Tokens no fungibles
La revolución del mercado del arte digital

Ahora también hay exposiciones y galerías dedicadas al arte NFT. Como aquí, en la Superchief Gallery NFT, en Nueva York, en 2021.
Ahora también hay exposiciones y galerías dedicadas al arte NFT. Como aquí, en la Superchief Gallery NFT, en Nueva York, en 2021. | Foto (detalle): ©picture alliance/dpa/dpa-Zentralbild/Jens Kalaene

La tecnología blockchain o de cadena de bloques está causando un gran revuelo en la escena artística: con la ayuda de tokens no fungibles (NFT, por sus siglas en inglés), por primera vez es posible comerciar con arte digital de la misma manera que con pinturas, esculturas o fotografías, y lograr ventas igualmente altas. ¿Qué es y por qué se gana tanto dinero con esto?

El nombre técnico de un elemento blockchain –NFT, Non Fungible Token– y no otra cosa es actualmente el tema número uno de conversación en el mercado del arte. Por primera vez, la tecnología permite distinguir entre el original y la copia, incluso en obras de arte digitales, abriendo de esta manera un mercado completamente nuevo.

A más tardar desde que la casa de subastas neoyorquina Christie's recaudó 69 millones de dólares por la obra Everydays: The first 5000 days, de Beeples –cuyo nombre real es Mike Winkelmann–, los NFT han estado en boca de todos. Porque, en efecto, se pagó esta enorme suma por una obra digital que, en principio, es reproducible a voluntad. Cualquier internauta puede descargar una copia de la misma, aunque quizás no en la más alta resolución. La única diferencia entre “original” y “copia” es precisamente el token asociado, que marca el trabajo original a prueba de falsificación y, por tanto, lo convierte en único (consulte el cuadro de información).

Para los artistas, este desarrollo implica un beneficio. Después de todo, anteriormente era difícil comerciar con arte digital de la misma manera que con pinturas o esculturas, pues no había ningún objeto físico y, por tanto, ningún original, sino que, por el contrario, en teoría, podría haber un número indefinido de copias idénticas de la misma obra.

Con la ayuda de los NFT, los artistas ahora pueden publicar tantas piezas de sus obras digitales como deseen, en calidad de piezas únicas, ediciones limitadas o abiertas. Incluso pueden determinar si quieren participar en la reventa de su trabajo con un cierto porcentaje. Este es un gran avance en comparación con la práctica anterior, en la que los artistas a menudo no se beneficiaban de los aumentos en el valor de sus obras, o únicamente sus herederos a través de los modestos derechos de participación en beneficio. “¿How much ist the fisch?” En Alemania, H.P. Baxxter, con su grupo Scooter, fue uno de los primeros músicos en certificar ediciones especiales de su nuevo álbum con NFTs. “¿How much ist the fisch?” En Alemania, H.P. Baxxter, con su grupo Scooter, fue uno de los primeros músicos en certificar ediciones especiales de su nuevo álbum con NFTs. | Foto (detalle): © picture alliance/dpa/dpa-Zentralbild/Jens Kalaene

 

¿Es todo sólo una burbuja especulativa?

Sin embargo, el auge actual podría convertirse muy rápidamente en una burbuja especulativa. Las plataformas relevantes todavía están dominadas por banalidades digitales, al menos en términos de cantidad, mientras que la escena artística tradicional parece estar afianzándose muy lentamente en este nuevo mercado.
 
Además, está muy difundida la idea errónea de que los NFT son siempre arte. Pero un NFT puede ser básicamente cualquier cosa: un CryptoPunk, que consta de unos pocos pixeles; un enorme collage digital, como el de Beeple; un gráfico animado por computadora, como los de la música Grimes; un diseño de calzado deportivo; una imagen colectiva de la liga de basketball NBA; o, simplemente, aquel arte digital que ya ha sido parte del negocio del arte tradicional con sus museos, asociaciones de arte, galerías y ferias. 
 
Si los compradores que pagaron cada uno 140.000 euros por una de las nueve copias de una de las numerosas obras maestras digitalizadas de los Uffizi florentinos realmente harán felices a sus herederos, está por verse. También, si el fondo en el que se piensa incluir el collage digital de Beeple alguna vez producirá un rendimiento, o si en 100 años a alguien le interesará todavía quién posee el Nyan Cat “original”. Tranquilamente se puede considerar esto como un fenómeno marginal del mercado del arte. El auge de las NFT es, sobre todo, el resultado de un mercado de capitales que ha encontrado un instrumento especulativo muy bienvenido en las criptomonedas. Todavía queda mucho por aclarar, pero el tiempo y el mercado seguramente se encargarán de ellos.

¿Qué son los NFT?

Non Fungible Token (NFT para abreviar) es un término del mundo del blockchain y las criptomonedas. Una cadena de bloques consiste en un ensamble cerrado de datos que se alinean uno tras otro, como eslabones de una cadena. Intentar manipular o alterar cualquiera de estos bloques rompería la cadena. Por tanto, las cadenas de bloques generalmente se consideran seguras ante intentos de falsificación y piratería, lo que las hace tan interesantes para su uso como medio de pago, por ejemplo.

Los medios de pago virtuales almacenados de forma descentralizada en la cadena de bloques son unidades intercambiables, los llamados tokens fungibles: un Bitcoin o un Ether es básicamente igual a otro, ya que cada uno tiene el mismo valor de activo. Esto es diferente con los tokens no fungibles, los “tokens no intercambiables”: Aquí, el valor comercial de la moneda respectiva no es el componente decisivo, sino que cada unidad o token en la cadena de bloques descentralizada es identificable de forma única por un hashcode único y, por tanto, a prueba de falsificaciones; todas las demás unidades detrás de ella en la cadena “saben” de ella.

Esta propiedad se puede utilizar con fines de verificación en muchas áreas, desde el registro electrónico de la propiedad hasta el certificado de vacunación. Desde aproximadamente 2015, las compañías de seguros en particular han estado buscando una manera de proporcionar a las obras de arte una marca de agua electrónica por medio de dicho token y, así, hacerlas identificables y rastreables. De este modo, los falsificadores y defraudadores se verían privados de su forma de actuar. Aquí el aspecto técnico es lo complicado: ¿Cómo se puede conectar físicamente un archivo a un objeto de tal manera que sea indestructible y no se pueda eliminar sin autorización, por un lado, pero sin que, por otro, afecte al objeto en sí?

Las mentes ingeniosas han encontrado una solución simple para esto: basta con dejar de lado la obra de arte física y reemplazarla por una digital, un archivo JPG, por ejemplo. El resultado es exactamente el fenómeno que en la actualidad está causando sensación en el mundo del arte: el NFT – Non-Fungible Token. Por tanto, los NFT son inicialmente sólo un método para firmar archivos, incluidas las obras de arte digitales, y, por tanto, hacerlos únicos.