Sarah Schönfeld
All You Can Feel
Desde la década de 1950, en el mundo occidental entendemos cada vez más nuestros deseos y experiencias más íntimos como productos del llamado "yo químico". Somos capaces de explicar los estados de ánimo y las enfermedades tanto fisiológica como psicológicamente a través de un desequilibrio de sustancias en el organismo. En su libro Synthetic Worlds, Esther Leslie describe cómo la farmacia y la fotografía han estado estrechamente vinculadas y entrelazadas desde su nacimiento industrial.Para la obra All You Can Feel (2013), se han colocado productos farmacéuticos licuados, sustancias corporales producidas sintéticamente y drogas ilegales en la cara sensible de un negativo fotográfico. Al cabo de unos días o semanas, se hace visible la interacción química resultante entre la emulsión fotográfica y la sustancia, que luego se amplía en el cuarto oscuro. Al integrar los fármacos en el proceso fotográfico, se utilizan como método de exposición alternativo. Las sustancias "hackean" el sistema del negativo atacando su superficie y adentrándose en su estructura, revelándose como una especie de retrato. En All You Can Feel, las posibilidades de la fotografía se exploran en las fronteras de lo que puede retratarse visualmente: la interfaz entre representación y realidad.