Centro de Documentación del Nacionalsocialismo Múnich
Un lugar donde aprender, un imán para el público
Tras peticiones repetidas durante décadas, en la primavera de 2015 se inauguró por fin el Centro de Documentación sobre la Historia del Nacionalsocialismo en Múnich.
Múnich, que tras la Primera Guerra Mundial se convirtió en el semillero del nacionalsocialismo, hasta el punto que que Hitler le concedió en 1935 el título de “capital de nuestro movimiento”, ha tardado mucho en reexaminar su herencia nazi, mucho más que Berlín, Hamburgo, Colonia o Núremberg. Cierto que ya en 1976 pudo verse en el Museo de la Ciudad de Múnich una exposición sobre “Resistencia y persecución 1933-1945”, pero el gobierno municipal no prosiguió por esta vía que habían abierto las asociaciones de perseguidos. Hasta el año 2000 no volvió a tratarse el tema. A ello contribuyó ante todo la labor crítica del historiador de la arquitectura Winfried Nerdinger, que calificó repetidamente a Múnich de “capital de los recuerdos reprimidos”. Y, sin embargo, aún hubo que esperar otros 15 años para que se inaugurara el Centro de Documentación del Nacionalsocialismo: el 30 de abril de 2015, justo 70 años después de la liberación de la ciudad a cargo del ejército de los EE. UU.
El edificio
El Centro se halla en una localización históricamente problemática: se trata del terreno del antiguo Palacio Barlow, que el NSDAP compró en 1930 y utilizó hasta 1944, con la denominación “Braunes Haus” [“Casa Parda”], como sede central del Partido. Tras su “subida al poder” en 1933, los nazis reformaron sistemáticamente la Königsplatz y el entorno para transformarlos en el barrio del Partido. En la Arcisstraße aparecieron así el “edificio del Führerà” y el edificio administrativo del Partido, ambos en el estilo de un tosco neoclasicismo. Entre ambos se construyeron dos “templos honorarios” en recuerdo de los participantes en el intento de golpe de Estado de Hitler de noviembre de 1923. El denominado edificio del Führer y el edificio administrativo sobrevivieron a los bombardeos de la Guerra, mientras que la “Casa Parda” quedó destruida y los templos honorarios fueron dinamitados en 1947 por orden de las autoridades militares estadounidenses.A la hora de elegir el emplazamiento, la ciudad de Múnich, el Estado Libre de Baviera y el Gobierno Federal, que han financiado a partes iguales el Centro de Documentación del Nacionalsocialismo, se decidieron por una localización genuina: con el nuevo edificio, no solo concluía la desnazificación definitiva de la zona, sino que también se creaba al mismo tiempo un contrapunto bien visible respecto a las edificaciones nazis, de las cuales se diferencia en cuanto a forma, altura y material. La vistosa construcción de nueva planta se originó en un concurso que ganaron en 2009 los arquitectos berlineses Georg Scheel Wetzel. El cubo, de afiladas aristas y levantado en hormigón blanco, cobra fisonomía propia por las aberturas en la fachada que abarcan casi todas dos plantas y, provistas de láminas de hormigón, dan a la construcción un carácter inconfundible. El edificio se compone de dos partes: el cubo, que alberga más que nada las salas de exposición, la administración y varias áreas de atención al público; y el pasillo oculto bajo la explanada delantera, donde se hallan la biblioteca presencial, revestida en madera, el foro didáctico, dotado de mesas multimedia y salas de seminarios, la sala de eventos públicos y una pequeña cafetería.
La exposición
Un desafío particular fue el de encajar a posteriori una exposición permanente en el edificio en bruto ya casi terminado. Sin embargo, Winfried Nerdinger, primer director del Centro, logró junto con su equipo hacer de la necesidad virtud. Dado que no podía hacerse nada ni con los techos ni con los suelos cóncavos para instalaciones, optaron por una presentación en dos partes, en su mayoría en posición exenta en medio de las salas, que discurre desde la cuarta planta en dirección descendente. Grandes cajas luminosas muestran lo ocurrido desde el fin de la Primera Guerra Mundial hasta el neonazismo de hoy mediante fotografías, documentos y breves textos explicativos en alemán e inglés.Desde su inauguración en abril de 2015, el Centro ha funcionado como un verdadero imán para el público. Las reservas para visitas guiadas se agotan con meses de antelación. El Centro, que pretende no ser un museo, sino un lugar para conocer, aprender y entender, fue distinguido con el “Premio de Arquitectura del Estado de Baviera 2015”.