El cyberbullying y los comentarios ofensivos en Internet tienen serias consecuencias para las víctimas y además fomentan la agresión. La violencia verbal en Internet está forzando a actuar a la política y la justicia alemanas.
Al principio parecía una típica comedia de un ayuntamiento alemán. En la ciudad de Wilhelmshaven, una política local le atribuyó al intendente una aventura extramatrimonial. Lo hizo recurriendo a una herramienta particular: la red social Facebook. El caso llegó a los tribunales y la mujer fue condenada a pagar una multa. En los fundamentos de la sentencia se dijo que la acusación pública había “lastimado del peor modo” la esfera íntima y privada del intendente.
El problema del llamado “cyberbullying” está cobrando cada vez mayor importancia. Su dinámica es especialmente perversa: el acoso en Internet es difícil de controlar, los contenidos –trátese de comentarios despectivos, fotos comprometedoras o injurias vulgares– se pueden difundir a toda velocidad. Además, se pueden grabar o modificar en cualquier momento y desde cualquier lugar.
Casi uno de cada cinco jóvenes es víctima
El fenómeno está muy extendido entre los jóvenes. “Eres insoportable, ¿por qué no te mueres?” o “Eres horrible”. Casi uno de cada cinco jóvenes ha recibido insultos de este tipo en Internet. A este resultado llegó un estudio realizado por la empresa de telecomunicaciones Vodafone y el observatorio de opinión pública YouGov. En él, el 34% de los encuestados dijo tener un amigo o un familiar que sufrió acoso en Internet.
Pero como lo muestra el caso de Wilhelmshaven, también los adultos son afectados. Según una encuesta online de la asociación
Bündnis gegen Cybermobbing [Alianza contra el Cyberbullying], en 2014 el 8% de los adultos alemanes fue víctima de ofensas de ese tipo. La mayoría de las veces no se trata de un solo ataque sino que el 40% de las agresiones duran más de un año. Mientras las víctimas pueden sufrir cambios en la personalidad, depresiones o ideas suicidas, casi uno de cada tres agresores dice acosar “por placer”.
Insultar a los refugiados y a quienes los apoyan
Otra forma de violencia verbal en Internet es lo que se conoce como discurso del odio que, a diferencia del
cyberbullying, no se dirige contra una persona sino contra todo un grupo. En el marco del debate sobre los refugiados está aumentando el número de usuarios de internet que utilizan una lengua agresiva y reclaman violencia. Anatol Stefanowitsch, catedrático de lingüística de la Freie Universität de Berlín, plantea una cuestión peligrosa: “El discurso del odio no es un problema del intercambio comunicativo o de la difusión, el estímulo, el fomento o la justificación del odio. Ese tipo de discurso es parte fundamental de la producción del odio y de los modelos de pensamiento necesarios para esa producción”.
La difusión de mensajes de odio por Internet hizo que en 2015 el ministro de justicia alemán, Heiko Maas, fundara junto con Facebook una fuerza especial conformada por proveedores de Internet y organizaciones civiles. “Los mensajes xenofóbicos y racistas, que infringen la ley, deben desaparecer de Internet rápida e integralmente”, expresó Maas. “La libertad de expresión protege también manifestaciones repulsivas, vulgares y feas. Pero algo debe quedar muy claro: cuando hay llamados a la violencia o ataques a la dignidad humana que son punibles en cuanto incitación, se ha alcanzado un límite.”
La ayuda también viene de Internet
Para muchos observadores y personas afectadas estas iniciativas no resultan suficientes. Según el estudio de
Bündnis gegen Cybermobbing, la mayoría de los encuestados desearía una respuesta legal más dura. Sin embargo, muchas formas de la agresión verbal, desde la injuria hasta la coacción, están contempladas en el código penal. Esto le permite a la policía realizar acciones específicas contra los propagadores del discurso del odio. En julio de 2016, en una razzia nacional se registraron sesenta viviendas de supuestos autores de mensajes de odio. “Esta acción muestra que la policía procede decididamente contra el odio en Internet”, dice Holger Münch, jefe de la Policía Criminal Federal. “Tenemos que poner fin a la agresividad verbal y luchar de modo consecuente contra los contenidos ilegales en Internet.” Sólo en Sajonia se iniciaron en 2016 más de 200 procesos por incitación y apología de la violencia. En Renania del Norte-Westfalia, una unidad especial de la policía investiga los delitos cibernéticos.
Al mismo tiempo, el medio por el cual se desplaza el odio –Internet– es una importante fuente de información, ayuda y consejo. Trátese de niños, jóvenes o adultos, la red ofrece un gran apoyo respecto a temas como
cyberbullying y discurso del odio. Un buen punto de contacto es la asociación Safer Internet. Desde 2016 también existe la página de No Hate Speech, una campaña del Consejo de Europa. En Alemania está coordinada por los Nuevos Profesionales de Medios Alemanes, una agrupación que reúne a periodistas y a trabajadores de medios de diversa procedencia cultural. El objetivo principal de la página es fortalecer y esclarecer a los jóvenes respecto a cómo actuar ante los mensajes de odio en los medios online y en las redes sociales.