Sticker-Aktivismo
Sticking to it: Barbara. y Irmela Mensah-Schramm
Cuando hoy en día pensamos en el street art o arte urbano en Alemania, con frecuencia se nos vienen a la cabeza nombres como ebc o Herakut. Pero desde hace poco tiempo dos artistas les están dando un nuevo aspecto a las calles alemanas. El sticker art con compromiso político de Barbara. y la iniciativa de Irmela Mensah-Schramm ya han transformado las zonas de algunas ciudades en escenarios de activismo y de compromiso cívico.
De Peter Schweppe
Desde el nacimiento del moderno graffiti en la década de 1960 en Filadelfia y Nueva York, el arte callejero “no oficial” se ha arrogado el derecho a ocupar el espacio público y expresar opiniones de manera pública. Y lo ha hecho de manera muy efectiva, como se ha mostrado con el paso del tiempo. Artistas como Barbara Kruger o Jean-Michel Basquiat contribuyeron al debate social con sus comentarios gráficos plasmados en fachadas de casas. De esta manera llamaban la atención sobre cuestiones como, por ejemplo, la relación entre el espacio público y la propiedad privada, y también sobre temas más complejos, como la identidad, el anonimato o el desacato a la autoridad.
Construcciones icónicas, como el Muro de Berlín y, posteriormente, la East Side Gallery contribuyeron a que las calles de Alemania se volvieran interesantes para las y los artistas del mundo del street art. La inauguración del Museo Urban Nation en 2017 en Berlín, que el periódico The Guardian describió como “la primera institución en todo el mundo dedicada a la conservación y el archivo de street art y graffiti”, refleja el entusiasmo de Alemania por el arte urbano y, al mismo tiempo, muestra cómo su carácter marginal se ha transformado en la opinión pública, sino es que incluso en la totalidad del mundo del arte.
Este entusiasmo por al street art alemán se ha fortalecido en el curso de discusiones y protestas cada vez más polémicas, como la marcha del 27 de mayo de 2018, en la que 5 mil seguidores del partido de extrema derecha AfD (Alternative für Deutschland, Alternativa por Alemania) se toparon con 25 mil personas manifestándose en su contra. Pero las declaraciones políticas en las calles han vuelto a despertar también una cierta fascinación por un medio tradicional de comunicación: la calcomanía política. Más fáciles y rápidas de usar que las largas consignas escritas a mano, las calcomanías han llamado a tal punto la atención pública que incluso el Museo de Historia de Berlín organizó en 2016 una exposición con el título “Complot: Calcomanías antisemitas y racistas desde 1880 hasta la actualidad”. El objetivo de la exposición era ilustrar el papel preponderante que las calcomanías políticas han desempeñado en el pasado y en el presente.
La aparición de calcomanías extremistas y llenas de odio ha motivado a artistas y activistas como Barbara. e Irmela Mensah-Schramm a recuperar las superficies públicas con imaginativos mensajes llenos de esperanza y de humor para mostrar que un nuevo inicio es posible y, a veces, incluso necesario.
El odio es poderoso - Barbara. | © Barbara. Su declaración “Quiero ser anónima“ (@ichwillanonymbleiben) invita a que se le compare con Banksy, y provoca rumores sobre su verdadera identidad. Además, Barbara. no ha definido el género del pronombre que se debe usar en su caso. En lugar de ello, se identifica simplemente como un “ser humano”, aunque para este artículo autorizó el uso del pronombre “ella”. Lo que sí se conoce de sobra es la forma de activismo artístico que Barbara. hace con calcomanías, mismo que se ha propagado ya en muchas ciudades alemanas, desde Heidelberg hasta Hamburgo y más allá.
