Multilingüismo
“Con los idiomas a los niños se les abre el mundo”
Los niños suelen experimentar su propio multilingüismo como algo positivo, dice la catedrática Ingelore Oomen-Welke. Sin embargo, esto requiere ciertas condiciones.
Señora Oomen-Welke, usted se dedica desde hace décadas al multilingüismo de niños. ¿Por qué el tema es tan importante para usted?
Las lenguas son nuestro vehículo de comunicación. Aquí la lengua oficial es el alemán, aparte de eso se hablan – y se hablaban – otras lenguas y dialectos. Encuestas entre niños muestran que el multilingüismo hoy en día es algo bastante habitual en el área de habla alemana. En Viena al rededor del 50% de los niños afirman hablar más de una lengua en su vida cotidiana. En Hamburgo, Essen o Friburgo los números están entre 35 y 40%. En muchos países del mundo el multilingüismo es lo normal. Muchas veces ayudan los padres, los educadores o maestros a los niños a consolidar sus lenguas. Porque necesitan eso para su vida y también para el ámbito laboral.
Los niños pueden adaptarse a la nueva lengua
¿Cómo experimentan los niños y niñas, que ha entrevistado, su propio multilingüismo?
Nuestras encuestas muestran que niños bilingües o multilingües que desde el principio crecen con más de una lengua viven su multilingüismo como algo totalmente natural. La condición para ello es vivir en un entorno en el cual puedan vivir su multilingüismo. Cuando niños en Alemania crecen en una familia que no habla alemán y solo llegando al jardín entran en contacto con alemán, esto puede llevar a irritaciones; necesitan una entrada paulatina y guiada hacia el alemán. Niños pequeños en este caso al principio no hablan nada, ni en su lengua materna ni en alemán. Pero pronto sí contestan en alemán, por ejemplo, cuando la educadora les saluda con “Buenos días Aisha”. Cuando los profesionales pedagógicos y otros niños hablan mucho con ellos se adaptan a la nueva lengua. Esto nos lo han contado los propios niños, como “El bosnio lo sabía del nacimiento. El alemán primero no pude entender nada pero después todos hablaban mucho conmigo y todos los días aprendí tres o cinco palabras nuevas”. Es importante que el alemán no desplace a la primera lengua sino que los niños la sigan desarrollando también y que se les apoye en ello.
Foto (recorte): © Janna Degener
Y aún así a veces los niños bilingües en el jardín o en el colegio reniegan de su primera lengua.
Eso ocurre. Porque los niños se adaptan, por ejemplo, a sus grupos de pares. Quieren formar parte, no quieren ser distintos a los demás. A veces los niños viven un conflicto de que si pueden “mostrar” su lengua de origen a los demás o no. Algunos tratan de “esconder” su lengua y le dicen a la madre “por favor, habla alemán conmigo cuando hay otra gente”. Cuando los niños tienen la experiencia que no se acepta su lengua en el jardín o en el colegio, esto se puede convertir en un problema; en este caso hablamos de bilingüismo conflictivo. Por otro lado, hay muchos niños orgullosos si los amigos o adultos los admiran por poder expresarse en más de una lengua o incluso poder traducir. Eso es algo especial. Mirando atrás, muchos adolescentes y adultos afirman que su bilingüismo era reconocido y apreciado por su entorno. Lamentablemente también hemos experimentado lo contrario.
Percepción positiva del multilingüismo
¿Se puede ya apreciar un cambio en la sociedad acerca de la percepción y valoración del multilingüismo?
Sí pero hay diferencias. Los colegios con su enseñanza de lenguas extranjeras y las iniciativas con ofertas más allá de las fronteras apoyadas por la política han hecho mucho para la percepción positiva del multilingüismo. El Consejo de Europa y la UE han declarado el multilingüismo oficialmente como objetivo, hay programas de intercambio para aprendices, estudiantes y profesionales – y un gran número de matrimonios y familias binacionales. Mucha gente tiene contacto con personas de otros orígenes y lenguas en general, lo cual ha llevado a actitudes positivas. Sin embargo, también pueden tener experiencias menos bonitas, las cuales podrían ser generalizadas, lo cual llevaría a rechazo.
¿Cómo pueden los adultos apoyar a los niños bilingües?
Lo importante es que los adultos les ofrecen – sea en la cotidianidad en la casa o en el jardín – una amplia oferta lingüística en la interacción, la cual acompaña las acciones, por ejemplo: “Mira lo que tengo aquí: una manzana y un cuchillo y un plato. Ahora corto la manzana en dos, ahora es media manzana...”. Esto vale tanto para la primera lengua como para el alemán. De a poco los niños aprenden a participar en la conversación. Al principio del aprendizaje hay a menudo juegos con los dedos, canciones y pequeñas rimas con movimientos que se repiten. Los niños observan, participan y aprenden las fórmulas de la lengua a través de la rutina. Con la participación los niños se sienten aceptados y bienvenidos. Ya en el jardín y más tarde en el colegio descubren el mundo a través de las lenguas. Esto se debe hacer de forma cuidadosa y explicativa para que sea de provecho para los niños.
Ingelore Oomen-Welke era hasta su jubilación en 2008 catedrática de lengua alemana y didáctica de la lengua en el Instituto de Lengua y Literatura Alemana en la Universidad Pedagógica de Friburgo. Entre otras cosas ha investigado y publicado acerca del tema bilingüismo en niños.
Farida, Ismail y Chiara relatan sobre sus experiencias (Transcripción del Audio)