Rich Kids of Literature
Provocación y estética performativa
Salvar la literatura contemporánea: eso es lo que el colectivo berlinés “Rich Kids of Literature” se ha propuesto hacer. Desde 2016, el colorido grupo de escritores, autores y estudiantes ha estado agitando la escena literaria alemana, con un espectáculo de literatura, una editorial independiente y con mucho interés por parte de las redes sociales.
De Simon Sahner
La mayoría de los escritores en Alemania no son ricos, por el contrario, a menudo viven en condiciones precarias. Por eso, tanto más provocativo resultó en un principio cuando, hará unos cinco años, un grupo de jóvenes bajo el nombre de “Rich Kids of Literature” (RKOL) llamaron la atención sobre sí mismos en el negocio literario. Con tanta voluntad y energía para escenificar como sus homónimos –los “Rich Kids of Internet”– posaron y publicaron en Instagram, pero en lugar de fotos de coches y yates de lujo usaron fotos de libros estilizados y de cosas vagamente literarias.
Puesta en escena en la bohemia urbana
El grupo, con una conexión más bien laxa entre sus miembros y cuyos representantes más conocidos son los editores y redactores Katharina Holzmann, Sascha Ehlert y David Rabolt, así como los escritores Charlotte Krafft y Leonhard Hieronymi, era, por lo tanto, sobre todo una cosa en ese momento: visible. La puesta en escena como colectivo en una bohemia urbana abarcó desde la mencionada cuenta de Instagram hasta la creación de playeras tipo polo y chaquetas bomber con su propio escudo de armas. Esto inicialmente resultó en una imagen bastante vaga de una agrupación literaria, cuya aparición en las redes sociales se diseñó para la provocación y la atención y se caracterizó por una estética hedonista. En sus inicios, la literatura fue sólo el marco.
Sólo a segunda vista se da uno cuenta de que no sólo ofrecen una representación de la literatura, sino que también la hacen. Ehlert y Holzmann dirigen la revista Das Wetter desde 2013, junto con Rabolt fundaron la editorial Korbinian en 2015, y el grupo presenta con regularidad una serie de lecturas, que le otorgan visibilidad a la literatura en Berlín. Mientras tanto, también tienen ya novelas e historias que se toman en cuenta fuera de su propia escena, por ejemplo, de Leonhard Hieronymi (In zwangloser Gesellschaft, 2020), Charlotte Krafft (Die Palmen am Strand von Acapulco, sie nicken, 2020) y en el círculo más amplio, también, de Joshua Groß (Flexen in Miami, 2019). Las publicaciones de la editorial Korbinian, por ejemplo, “Die Palmen am Strand von Acapulco, sie nicken” de Charlotte Krafft, ahora también se toman en cuenta fuera de la escena. | Foto: © Captura de pantalla de la página de la editorial Korbinian (2.6.2021)
Manifiesto del ultrarromanticismo
Aparecer como un grupo que crea identidad y genera atención a través de una estética performativa fue un medio probado de la vanguardia histórica, para sobresalir en un campo tan confuso como el literario. En consecuencia, en sus primeras reacciones, los suplementos culturales también establecieron una conexión con los movimientos de vanguardia de principios del siglo XX. Surgió la impresión de una nueva corriente literaria, que quería oponerse a una “prohibición no oficial del éxtasis” en la literatura alemana contemporánea a través de “más acción, audacia, diversión y poesía” (Süddeutsche Zeitung).
El hecho de que esta percepción como un movimiento en el espíritu de las vanguardias históricas fue bastante intencional se muestra en el Manifiesto Ultrarromántico de Hieronymi (2017), que no es oficialmente el documento fundacional de los RKOL, pero que se posiciona y se percibe de esta manera. Con el ultrarromanticismo, el autor quiere establecer un “nuevo movimiento literario que pretende salvar la literatura contemporánea en lengua alemana”. El manifiesto esboza en 20 puntos un programa literario cuyo núcleo resulta ser una combinación estética de ciencia ficción y romance: “El ultrarromántico es la variante romántica del cyberpunk”, dice. Los autores del ultrarromanticismo son “turistas que fotografían viejos castillos y starfighters al mismo tiempo”
Igualmente, el hecho de que todo esto siga una noción estética aproximada que se alimenta de motivos del Romanticismo, la literatura distópica y sus correspondientes películas, en lugar de formular una poetología concreta, es bastante intencional. A la crítica de que el manifiesto rico en referencias era principalmente un malabarismo de prestigiosos términos de tradiciones y teorías literarias, el grupo reaccionó en Instagram con una confirmación consciente –quizás irónica– de la acusación: Su horizonte educativo no va más allá, afirmaron.
En consecuencia, los motivos invocados también se muestran de manera bastante laxa en los textos literarios. En Flexen in Miami, Joshua Groß diseña una distopía que oscila entre la realidad analógica y la realidad virtual, creando un ambiente sombrío y húmedo en el pantanoso paisaje de Florida. El alter ego de Hieronymi viaja en In zwangloser Gesellschaft a través de una Europa impregnada de oscuras anécdotas del siglo XX, y los mundos ficticios de Charlotte Krafft en Die Palmen am Strand von Acapulco, sie nicken brotan de imágenes arcaicas, distópicas y como de cuentos de hadas.
Provocación: misión cumplida
El foco de atención es ahora la editorial Korbinian, en la que se publican cada vez más libros que también llaman la atención en los suplementos culturales establecidos; además del volumen de Charlotte Krafft, en especial la novela Taxi (2019), de Cemile Sahin. Y los otros autores mencionados también se han consolidado en el mundo literario con publicaciones en editoriales tradicionales, y ya se les enumera junto a escritores exitosos y respetados, como Leif Randt (Allegro Pastel, 2020) y Jakob Nolte (Kurzes Buch über Tobias, 2021).
Desde hace algún tiempo, poco se ha oído hablar de los “Rich Kids of Literature” en sí. La cuenta de Instagram indica que existió en “2016-2020”, y no se le utiliza desde septiembre de 2020. Pareciera como si la provocación y la estética performativa hubieran cumplido su misión. Los “Rich Kids”, aparentemente, han hecho su entrada al mundo literario.