Puesto que Barbara. considera al espacio urbano como un espejo de puntos de vista públicos, ha reconfigurado este espacio con sus calcomanías de manera amorosa, invitante y llena de humor. Cuando era pequeña, cubrió una calcomanía de una suástica con otra calcomanía. Dice que eso fue lo que despertó su pasión por los stickers. Desde entonces el nombre Barbara. se ha convertido en distintivo para un compromiso cívico ingenioso. Con lemas como “Pego, luego existo” (paráfrisis del cartesiano “Pienso, luego existo”) combina de manera lúdica el motivo del sticker con la filosofía existencialista y la praxis social. Otros slogans sustituyen letras en letreros públicos, otorgándoles un nuevo significado de manera creativa.
Entretanto la popularidad de las calcomanías de Barbara. en los medios sociales ya se ha hecho extensiva al mundo editorial: Bastei Lübbe le ha dedicado al arte urbano de Barbara
Conectar el cerebro - Barbara. | © Barbara. una serie de volúmenes de fotografías convirtiendo su obra en un legado perdurable (el último volumen se publicó en abril de 2018).
La maestra retirada Irmela Mensah-Schramm se ha dedicado desde hace mucho tiempo a remover los mensajes de odio de las calles de Alemania. Equipada con una espátula, la “limpiadora política” Mensah-Schramm viaja por todo el país para limpiar los muros alemanes de los agravios extremistas. Su compromiso humanitario, impulsado por su pasión por fomentar una sociedad más comprensiva, le ha merecido varias distinciones. Entre ellas, el Premio de la Paz de la Ciudad de Göttingen, el Premio Silvio Meier y una condecoración del gobierno federal alemán.
A pesar de que Mensah-Schramm se ha dado a conocer sobre todo por remover calcomanías que transmiten mensajes de odio, existe otro aspecto de su trabajo, por lo menos tan importante y duradero: la documentación de esos mismos mensajes extremistas. Ya ha registrado más de 72 mil casos. La colección personal de Mensah-Schramm de citas textuales o lemas de odio es su forma de constituir un archivo público en el que está consignado cuándo, dónde y cómo se ha difundido el odio en las calles alemanas y cómo su activismo pacífico le ha hecho frente.
“Con la cabeza en las nubes” (Kopf in den Wolken) - Neufundland | © Neufundland, foto fija del video “Con la cabeza en las nubes” (Kopf in den Wolken) En febrero pasado, el trabajo de Mensah-Schramm cobró una nueva dimensión cuando colaboró con la banda de pop alemana Neufundland para filmar un video para la canción “Con la cabeza en las nubes” (Kopf in den Wolken). Sin embargo, debido a que las tomas se realizaron en lugares públicos, la filmación del video se vio permanentemente interrumpida por extremistas de derecha, quienes amenazaron a los camarógrafos y a Mensah-Schramm. Aunque al final estas interferencias provocaron la cancelación de la filmación, la activista no permitirá que esto le impida seguir con su importante trabajo.
Pegar y despegar: ambas formas de activismo vinculan al arte con el espacio público y ponen de manifiesto las cosas en común que tienen las diferentes formas de compromiso cívico, pero también que, con frecuencia, esto puede llevar a situaciones “sticky”, es decir, difíciles.
Desde el nacimiento del moderno graffiti en la década de 1960 en Filadelfia y Nueva York, el arte callejero “no oficial” se ha arrogado el derecho a ocupar el espacio público y expresar opiniones de manera pública. Y lo ha hecho de manera muy efectiva, como se ha mostrado con el paso del tiempo. Artistas como Barbara Kruger o Jean-Michel Basquiat contribuyeron al debate social con sus comentarios gráficos plasmados en fachadas de casas. De esta manera llamaban la atención sobre cuestiones como, por ejemplo, la relación entre el espacio público y la propiedad privada, y también sobre temas más complejos, como la identidad, el anonimato o el desacato a la autoridad.
