser. De la misma forma, marca con pintura blanca una cruz en la espalda de uno de ellos. La misma acción es repetida al pintar de blanco la cara de un refugiado africano.
© Raúl Hott
Zmijewski pone en evidencia la obsolescencia de las coreografías de ayuda, que ONGs y diferentes políticas internacionales, acostumbran a utilizar sin lograr un cambio real. La ayuda puede ser una forma sostenida de violencia. Diferentes rescates y estrategias paliativas poseen ideologías internas que pueden ser un sistema colonizador, discriminador y opresor a la vez. Mientras no existan soluciones conscientes a esta crisis, las vidas de los refugiados continúan experimentando trauma y violencia pese a estar pisando tierra “firme”. El artista adelanta y presume lo que Occidente replicará y perpetuará en diferentes formatos de “ayuda” frente la crisis de refugiados.
La agudeza y eficacia de “Glimpse” reside en cómo muestra la propia imposibilidad humana de ver con claridad el problema, o todos nuestros problemas a nivel global. La incapacidad de resolver y de poder vivir a la par, sabiendo que existe desigualdad y sufrimiento sin ser atendido. Lo perturbador de “Glimpse” no tiene que ver con la crudeza con que muestra la realidad en campos de refugiados, sino en observar nuestras propias torpezas y limitaciones al momento de prestar ayuda.