Jeanine Meerapfel
"Una historia de nunca acabar"
Querido Goethebuenosaires:
¡Te saludo y te felicito por haber cumplido 50 años! No son muchos, realmente. Sobre todo si considero que, de ellos, hace casi cuarenta años que somos amigos. Todo empezó con mis viajes con un paquete de films de mujeres, que mostramos en varias ciudades latinoamericanas y en tu casa. Luego, siempre fiel, mostraste mis películas. E hicimos discusiones y simposios. Más importante que nadie para nuestra amistad fue la incansable luchadora cultural Gabriela Massuh, una hermana del alma. Fue ella la que me pidió que hiciera un seminario de cine con estudiantes de cine, del cual nacerían varios cortos y la película Desembarcos, que se convirtió en un grave documento sobre los tiempos post-dictadura de la Argentina. Más tarde, Gabriela me invitó a ir al norte, a Mosconi, a hacer un seminario de documentales. Más que enseñar fui yo la que aprendí realidades y verdades del desempleo y de la lucha de los trabajadores por una vida digna. Y también quedaron de esa época algunos documentos fílmicos, entre ellos Mosconi. O a quien le pertenece el mundo. Mi relación contigo, querido Goethebuenosaires, no termina allí. Es –como en las verdaderas familias– una historia de nunca acabar. ¡Te deseo salud y muchos años más!