Con imaginación desenfrenada y mucha gracia, Thomas Kunst, en Zandschower Klinken, habla sobre una comunidad solidaria que sale de la miseria por sí misma: desafiante y testaruda, libre y obstinada. Diseña una utopía en nuestro presente globalizado y encuentra para ella un lenguaje de musicalidad contundente.
Bengt Claasen se encuentra en el coche con todas sus pertenencias en el maletero. Frente a él, en el salpicadero, está el collar de su mascota fallecida. Donde éste caiga, quiere detenerse y empezar una nueva vida. Conduce tan lento y cuidadoso como puede hasta que, finalmente, termina en Zandschow, un nido en el extremo norte con un estanque de extinción de incendios en el centro. Rápidamente se da cuenta: los habitantes de la localidad alrededor de «Getränke-Wolf» siguen un horario semanal estricto: los jueves, por ejemplo, se exponen veinte cisnes de plástico en el estanque y celebran festivales en su «laguna» bajo palmeras artificiales. En general: con las condiciones precarias en medio de la pampa, la gente ya no puede vivir aquí. Su Zandschow es Zanzíbar, aquí se puede ser pobre, pero aún así vivir en un paraíso, con mucha locura.
Sobre el autor
Thomas Kunst, nacido en 1965 en Stralsund, vive y trabaja en Leipzig. Publica poesía y novelas, así como audiolibros por los que ha sido galardonado en varias ocasiones, incluido el premio lírico Meran 2014. Por un extracto de Zandschower Klinken recibió el Premio Literario de la Baja Austria 2018.
© Goethe-Institut / Illustration: Tobias Schrank
Kunst, Thomas: Zandschower Klinken
Berlín: Suhrkamp Verlag, 2021. 254 páginas.
ISBN: 978-3-518-42992-1
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