Restauración sostenible
Preservar el patrimonio cultural
Un grupo de investigadores mexicanos encontró en el conocimiento y las tecnologías tradicionales de los pueblos originarios de México una alternativa para conservar e intervenir bienes culturales de forma ecológica y ambientalmente responsable.
De Lilian García-Alonso Alba
A lo largo de la historia, las tecnologías tradicionales han proporcionado alternativas sostenibles a nivel local en las prácticas de conservación de objetos de uso común, culturales y rituales. Sin embargo, a pesar de los beneficios que pueden brindar los conocimientos autóctonos y las tecnologías naturales basadas en el aprovechamiento de plantas, el uso de estos recursos es escaso en el campo de la conservación del arte.
La intervención, conservación y almacenaje de colecciones de materiales textiles, pintura de caballete, esculturas de madera, instrumentos musicales, documentos y material etnográfico resguardados en museos o colecciones particulares, en su mayoría, dependen de productos químicos industrializados y derivados del petróleo de manera extensiva. Estos a menudo son ineficaces, riesgosos para la salud humana y nocivos para el medio ambiente cuando, por ejemplo, no se cuenta con sistemas de manejo de desechos tóxicos que eviten la contaminación de ríos y tierras de cultivo.
Por suerte, existen esfuerzos incipientes y localizados para recolectar, investigar y utilizar selectivamente algunos métodos y materiales tradicionales basados en plantas para la preservación de objetos en el sudeste asiático, India y México.
Los conocimientos tradicionales se investigan y adaptan científicamente
En México, particularmente, estos esfuerzos se reflejan en la conformación del Laboratorio de Tecnologías Tradicionales y Sostenibilidad para la Conservación del Patrimonio Cultural (Tectrad) de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) en la Ciudad de México. El Tectrad es pionero en el campo académico mexicano al enfocarse en la investigación y conservación de tecnologías tradicionales y materiales naturales y promover su uso para la restauración del patrimonio cultural desde una perspectiva sostenible.En las instalaciones del Tectrad existe un invernadero, donde se cultivan especies de plantas productoras de mucílagos, saponinas y compuestos aromáticos. Estos luego se pueden transformar en adhesivos, jabones y alternativas naturales y no tóxicas para la mitigación de insectos y la intervención de objetos culturales. Se trata de materiales endémicos mexicanos tradicionales, que forman parte de nuestro patrimonio bio cultural, y han sido utilizados desde siglos antes de la conquista española: agaves para lavar indumentaria y cuerpo, bulbos de orquídea y nopales empleados como adhesivos y consolidantes, y hiervas en sahumadores para repeler insectos.
Siguiendo la tradición de uso de estas plantas, en el Tectrad adaptamos las tecnologías tradicionales bajo un rigor científico. Así, por ejemplo, estudiamos y caracterizamos el mucílago de orquídeas como adhesivo de maderas y consolidante de textiles; evaluamos la limpieza en algodones y sedas con saponinas obtenidas de agaváceas; también examinamos las propiedades del mucílago de nopal como agregado a morteros de tierra, y recientemente trabajamos la aplicación de hidrolatos de flores endémicas para el control de plagas en textiles y maderas arqueológicas.
Preservación del patrimonio cultural intangible
A partir del cultivo y estudio de estas plantas, actualmente se está desarrollando un sistema auto sustentable de producción en el invernadero, al cultivar ejemplares de plantas productoras y, por medio de su reinserción ecológica, aprovechar su uso y valoración como patrimonio bio cultural mexicano. La idea también es identificar materiales naturales en piezas prehispánicas para que sus productos derivados puedan utilizarse en intervenciones de conservación de diversos bienes culturales.El estudio de estos materiales y métodos no solo ofrece una alternativa sostenible para el tratamiento del patrimonio cultural en general, sino que a su vez, promueve el cuidado del patrimonio inmaterial y de las prácticas tradicionales. Finalmente, la preservación y aplicación de las tecnologías tradicionales tiene un impacto directo en el rescate del patrimonio bio cultural porque propicia el empleo de materiales mexicanos, orgánicos y no tóxicos, y además refuerza y defiende un enfoque holístico y comunitario.