El afán de progreso urbano, en vez de bienestar, suele traer políticas de urbanización excluyentes. La comunidad de Vila Autódromo es un buen ejemplo de esa paradoja. En 2013 el ayuntamiento de Río de Janeiro empezó un proceso para desalojar a los habitantes de ese barrio, situado cerca de donde se construiría el Parque Olímpico de la ciudad, de cara a los Juegos de 2016. La mayoría aceptó irse, pero otros hicieron lo imposible por quedarse. Su batalla es justamente el puntapié para “Monumento-Monumento”, ciclo de actividades que se llevará a cabo en Río, en torno a la memoria territorial, las luchas sociales y la perpetuación de la violencia.
La idea es construir una plataforma de resistencia y diálogo a partir de tres objetivos: apoyar a los vecinos en la creación de un archivo vivo; invitar a artistas a discutir las nociones de territorialidad y memoria como consecuencia del desalojo y la desapropiación, y crear una red con otras comunidades que han pasado o están viviendo una experiencia similar a la de Vila Autódromo.
Vocabularios en movimiento, vidas en resistencia
¿Cómo espacializamos la lucha? ¿Cómo demarcamos la existencia de Villa Autódromo? ¿Cómo la hacemos visible?
Estas son algunas cuestiones que guían el debate sobre la ocupación territorial de esta comunidad. Para desarrollar una “estructura de visibilidad” que demarque su existencia, los artistas y curadores en Río de Janeiro trabajan de manera colectiva con los habitantes y actores locales.