El mundo de los libros
Leer en tiempos caóticos
Retrospectiva y perspectiva de la producción literaria de 2023
De Katharina Teutsch
El año del libro 2023 estuvo marcado por nuevos escenarios de guerra, luchas culturales y extremos ideológicos, también en la política interior alemana. Las elecciones en el estado federado de Hesse, en el oeste de Alemania, acababan de darle una enorme cantidad de votos al establishment populista de derecha. En Ucrania, la guerra está haciendo de nuevo estragos en Europa desde hace casi dos años. Y cuando la Feria del Libro de Fráncfort otorgó el Premio del Libro Alemán en la noche del 15 de octubre de 2023, el ataque de Hamás contra Israel tenía apenas poco más de una semana de haber sucedido. Sería deshonesto afirmar que los hechos no influyeron también en el trabajo del jurado en su fase final, es decir, en la determinación del libro ganador.
Quizás más que en otros años, se discutió la tarea fundamental de los premios literarios nacionales. ¿Cuál es la razón de ser de un premio literario? ¿Hasta qué punto se le puede politizar mediante la selección del ganador o de la ganadora? Además del examen de la calidad estética y la originalidad narrativa, ¿es lícito querer “asumir una posición” a través de los resultados del proceso del jurado (semifinalistas, finalistas, título ganador)? ¿Y qué significa esto para los muy buenos títulos de narrativa que, a primera vista, pueden no expresar una opinión sobre el presente? Estas son preguntas legítimas que cada generación de jurados trata de manera diferente. Incluso si al final tiene que haber un libro ganador, la selección de semifinalistas y de finalistas representa esta conversación sostenida entre libros y entre gente de libros. Este año varias cosas llamaron la atención acerca de esta conversación.
La tendencia de la “literatura sobre la migración” parece estar disminuyendo un poco. Sin embargo, esto no va en detrimento de la cuestión de la migración. Más bien, lo que sucede es que la visión de la migración se ha ampliado y ahora se entiende más universalmente. Y lo hace a través de diversas variedades de narración autoficcional, misma que todavía goza de una fuerte presencia. Las novelas de Sylvie Schenk, Necati Öziri, Anne Rabe, Wolf Haas y Angelika Klüssendorf (así como Kim de l'Horizon del año pasado) cubren un espectro más amplio de indagación de los orígenes que hace unos años. La migración desempeña un papel decisivo en todos los textos. Migración de Francia a Alemania en el caso de la novela sobre la madre de Schenk, “Maman”. Migración de Turquía a Alemania en el caso de la novela “Vatermal” (La marca paterna), de Öziri. Angelika Klüssendorf y Anne Rabe investigan la migración de personas dentro de las diferentes Alemanias. Desde varios sistemas de injusticia (fascismo alemán y socialismo de la RDA) hasta la RFA posterior a la Reunificación con sus excesos xenófobos de violencia en la década de 1990. También se encuentran aquí textos más experimentales, como “Birobidzhan”, de Tomer Dotan-Dreyfus, una novela lúdica sobre un óblast autónomo en la frontera con China, que Stalin destinó brevemente a los judíos del Este.
