Sostenibilidad
Ch'uxña Uta (Casa Verde)
Cada año, representantes de gobiernos, medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales se reúnen para discutir acerca del cambio climático. Este año había muchas expectativas respecto de la Cumbre Mundial del Clima. ¿Fue posible satisfacerlas? Los activistas Annika, de Alemania, y Arshak, de Rusia, comparten sus pensamientos.
Los ojos del mundo estaban puestos en Glasgow, muchos tenían grandes esperanzas en la conferencia de la ONU sobre el cambio climático. Ambos pasaron ahí dos semanas, como observadores y como activistas. ¿Qué opinan de la conferencia sobre el cambio climático, fue capaz de hacer justicia a las expectativas?
Annika: Para mí, es un poco frustrante ver que mucha gente dice que no fue tan malo como podría haber sido. Debemos medir el éxito por lo que se ha logrado desde el acuerdo de París y por si se va a cumplir el límite de 1,5 grados. Están sucediendo cosas buenas, nuevos enfoques y acuerdos. Sin embargo, no parece que sean capaces de mantener realmente el objetivo de 1,5 grados centígrados. Desde mi punto de vista, la conferencia ha demostrado que la protección real del clima tiene que partir de un nivel local en lugar de un nivel global porque, de lo contrario, nada va a cambiar.
Arshak: La verdad, no llegué aquí con muchas esperanzas. Cuando protestas en Rusia, arriesgas mucho. Realmente no me enfoco en el futuro, basta con enfrentar el presente. La conferencia sobre el clima podría ser un instrumento para decir la verdad sobre lo que está sucediendo en Rusia en este momento, pero no se hace realmente la conexión entre la crisis de derechos humanos en Rusia y la crisis climática. El gobierno ruso está haciendo muchas promesas sobre el futuro. Pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que se cumplan cuando no podemos protestar, porque están arrestando a personas y declarándolas a ellas y a los medios de comunicación independientes como agentes extranjeros? Ahora casi todos los activistas climáticos tienen miedo de protestar. Yo mismo fui arrestado hace dos años, después de la Conferencia de las Partes (COP) 25, todavía tenía esperanzas de que pudiéramos construir un movimiento similar al de Europa en Rusia. Sin embargo, hoy en día, la gente tiene miedo de protestar porque la situación es peor. Cuando fui arrestado después de la última COP, muchos activistas de todo el mundo se pusieron en huelga para apoyarme y sentí que podríamos cambiar la situación si nos unimos. Es agradable conocer a algunos de ellos, por lo tanto, no fue una decepción tan grande para mí.
Arshak, ¿puedes contarnos un poco más sobre la situación en Rusia y cómo es para los activistas?
Arshak: Bueno, hablo mucho con los medios de comunicación, ya que me considero una persona libre y hacerlo es un derecho humano básico. Aunque, cuando comencé a protestar en marzo de 2019, tenía miedo. Hace dos años, tenía miedo de ser arrestado o de ser golpeado. Hace un año, tenía miedo de los cateos y cosas así. Ahora, no siento ningún miedo. Estoy acostumbrado a la sensación de que algo malo puede suceder, pero estoy bien con eso, porque creo que estamos luchando por algo más grande. Es importante hacer todo lo posible para salvar lo que tenemos. Pero es difícil, y está tomando mucho tiempo luchar contra este miedo. Y el enjuiciamiento de activistas ni siquiera es lo peor, peor es no tener ningún apoyo en tu propio país. La mayoría de los activistas en Rusia no sienten que la gente en las calles los apoyaría, por lo que muchos están haciendo huelgas en línea. Personalmente me siento mejor cuando estoy en huelga que cuando estoy sentado en casa. Me siento bien en las huelgas porque siento que estoy haciendo algo, lo correcto. Soy más fuerte que el miedo.
Greta Thunberg y otros han llamado a la COP 26 la cumbre climática más exclusiva de la historia, sin una participación real de grupos marginados. ¿Qué piensan al respecto?
Annika: Creo que realmente sí se excluyó a mucha gente. A mí misma eso no me afecta, porque soy privilegiada: soy de Alemania, tengo la vacuna covid correcta para ingresar al Reino Unido, no tengo que solicitar una visa, incluso puedo permitirme venir aquí en tren. No tengo las mismas dificultares que otros. Además, lo que excluyó a muchas personas fue el número limitado de insignias. Muchos jóvenes que no han trabajado durante muchos años en organizaciones no gubernamentales (ONG) no pudieron entrar. Las sesiones plenarias y las conferencias de prensa también fueron limitadas, muy pocos observadores de las ONG pudieron participar, menos aún los jóvenes.
Arshak: No estaba seguro de poder venir aquí yo mismo, debido a la vacuna que me pusieron. Me invitaron a otra conferencia en Escocia en octubre, y no pude ingresar al país debido a mi vacuna rusa. Uno de los problemas además de eso era que rara vez podíamos hacer protestas. En la COP 25, protestamos mucho y sentimos que nuestras voces eran escuchadas. La COP debe fomentar el diálogo entre los gobiernos, las ONG y la sociedad civil. Y no hubo diálogo. Sólo estamos tratando de hacer que nuestras voces sean escuchadas. Algunos jóvenes activistas hicieron discursos, pero no había lugar para los jóvenes de Rusia. De hecho, creo que fui la única persona de la sociedad civil rusa, ya que el gobierno está declarando que las personas son agentes extranjeros, por hablar con los medios internacionales. Por supuesto, necesitamos un diálogo a nivel internacional, necesitamos jóvenes rusos en este diálogo y necesitamos plataformas que hablen sobre los problemas a los que nos enfrentamos. La delegación oficial rusa aquí está promoviendo el gas y los combustibles fósiles. Creo que necesitamos que se escuchen más voces independientes de Rusia en conferencias como esta.
