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Movimiento Chicano
Arte ‘chicanx’: territorio de disputa política

Descolonización – Foto de archivo (19 de julio de 2008) de un mural llamado “Raza Adelante” sobre la avenida César Chávez en la zona Este de Los Ángeles, con la imagen de César Chávez (centro).
Foto de archivo (19 de julio de 2008) de un mural llamado “Raza Adelante”, con la imagen de César Chávez (centro), sobre la avenida César Chávez en la zona Este de Los Ángeles. El término “raza” tiene profundas connotaciones en México después de la revolución de ese país y la aparición del Movimiento Chicano en los Estados Unidos durante los años 70, que contribuyó a que algunos de los primeros latinos de la nación fueran elegidos para ocupar cargos públicos. | Foto (detalle): Reed Saxon © picture alliance/AP Photo​

El arte “chicanx mantiene el sentido de resistencia frente a la hegemonía cultural estadounidense, mientras continúa siendo un elemento de construcción de memoria colectiva y se pone en tensión con la instrumentalización política y diplomática del Estado mexicano.

De Eduardo Luciano Tadeo Hernández

La segunda mitad del siglo veinte estuvo marcada por el activismo social y cultural de diversos hombres y mujeres identificados entonces con el tercer mundo. En Estados Unidos, particularmente, surgió el Movimiento Chicano, cuyo objetivo era poner un alto a la discriminación y violencia histórica hacia la comunidad de origen mexicano en aquel país, reivindicando para ello su identidad étnica. Las estrategias de acción fueron diversas, pero algunas utilizaron el arte y la cultura como herramientas de resistencia social. Con el paso del tiempo, las expresiones culturales chicanxs se han convertido en un territorio de disputa política: por un lado, continúan fungiendo como medios de resistencia a la asimilación cultural estadounidense, pero por otro, hay una instrumentalización de estas expresiones para avanzar agendas políticas y diplomáticas estatales.

El giro cultural en el corazón de la resistencia

La discusión sobre la etnicidad ha estado desde el principio en el centro de la identidad y las acciones chicanxs, de tal suerte que, siguiendo las reflexiones de Tino Villanueva, la apropiación del término -chicano(a)- fue una manera de resignificar el sentido negativo anteriormente vinculado con dicho significante, para dotarlo de orgullo por el pasado y los orígenes de la comunidad, lo cual podemos considerar un giro cultural y político que inició con un cambio en el uso del lenguaje. De ahí que las expresiones culturales de la comunidad chicanx sean también un referente para problematizar la formar de imaginar el mundo social tradicional estadounidense y mexicano.
  • Descolonización - El viernes 17 de enero de 2020 la prensa vio un adelanto de la colección privada del actor Cheech Marin que formará parte del Centro Cheech Marin de Arte, Cultura e Industria Chicanos del museo en Riverside, California. Cindy Yamanaka © picture alliance / ZUMAPRESS.com
    Elle Carlos, del área de divulgación del Riverside Art Museum, muestra a los medios un adelanto de la colección privada del actor Cheech Marin que formará parte del Centro Cheech Marin de Arte, Cultura e Industria Chicanos del museo en Riverside, California, el viernes 17 de enero de 2020.
  • Descolonización - El sábado 29 de agosto de 2020 manifestantes marcharon para conmemorar el aniversario 50 del Chicano Moratorium en Los Ángeles. Image of Sport © picture alliance / Newscom
    Manifestantes marchan durante el Día Nacional de Acción Chicano para conmemorar el aniversario 50 del Chicano Moratorium, el sábado 29 de agosto de 2020, en S. Atlantic Blvd. en Los Ángeles.
  • Descolonización - El sábado 29 de agosto de 2020 bailarines aztecas actuaron para conmemorar el aniversario 50 del Chicano Moratorium en Los Ángeles. Image of Sport © picture alliance / Newscom
    Bailarines aztecas actúan durante la marcha del Día Nacional de Acción Chicano para conmemorar el aniversario 50 del Chicano Moratorium, el sábado 29 de agosto de 2020, en S. Atlantic Blvd. en Los Ángeles.
  • Descolonización - En El Paso, Texas, residentes junto a un mural con figuras históricas chicanas en el Segundo Barrio. © picture alliance / AP Photo
    Residentes junto a un mural con figuras históricas chicanas en el Segundo Barrio de El Paso, Texas. Los barrios Chihuahuita y Segundo Barrio de El Paso fueron incluidos en 2016 en la lista de los 11 lugares históricos más amenazados de Estados Unidos del National Trust for Historic Preservation, una lista anual que pone de relieve importantes ejemplos del patrimonio arquitectónico y cultural de la nación que corren el riesgo de ser destruidos o sufrir daños irreparables.
El teatro, la literatura, las artes plásticas, el cine y el performance han sido algunas de las áreas culturales en las que a lo largo de las décadas han participado hombres y mujeres con identidad chicanx para confirmar el arte chicanx, diverso por definición. En el libro La creación de la nación chicana: perspectivas historiográficas, David Maciel menciona a algunos creadores, entre los que se encuentran: Bernice Zamora y su poesía, Luis Valdéz con el teatro campesino, y las novelas de Alejandro Morales -Caras viejas y vino nuevo- y de Gloria Anzaldúa -Borderlands/ La Frontera. Las obras y los creadores chicanxs hoy tienen importancia global, lo que ha sido entendido por el Estado mexicano, el cual ha buscado instrumentalizar dichas creaciones con fines políticos y diplomáticos.