© Fischer, Haas, Öziri, Schachinger
Me resultó emocionante y gratificante darme cuenta de que este año un segundo autor israelí logró conquistar los corazones de los jurados de los premios de literatura alemana. Con Tomer Gardi (“Eine runde Sache”, Una cosa perfecta, Droschl Verlag), ganador del Premio de la Feria del Libro de Leipzig de 2022, la literatura alemana contemporánea se enriqueció con la perspectiva y el lenguaje de un judío israelí que vive en Alemania. Todo confluyó aquí: la historia literaria judía y el ingenio judío, la historia cultural germano-judía, la originalidad lingüística en el campo de tensión entre el hebreo, el yiddish y el alemán, una presencia de ánimo impresionante en el diálogo y los escenarios
© Präauer, Rabe, Schenk, Sterblich
Sin embargo, esta Feria del Libro no sólo estuvo bajo una gran presión en términos de política exterior. Anteriormente, se habían librado feroces batallas en el campo de la interpretación histórica nacional. En vísperas de la feria, Anne Rabe (“Die Mögilchkeit von Glück”, La posibilidad de la felicidad) y Charlotte Gneuß (“Gittersee”, El barrio de Gitersee) provocaron una polémica con sus libros sobre la manera adecuada de juzgar a la RDA y el subsecuente período de Reunificación. Las polémicas se dirigieron principalmente al enfoque literario “adecuado” de los autores y las autoras más jóvenes. Las interrogantes que plantearon los escritores de más edad de tiempos de la RDA y la Reunificación fueron las siguientes: ¿Cómo se puede o se debe recordar “correctamente” a la RDA y sus secuelas en los violentos excesos de los años posteriores a la Reunificación (los “años de los bates de béisbol”)? ¿Quién dejó atrás la RDA y con qué antecedentes familiares? ¿Cómo deberían investigarse hoy con más detalle los enredos de las familias leales al sistema con las familias disidentes, y con qué propósito? ¿Qué tiene que ver todo esto con la abrumadora popularidad de un partido populista de derecha en los nuevos estados federados? Un número notablemente grande de libros este año trató sobre las relaciones madre-hija, a menudo con el tema del origen en el bagaje narrativo: Anne Rabe, Angelika Klüssendorf, Charlotte Gneuss, Necati Öziri y Terézia Mora ajustan cuentas con madres egocéntricas o abrumadas, y a veces sádicas. En su encantadora novela sobre la mayoría de edad, Elena Fischer (“Paradise Garden”) inventa a una madre heroica que, desde su posición como madre soltera, lucha por una actitud de vida positiva en una urbanización social, y Wolf Haas (“Eigentum”, Propiedad) reflexiona sobre las condiciones de vida de su madre, fallecida a edad avanzada, quien, debido a sus vivencias infantiles de los años de inflación, interiorizó la pobreza y el ahorro.
© Gardi, Gneuß, Dotan-Dreyfus
Por último, me gustaría decir algo sobre el estilo literario que, en nuestra calidad de jurados, nos atrajo y convenció este año. Muchos de los libros que hemos seleccionado celebran una forma excepcional de comicidad. Las historias trágicas de la vida se transmiten bajo la apariencia de lo cómico y así se convierten en joyas de lo tragicómico. De esta manera, el Premio del Libro de este año evita cualquier peligro de moralización unidimensional. Esto es especialmente cierto para los libros de Tomer Dotan-Dreyfus, Necati Öziri, Benjamin von Stuckrad-Barre, Teresa Präauer, Ulrike Sterblich, Elena Fischer, Wolf Haas, Tonio Schachinger y Tim Staffel, que tratan sobre los desequilibrios sociales y, al mismo tiempo, los comentan de manera cómica. El libro de Struckrad-Barre trata sobre el sexismo estructural en las empresas de medios de comunicación; el de Öziri, sobre el racismo como la razón del fracaso de la integración cultural; el de Dotan-Dreyfus, sobre las perspectivas judías en la diáspora. En el caso de Präauer, se trata de los espectáculos burgueses en torno a la distinción; en Sterblich, de los abismos de las redes sociales; en Fischer, del clasismo, y en la novela de alto octanaje sobre el barrio berlinés de Kreuzberg, de Staffel, se abordan varios de estos temas. Tonio Schachinger ha logrado la hazaña de escribir una novela educativa y austriaca en la tradición bernhardiana, al mismo tiempo de una gran contundencia analítica y extremadamente divertida. En muchos de los títulos seleccionados el humor no es sólo el combustible de la narración, sino también la expresión de una relación simpática y no dogmática con el mundo, que nos ha impresionado en estos tiempos agitados y también nos ha dado nueva energía como antídoto contra la apatía rampante.