A Arshak y Annika les gustaría que la sociedad civil y los activistas se involucraran más y que se les escuchara más en los procesos de toma de decisiones en las cumbres climáticas.
| © Natascha Holstein
En los últimos años, Fridays for Future tuvo algunas críticas sobre la diversidad de sus estructuras. ¿Dirían que algo ha cambiado?
Annika: Creo que es normal que en las estructuras se desarrollen problemas cuando un movimiento se hace tan grande en tan poco tiempo. Pero creo que trabajamos constantemente en nuestras estructuras, reflexionamos constantemente, tratamos de mejorar constantemente, y constantemente tratamos de hacer de este movimiento un espacio más seguro para todos. Lo que mucha gente olvida es que cuando comenzamos a protestar, muchos de nosotros todavía estábamos en la escuela. Todos éramos muy jóvenes y necesitábamos aprender mucho sobre nosotros mismos. El movimiento es parte de la sociedad y, como tal, no es de extrañar que tengamos los mismos problemas que la sociedad, aunque realmente tratamos de reflexionar al respecto y cambiarlo.
Arshak: En Rusia no tenemos los mismos problemas que en Europa, pero, por supuesto, también estamos tratando de reflexionar y cambiar nuestra estrategia. Estábamos tratando de conectar muchos problemas locales diferentes con el clima, para describir este problema tan complejo. Antes, no había movimiento climático en Rusia. En Europa Occidental ha habido un movimiento climático durante décadas. En Rusia se necesita mucho trabajo educativo, porque la gente no entiende la urgencia del problema climático. Estamos tratando de aprender de los movimientos en Europa, de otros países. Por ejemplo, cuando hacen algo para proteger a los pueblos indígenas, nos preguntamos: ¿cómo podemos incluir a los pueblos indígenas en Rusia?
¿Tienen alguna esperanza de que algo bueno salga de esta conferencia sobre el cambio climático?
Annika: Antes de venir aquí, sabía que ésta no iba a ser la conferencia climática que lograra salvar el mundo y mantener el límite de 1.5 grados. Así son las cosas. Aunque todavía tengo la esperanza de que algo bueno salga de esta conferencia, incluso si son sólo diálogos bilaterales o algunos acuerdos en casos particulares. Ciertamente no será suficiente. El objetivo es mantener el Acuerdo de París, limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Y si no logra ese resultado, entonces esta COP no tuvo éxito.
Arshak: Creo que la gente necesita esperanza. Si dices que esta COP es un desastre, será bastante frustrante y ya hay muchas cosas frustrantes sucediendo en el mundo en este momento. Pero siento la esperanza, está dentro de nosotros, teníamos alrededor de 100.000 personas en las calles de Glasgow. Siento la esperanza, porque después de la COP 25 por primera vez vi mucho activismo de todo el mundo. No importa lo que salga de esto, muchos activistas continúan protestando. Casi nos estamos convirtiendo en activistas profesionales, aunque este trabajo lo deberían hacer los gobiernos.
Aparte de toda la frustración que conlleva ser activista, ¿por qué sigue siendo tan importante estar en estas conferencias y cuáles dirían que fueron los logros del movimiento?
Annika: Es importante para nosotros estar aquí porque merecemos estar aquí. Estas conferencias pretenden ser un espacio para que los políticos y la sociedad civil se comuniquen. Somos parte de la sociedad civil y es importante que los jóvenes, que en realidad somo quienes van a sufrir más las consecuencias, sean escuchados. En Alemania, ya hemos logrado bastante: al principio nadie hablaba realmente del clima, no se veía como un tema realmente apremiante. Y ahora incluso demandamos con éxito al gobierno alemán por su inacción climática.
Arshak: El mundo está cambiando gracias a las huelgas globales por el clima y también hemos logrado mucho en Rusia, particularmente a nivel local. Los medios de comunicación independientes ahora informan sobre la crisis climática, debido a los desastres naturales en Rusia. Hemos empezado a hablar de la crisis climática, hemos empezado a decir la verdad sobre la conexión entre los incendios forestales y el calentamiento global, estábamos haciendo mucho trabajo educativo. Y fue entonces cuando abrimos la discusión a otros aspectos también, como la transición energética. Hace cuatro años, nuestro gobierno bromeaba sobre la crisis climática. Ahora, reconocen la crisis, incluso a un nivel superior. Ya hemos logrado mucho, pero tenemos que continuar, especialmente en Rusia. Necesitamos organizar grandes protestas como en Europa, porque sin activismo y protesta no habrá ningún cambio a la escala necesaria.
La entrevista fue realizada por Natascha Holstein, editora de la redacción en línea del Goethe-Institut.