Un mural para Goethe
„Dass ich eins und doppelt bin“: LA UNIDAD EN LA DUALIDAD
By Manu Rivoir
(Junio, 2019)
Circulando por Rambla Sur de la ciudad de Montevideo (Uruguay) un edificio muy particular llama la atención, es la Embajada de la República Federal de Alemania con su volumetría de sólida estructura de hormigón y los coloridos aportes del artista plástico Otto Herbert Hajek[i]. En su lado oeste se encuentra el Goethe-Institut Uruguay.
El Goethe-Institut, fundado como ONG sin fines de lucro en 1951,promueve el idioma alemán, el dialogo entre las culturas y una imagen actual de Alemania. Desde marzo de 2019 el Goethe-Institut en Montevideo integra un gran mural horizontal a su fachada de la calle Santiago de Chile. Esta obra de arte urbano constituye una atinada representación del notable mundo de Johann Wolfgang von Goethe (Frankfurt, 1749 - 1832) y crea una sugestiva conexión entre el trabajo del instituto y la ciudad de Montevideo.
Goethe fue un genio. Estuvo provisto de gran inteligencia y una obsesiva curiosidad que lo llevó a formarse y actuar tanto en el ámbito artístico como científico, acumulando una cultura universal y compartiéndola a través de su extensa obra. Este heterogéneo universo de Goethe puede admirarse en el mural que fue pintado por los artistas plásticos uruguayos e integrantes del colectivo Casa Wang[i]: Leandro Bustamante (aka El Reina), Lucas Buttler (aka Luc) y Rodrigo López (aka Romero).
En el mural, de casi 20 metros de largo por 2,10 metros de alto, están simbolizadas las distintas facetas de Goethe. Su lado más científico está representado en las líneas más rectas, diagonales y puras; mientras que el Goethe creativo y artístico se aprecia en las formas más curvas. Por su parte, las curvas y el color verde que se visualizan en el mural están también presentes en el diseño corporativo del logo de los 158 institutos alrededor del mundo.
Estos dos mundos están unidos orgánicamente por hojas de Ginkgo biloba, cuya presencia en la composición es fundamental y justificada. En 1815 el escritor compuso un poema que se titula como este milenario árbol de Asia Oriental: Ginko biloba. Por su parte, Montevideo tiene cerca de 200 ejemplares de esta especie que engalana varias de sus calles y las viste de dorado durante el otoño, como es el caso de la Avenida Sarmiento. Así, la hoja del Ginkgo biloba presente en el mural crea otro puente más: entre Goethe, el Goethe-Institut y la capital uruguaya.
Los artistas pintaron el rostro de Goethe exactamente donde se encuentran la fachada del sur y la del oeste. De esta manera Goethe parece mirar en distintas direcciones del cielo, un índice de su mirada amplia como su conocimiento. Se encuentra apreciando el cruce de sus mundos, los pensamientos y las ideas que exploró. Una convivencia necesaria. Unidad en la dualidad.
Es un mural con movimiento; así como el Goethe-Institut Uruguay que con su pequeño jardín (al que pronto incorporará un Ginkgo biloba) recibe a las personas que quieren adentrarse en sus actividades culturales, que promueven el diálogo entre las culturas y el idioma alemán. El mural distingue y contribuye a la identidad del instituto, agrega valor estético al edificio y genera un diálogo interesante entre su contexto y lo que ocurre en su interior. Son mundos conectados.
GOETHE, EL HOMBRE UNIVERSAL.
Goethe es principalmente conocido por su aporte al mundo de las letras; fue poeta, novelista y dramaturgo, entre sus obras se destacan “Fausto” (Faust) y “Las penas del joven Werther” (Die Leiden des jungen Werthers)[i]. Junto con Schiller, Herder y Wieland, fue representante del movimiento cultural y literario Weimarer Klassik (Clasicismo de Weimar, la ciudad donde Goethe vivía gran parte de su vida). Goethe se recibió de abogado pero ejerció hasta sus treinta años. Fue un hombre muy curioso, versátil e ilustrado desde temprana edad, mientras estudiaba lenguas, dibujaba, escribía sus primeros poemas y además volcaba su interés hacia la geología, la química y la medicina.
Su faceta científica, menos conocida a pesar de que fue tan original como la literaria, se caracteriza por el uso el sentido, del juicio y de la sensibilidad. Se lo considera como uno de los representantes más destacados de la Naturphilosophie o filosofía de la naturaleza. Estudió morfología vegetal, las estructuras de las plantas y variaciones de la hoja. Realizó aportes a la óptica y a la osteología.