El Estado y la instrumentalidad política y diplomática

El reconocimiento del valor de las expresiones artísticas y culturales chicanxs como parte de los ejercicios de representación cultural de la diplomacia mexicana es relativamente reciente. Esta respuesta tardía de la diplomacia mexicana se explica dado que, a pesar de que lo chicanx celebra el origen mexicano, también lo disloca y resignifica desde sus propios referentes fronterizos y migratorios, cuestionando el discurso centralista tan frecuente en la cultura mexicana.
 
Ejemplo de esta instrumentalización por parte del gobierno mexicano es la exposición Before the 45th | Action/Reaction in Chicano and Latino Art presentada en diciembre de 2017, financiada por el empresario Cástulo de la Rocha, fundador de la empresa Altamed y co-organizada con el Instituto Cultural de la Embajada de México en Washington, y la curadoría de Julian Bermúdez. La exposición incluyó diversas piezas, entre las que había impresos, pinturas, fotografías, dibujos, esculturas y mixed media. El argumento era mostrar la manera en que el arte chicanx representaba las diversas injusticias a las que se enfrentó la comunidad en Estados Unidos. El gobierno mexicano pidió a Altamed que la exposición también se presentará en México y es así como en 2018 llegó al Museo Carrillo Gil de la Ciudad de México con el título Construyendo puentes, building bridges: Arte Chicano/Mexicano de LA a Ciudad de México, en una clara contrargumentación a la idea de construir muros del presidente Donald Trump. En la curaduría en México se insistió que al arte chicanx formaba parte de la historia del arte estadounidense.

“Hoy existe una estética chicanx valorada por ciertas élites políticas y culturales y estructuras institucionales donde se estudia y se impulsa este arte. Sin embargo, no ha perdido su sentido de resistencia.”

Las exposiciones mencionadas en ambos lados de la frontera buscaron visibilizar las dificultades históricas de las personas chicanxs en los Estados Unidos, obviando los diversos problemas y estereotipos que continúan existiendo sobre estos en México. Entonces, aunque puede celebrarse el esfuerzo curatorial que hace notar la riqueza de la cultura chicanx, amén de la discriminación y la injusticia social en el norte, cuando el aparato estatal se suma a la promoción de la cultura chicanx y lo hace de manera acrítica, olvidando la discriminación a la que se han enfrentado en México, se convierte en un actor que se apropia del discurso de resistencia de la comunidad chicanx.

La resistencia permanece, a pesar de todo

Hoy existe una estética chicanx valorada por ciertas élites políticas y culturales y estructuras institucionales donde se estudia y se impulsa el arte chicanx. Sin embargo, no ha perdido su sentido de resistencia. Esto se puede observar en las iniciativas comunitarias de artistas que entienden la cultura chicanx como un elemento vivo y transformador del entorno social. Un ejemplo es la exposición digital Chicanoexhibit, curada por Abram Moya Jr. y respaldada por una coalición de grupos chicanxs en 2020, en el marco de la conmemoración del aniversario número cincuenta del Chicano Moratorium. Este último se refiere a la protesta pacífica que ocurrió el 29 de agosto de 1970, en la que participaron integrantes del Movimiento Chicano que cuestionaban la guerra de Vietnam y en la que murieron tres chicanos a manos de policias estadounidenses.
 
La exposición muestra diversas piezas que ponen en el centro la historia chicanx desde una perspectiva intergeneracional y con un claro sentido político. Artistas emergentes, masters, contemporáneos y muralistas participan creando una muestra híbrida de símbolos que refieren a la resistencia chicanx. Una de las muestras emergentes se titula La Guerra Continúa, creada por Cynthia Salazar, artista de 17 años que representa a una joven chicana sostiendo un cartel que dice “Raza sí, Guerra No”, detrás de la cual hay una manta que rememora  a Vanessa Guillen, mujer chicana asesinada en 2020. El Movimiento Chicano no es solo la memoria del pasado, es la constante lucha por la que atraviesan las mujeres y hombres de origen mexicano en los Estados Unidos y esta pintura y la muestra misma es una invitación a pensar la resistencia en tiempo presente.
 
El arte chicanx mantiene el sentido de resistencia frente a la hegemonía cultural estadounidense, mientras continúa fungiendo como un elemento de construcción de la memoria colectiva chicanx y se pone en tensión con la instrumentalización política y diplomática del Estado mexicano. Quizá esa condición de disputa discursiva sea otra evidencia de la trascendencia política del propio Movimiento Chicano en la actualidad.

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