Experimentos escénicos en la Bauhaus
La danza del hombre nuevo
¿La síntesis escénica de la máquina y el “hombre nuevo”? ¿O acaso una escena completamente maquinal? La exposición Hombre–Espacio–Máquina. Experimentos escénicos en la Bauhaus ofrece un panorama de los trabajos y conceptos en torno al teatro, la danza y el espacio acuñados por el taller de artes escénicas de la legendaria escuela de arte y diseño.
Provistos de máscaras grotescas, soldados de infantería disparan un cañón; de cara a una central telefónica, una operadora manipula cables; docenas de obreras sincronizadas ensamblan dispositivos tecnológicos: apenas el visitante ingresa en esta muestra, una serie de fotografías documentales de las décadas de 1910 y 1920 lo transporta a aquella época en que la estandarización y mecanización industrial producían todo un reordenamiento de la relación entre el cuerpo, el espacio y el movimiento. La exposición se titula Hombre–Espacio–Máquina. Experimentos escénicos en la Bauhaus y da cuenta de aquel nuevo abordaje artístico del teatro, la danza y el espacio escénico que buscó dar respuesta a los cambios que, como consecuencia del progreso tecnológico, marcaron la sociedad de comienzos del siglo XX.
Organización de la forma y del movimiento
Esta es la primera vez que una exposición se dedica explícitamente a los trabajos escénicos de la Bauhaus. Fundado por Walter Gropius en 1921, el “taller de arte escénico” de la Bauhaus tuvo como director a Oskar Schlemmer, quien, influenciado por László Moholy-Nagy, supo llevar adelante auténticos experimentos escénicos. Las ideas de estos tres maestros de la Bauhaus –Gropius, Schlemmer y Moholy-Nagy– son las que aparecen plasmadas en el llamado “triálogo”, una suerte de pieza radiofónica o collage de audio que completa la parte introductoria de la muestra. Se trata de una conversación ficticia, compuesta por citas auténticas de estos tres protagonistas del taller escénico, que permite al oyente darse una impresión de sus ideas de aquel entonces. Así, por ejemplo, se oyen conceptos del arquitecto Gropius, quien consideraba que una producción escénica es “una unidad orquestal íntimamente emparentada con una obra de arquitectura”. Schlemmer y Moholy-Nagy, por su parte, ven en la relación del hombre con la tecnología el elemento decisivo para la configuración del “hombre nuevo”. En efecto, Schlemmer parte de una concepción de la danza teatral en la que las tecnologías escénicas y las técnicas corporales de la danza se ponen al servicio del hombre, y “en la que no predomina el lamento por la mecanización sino el gusto por la precisión”. En el mismo orden de ideas, Moholy–Nagy habla de “una comprensión acabada de la máquina como base de una nueva organización de la forma y del movimiento”.Trialog
Walter Gropius, László Moholy-Nagy und Oskar Schlemmer in einem fiktiven Gespräch über das moderne Theater