La ciencia fue su refugio cuando Goethe se sentía perturbado por el exterior (como en la Revolución Francesa) o por sus tristezas interiores. En sus estudios científicos se puede ver esa lucha interna entre los distintos Goethe que convivían en él y la búsqueda de un denominador común que lo calme. En el campo de la osteología descubrió que todos los vertebrados tienen un mismo hueso, el intermaxilar. Por otra parte, su Teoría de los colores[ii] (Zur Farbenlehre, 1810) asegura que la luz no es la síntesis de los colores sino el elemento donde éstos se originan (Urphänomen)[iii], en otras palabras podría decirse que de los opuestos (blanco y negro, luz y oscuridad, arte y ciencia) se origina la pluralidad.
UNA HOJA Y UN POEMA
En el verano de 1815 Goethe mantuvo una relación amorosa con Marianne von Willemer (1784 - 1860) que lo llevó a cambiar algunos de sus pensamientos sobre una relación y a escribir un bellísimo poema dedicado a ella, titulado Ginkgo biloba. [i] Forma parte del libro Suleika en su antología West-östlicher Divan (El Diván de Oriente y Occidente). Esta especie de árbol fue llevada desde China hacia los jardines botánicos de Europa alrededor de 1800. No era casualidad que Goethe estuviera en contacto con sus hojas. El poema en cuestión es muy sencillo y elocuente sobre su vida emocional e intelectual. La hoja de este árbol es perfecta simetría, es muy particular, está formada de manera que no se sabe si se trata de una hoja dividida en dos o dos hojas unidas en una sola; pareciera que pueden estar separándose como uniéndose. Es una relación de igual a igual, como Goethe veía su vínculo con Marianne, pero también el continuo equilibrio entre dos fuerzas que parecieran opuestas: el Goethe artista y el Goethe científico. La unidad en la dualidad: „Fühlst du nicht an meinen Liedern, / Dass ich eins und doppelt bin?“, “¿no adivinaste tu, por mis canciones, / que soy sencillo y doble como este árbol?” ⁷.
Oriente y Occidente, blanco y negro, luz y oscuridad, ciencia y religión, razón y emoción, ying y yang, pareciera que el mundo está en continuo equilibrio entre fuerzas opuestas y que el ser humano convive con esa dualidad, combinándolas pero conservando sus singularidades. La eterna búsqueda de nuestra identidad nos ahoga y negamos la belleza más natural: la pluralidad. Este nuevo mural para la ciudad de Montevideo, incorporado a la fachada e identidad del Goethe-Institut Uruguay, es una representación de ello. Goethe combinó sus facetas y sin embargo cada una conservó su esencia, el poeta y el científico como la hoja del ginkgo, fue a la vez “simple y doble”/ “sencillo y ambiguo”. Este es un edificio con auténtica libertad como Goethe.
Autor:
Manu Rivoir es divulgador cultural y gestor de proyectos culturales, principalmente vinculados al arte urbano (Street art), educación y participación ciudadana. Es hacedor y promotor de la cocreación y la inteligencia colectiva (collective intelligence). Gestiona BooksOnWall.art y StreetArt.uy
Contacto: www.manurivoir.com
Fuentes consultadas:
[1] BMR Productos Culturales. Fascículo 10: Montevideo por dentro.
[2] Para conocer más del colectivo artístico Casa Wang visitar: https://www.instagram.com/casawang/
[3] Johann Wolfgang von Goethe. Wikipedia. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Johann_Wolfgang_von_Goethe
[4] Teoría de los colores. Wikipedia. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_los_colores
[5] Ignacio Vera de Rada. El Diario, 2017. Disponible en: https://www.eldiario.net/noticias/2017/2017_01/nt170125/opinion.php?n=32&-la-teoria-de-los-colores-de-goethe y https://www.eldiario.net/noticias/2017/2017_02/nt170206/opinion.php?n=30&-la-teoria-de-los-colores-de-goethe
[6] Poema “Gingko Biloba” de Goethe recitado por Hans-Jörg Große, disponible en: https://youtu.be/dkwMTrLF6Sk
[7] “Dass ich eins und doppelt bin” se puede traducir por “que soy sencillo y ambigüo” y/o “que soy simple y doble”. El poema juega con esta ambigüedad.