En febrero llegó a los cines alemanes la película “Colonia Dignidad”. Incluso tuvo impacto en la diplomacia alemana, que modificó su política sobre Colonia Dignidad. El director Florian Gallenberger enfatiza por qué le era importante narrar esta historia.
Foto: Mathias Bothor
En el Festival Internacional de Toronto 2015 tuvo su estreno:
Colonia Dignidad llegó a la pantalla grande después de muchos años de investigación sobre la secta alemana radicada en el sur de Chile, donde hubo múltiples transgresiones de los derechos humanos contra alemanes y chilenos. La película es una historia de amor en medio de un
thriller, y que tiene un elenco internacional al mejor estilo de Hollywood. Daniel Brühl es un fotógrafo alemán que resulta detenido después del golpe militar contra el Presidente Allende en 1973 y es llevado a la Colonia Dignidad; Emma Watson es su polola, que como figura fuerte de la cinta intenta rescatar a su amado desde la Colonia. Y el jefe de la secta, Paul Schäfer, es encarnado por Michael Nyqvist, quien quita el aliento y logra los mejores momentos del filme.
El tema de Colonia Dignidad ya fue filmado por el chileno Orlando Lübbert en 1985, y su película se exhibió por la televisión germana (ARD) en 1988. Pero desde entonces era poco frecuente verlo en la pantalla grande como ahora. El director Florian Gallenberger relata por qué quería hacer esta película en nuestra época.
¿Cómo y desde cuándo surgió su interés por Colonia Dignidad?
Desde niño ya había oido acerca de Colonia Dignidad. En la escuela básica teníamos una profesora que nos mostró un reportaje televisivo sobre Colonia Dignidad y recuerdo muy bien que me sentí increíblemente conmocionado y también furioso por lo que acababa de ver.
¿Por qué eligió esta estructura narrativa para su película?
Durante mucho tiempo estuvimos analizando cuál era la forma correcta de contar esta historia.
Siempre me resultó importante que la película llegue a la mayor cantidad posible de público, y por eso me decidí por un
thriller con una potente historia de amor. Quería hacer una película que atrapara completamente a la audiencia hasta hacerle olvidar el real trasfondo histórico, sino que más bien sientan que están en el cine y ven una película. Recién al final se le recuerda al público que la película se basa en hechos reales; la mayoría queda entonces conmovida y con ganas de averiguar más. Justamente eso me es muy importante, que la gente desarrolle el impulso de seguir investigando por su cuenta algo más sobre el tema Colonia.
¿Cuánto tiempo duró la investigación para la película? ¿Cuáles fueron sus fuentes más relevantes?
La investigación en total nos tomó varios años. Fui a Chile varias veces y pasé tiempo en la Colonia Dignidad, o Villa Baviera, como se llama ahora. Las conversaciones con los miembros de la secta o con ex miembros fueron una de las fuentes más relevantes para mí. Pero también otras personas que se han dedicado al tema.
En los créditos noté que aparecen varios chilenos, como Orlando Lübbert y Luis Peebles. ¿Cuál es su relación con ellos, y qué otros chilenos participaron en el proyecto?
El cineasta Orlando Lübbert me apoyó mucho y me conectó con muchas otras personas que podían darme información de la Colonia. Entre ellos por ejemplo Luis Peebles, que en aquel entonces como detenido político fue torturado en la Colonia. También Hernán Fernández, Niels Biedermann, Jan Stehle y muchos otros que fueron importantes apoyos en el proyecto.
Al final era importante hablar con muchas personas diferentes para hacerse una imagen. De todas formas el apoyo de los jóvenes que fueron miembros de la secta fue el más relevante de todos. Aquí quisiera mencionar a Jörg Schnellenkamp, que nos acompañó durante el rodaje, también a Rolf Böckler, Winfried Hempel, Georg Hempel y Georg Laube.
¿Cómo fue el rodaje? ¿Filmaron también en Chile?
El rodaje duró tres meses y medio y se desarrolló principalmente en Luxemburgo, Baviera, Berlín y Buenos Aires. También filmamos algunos paisajes en Chile.
¿Pensaron esta película para un público alemán o más internacional?
La película está dirigida a un público internacional, ya que la historia de la Colonia Dignidad es importante y debería ser conocida en todo el mundo. Por eso decidimos filmar esta película en inglés y con un elenco de estrellas internacionales.
¿Qué reacciones espera del público alemán? ¿Y cuáles de la audiencia chilena?
Antes que nada, espero que la gente vea una película electrizante, y que se sientan atrapados por la historia y los hechos. Al final desearía que la gente se haga preguntas, y que quieran investigar más para responderlas. En Chile la Colonia seguramente es más conocida que en Alemania, pero sobre todo las generaciones más jóvenes tampoco saben mucho del tema, y espero que la película contribuya a cambiar esta situación. Simplemente deseo que las personas reflexionen acerca de lo que sucede cuando uno se somete completamente a un sistema, acerca de lo que los sistemas le pueden hacer a las personas y lo que sucede cuando cuando uno solo puede dominar a los demás sin límites. Y estas reflexiones deberían nacerle tanto a un público alemán como uno chileno.
Florian Gallenberger nació en Múnich en 1972 y estudió en la Academia de Cine y TV de su ciudad natal entre 1992 y 1999. Su película de graduación Quiero Ser, un cortometraje sobre niños mexicanos en situación de calle ganó en 2000 el Oscar para estudiantes, y en 2001 el Oscar al Mejor Cortometraje. Su primer largo Schatten der Zeit/Sombras del tiempo (2005) recibió numerosos premios. Su siguiente obra, John Rabe, logró el Premio de Oro del Cine Alemán 2009. Paralelamente a sus actividades como director de cine, Florian Gallenberger es docente desde 2011 en la Academia de Cine y TV de München, y también produjo la tragicomedia de Christian Zübert Hin und weg (2014). Su película más reciente, Colonia Dignidad (2015), se estrenó mundialmente en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Esta cinta recibió el Premio Bávaro del Cine para la Mejor Producción 2015 y ya fue prenominada para los Premios del Cine Alemán 2016 aún antes del 18 de febrero, cuando llegó a los cines en Alemania.