Archivo de Literatura Alemana de Marbach
“Fortalecer desde los archivos la investigación literaria”
¿Cómo serán en el futuro los archivos literarios? La directora del archivo literario más grande e importante de Alemania, Sandra Richter, afirma que el Archivo de Literatura Alemana de Marbach pronto se volverá más digital y así abrirá nuevas oportunidades a la investigación literaria.
De Romy König
El Archivo de Literatura Alemana (Deutsches Literatur Archiv/DLA) de Marbach es algo así como la memoria de la literatura alemana moderna y se lo considera el archivo más grande e importante en este campo. Aquí están los legados de escritores como Kafka, Schiller o Tucholsky. Sandra Richter, profesora de literatura y directora del DLA, quiere emprender la titánica tarea de digitalizar los acervos y así dar nuevos impulsos a la investigación literaria.
Casi todo germanista o estudiante de literatura entra en contacto en algún momento de sus investigaciones con el Archivo de Literatura Alemana (DLA) de Marbach. Usted estudió filología alemana y trabaja en Stuttgart como profesora e investigadora literaria. ¿Recuerda aún su primera visita al DLA?
Vaya si la recuerdo, me sentí como un elefante en una tienda de porcelanas.
¿Por qué?
Estaba investigando sobre un escritor y filósofo del siglo XIX, Friedrich Theodor Vischer. Su legado está en Marbach y quería consultarlo y para eso me había tomado unos días libres. Pero lo que me dieron fueron solo diez documentos del acervo, la consulta de materiales era limitada. Después cambió la supervisión y por suerte logré tener frente a mí muchas de las cajas verdes de archivo, aunque también me informaron que eso era algo bastante inusual. Me sentí incómoda, sentí que lo mejor era no volver más.
Pero no fue así: siguió vinculada al Archivo durante años, a través de los proyectos conjuntos entre la Universidad de Stuttgart y el DLA –por ejemplo, el Suhrkamp-Forschungskolleg (Academia de Investigación Suhrkamp) y la Marbacher Sommerschule (Escuela de Verano de Marbach)–, pero también como miembro del círculo de trabajo Geschichte der Germanistik (Historia de la Filología Alemana) y del consejo consultivo del DLA. Desde principios de año es directora del lugar. ¿Pensó alguna vez en todos esto años, si fuera jefa del instituto, haría esto o aquello?
No, no me lo planteé. Nunca me pregunté si quería dirigir el archivo de Marbach. Todo se dio en plazos muy breves. Me llamaron y me consultaron poco antes de abrir la convocatoria. Sólo entonces pensé cómo sería para mí un archivo literario del futuro, cómo desarrollarlo para sus usuarios y visitantes y a qué temas se les podría dar más lugar que hasta ahora.
La directora del Archivo de Literatura Alemana de Marbach, Sandra Richter.
| Foto: © picture alliance/Fabian Sommer/dpa
¿A qué resultados llegó y qué planes tiene?
Uno de mis grandes objetivos es la digitalización de los archivos, pero también un trabajo más intensivo con criterios digitales. Desde mi perspectiva son dos cosas diferentes: la primera significa conservar digitalmente lo que antes se almacenaba en microfichas. La segunda es el trabajo científico con lo digitalizado.
¿Podría explicarlo con mayor detalle?
La digitalización permite más que el archivo de datos. Yo veo ahí una gran oportunidad: se puede ordenar lo digitalizado de modo que sea posible hacer búsquedas, por conceptos o por estructuras textuales de cualquier clase. Además, se pueden hacer combinaciones con otros textos., Es decir, se puede construir una plataforma, poner allí diferentes textos y encontrar cosas que hasta ahora no se veían o sólo se veían después de un gran esfuerzo. Por ejemplo, así se puede saber sin problemas cuántas veces aparece Fausto en el Fausto. O también qué estructura específica usa Schiller en sus dramas. Además, también pueden conectarse los catálogos y tal vez se les podrá agregar datos de investigación, vincular y remitir a otras fuentes. En el futuro se podrían conectar digitalmente legados que están desperdigados, por ejemplo, los de Kafka. Además, queremos ocuparnos más de los textos que nacieron digitales, es decir, que no fueron escritos a mano sino en la computadora. Es un hecho que la computadora es más que una mera herramienta. Es un equipo de apoyo que permite desarrollar interrogantes, plantear preguntas más precisas, dar repuestas más precisas.
¿Estos nuevos criterios pueden cambiar la investigación literaria?
¡Definitivamente! Ambos aspectos, tanto la digitalización como también el trabajo con los resultados, aproximan los campos del desarrollo y de la investigación de modo muy estrecho. Antes un bibliotecario o un encargado de archivo tenía que tratar de describir un texto, registrarlo, categorizarlo, decir de dónde viene y cómo surgió. Ahora el tránsito a la investigación es más fluido. Eso me parece fascinante, porque desde los archivos podemos fortalecer mucho la investigación y la enseñanza y darles a los usuarios un producto con un mayor valor agregado.
Pero seguramente no emprende sola todos estos proyectos...
No, he seleccionado colaboradores, colegas que aprecio, algunos con los cuales ya trabajo desde hace tiempo. Entre ellos hay lingüistas computacionales con los que ahora estoy llevando adelante un proyecto llamado Center for Reflected Text Analytics, abreviado: Creta. Con estos especialistas y algunos otros estuve pensando cómo podemos aprovechar los principios del análisis de texto profundo. Otra cooperación apunta en dirección a la psicología empírica. Queremos observar a los visitantes mientras leen los archivos digitales o interactúan con textos de diferentes clases. Esto se dará en la recién fundada Netzwerk für literarische Erfahrung (Red de Experiencia Literaria), en colaboración con el Instituto Leibniz de Medios de Conocimiento de Tübingen y el Instituto Max Plank de Estética Empírica de Frankfurt.
¿Considera que el DLA está bien preparado para la digitalización?
De hecho, pronto el archivo no dará abasto y debe ser restructurado de modo urgente. En el marco de la digitalización necesitamos espacios para los servidores, para los equipos específicos de digitalización, espacios de trabajo multimedia y aulas con el equipamiento correspondiente. Si no creamos estructuras, por ejemplo, con un nuevo edificio, el Archivo de Marbach en poco tiempo ya no podrá ni coleccionar ni crecer. Por eso ahora estoy viajando mucho para obtener más inversiones.
¿Y es optimista?
La opinión pública conoce la importancia del DLA, en ese sentido mis predecesores en el cargo hicieron un trabajo muy bueno. La mayoría de los políticos responsables de la cultura saben que mediante la digitalización mucho cambiará en los archivos y que el Archivo de Marbach, con su tarea de coleccionar literatura y fuentes relevantes, tiene y debe tener un papel de pionero en este aspecto. Ante nosotros se presenta una prueba de fuerza que debe salir bien. Porque, si no funciona en Marbach, ¿dónde lo hará?