Construcciones icónicas, como el Muro de Berlín y, posteriormente, la East Side Gallery contribuyeron a que las calles de Alemania se volvieran interesantes para las y los artistas del mundo del street art. La inauguración del Museo Urban Nation en 2017 en Berlín, que el periódico The Guardian describió como “la primera institución en todo el mundo dedicada a la conservación y el archivo de street art y graffiti”, refleja el entusiasmo de Alemania por el arte urbano y, al mismo tiempo, muestra cómo su carácter marginal se ha transformado en la opinión pública, sino es que incluso en la totalidad del mundo del arte.
Este entusiasmo por al street art alemán se ha fortalecido en el curso de discusiones y protestas cada vez más polémicas, como la marcha del 27 de mayo de 2018, en la que 5 mil seguidores del partido de extrema derecha AfD (Alternative für Deutschland, Alternativa por Alemania) se toparon con 25 mil personas manifestándose en su contra. Pero las declaraciones políticas en las calles han vuelto a despertar también una cierta fascinación por un medio tradicional de comunicación: la calcomanía política. Más fáciles y rápidas de usar que las largas consignas escritas a mano, las calcomanías han llamado a tal punto la atención pública que incluso el Museo de Historia de Berlín organizó en 2016 una exposición con el título “Complot: Calcomanías antisemitas y racistas desde 1880 hasta la actualidad”. El objetivo de la exposición era ilustrar el papel preponderante que las calcomanías políticas han desempeñado en el pasado y en el presente.
La aparición de calcomanías extremistas y llenas de odio ha motivado a artistas y activistas como Barbara. e Irmela Mensah-Schramm a recuperar las superficies públicas con imaginativos mensajes llenos de esperanza y de humor para mostrar que un nuevo inicio es posible y, a veces, incluso necesario.
#Stickermania: Barbara.
La activista del sticker art conocida con el pseudónimo de Barbara. (escrito así, con un punto al final) quizá sea la artista alemana más popular en la actualidad. Barbara. tiene más de 650 mil seguidores en Facebook y 360.000 en Instagram. En 2016 ganó el famoso premio Grimme Online Award for Street Art. ¿Pero quién es Barbara. y por qué gustan tanto sus calcomanías?El odio es poderoso - Barbara. | © Barbara. Su declaración “Quiero ser anónima“ (@ichwillanonymbleiben) invita a que se le compare con Banksy, y provoca rumores sobre su verdadera identidad. Además, Barbara. no ha definido el género del pronombre que se debe usar en su caso. En lugar de ello, se identifica simplemente como un “ser humano”, aunque para este artículo autorizó el uso del pronombre “ella”. Lo que sí se conoce de sobra es la forma de activismo artístico que Barbara. hace con calcomanías, mismo que se ha propagado ya en muchas ciudades alemanas, desde Heidelberg hasta Hamburgo y más allá.
Puesto que Barbara. considera al espacio urbano como un espejo de puntos de vista públicos, ha reconfigurado este espacio con sus calcomanías de manera amorosa, invitante y llena de humor. Cuando era pequeña, cubrió una calcomanía de una suástica con otra calcomanía. Dice que eso fue lo que despertó su pasión por los stickers. Desde entonces el nombre Barbara. se ha convertido en distintivo para un compromiso cívico ingenioso. Con lemas como “Pego, luego existo” (paráfrisis del cartesiano “Pienso, luego existo”) combina de manera lúdica el motivo del sticker con la filosofía existencialista y la praxis social. Otros slogans sustituyen letras en letreros públicos, otorgándoles un nuevo significado de manera creativa.
Entretanto la popularidad de las calcomanías de Barbara. en los medios sociales ya se ha hecho extensiva al mundo editorial: Bastei Lübbe le ha dedicado al arte urbano de Barbara
Conectar el cerebro - Barbara. | © Barbara. una serie de volúmenes de fotografías convirtiendo su obra en un legado perdurable (el último volumen se publicó en abril de 2018).
„Limpiadora política”: Irmela Mensha-Schramm
Mientras que el activismo artístico de Barbara. se basa en stickers humorísticos y optimistas, mismos que difunde por todas partes en bardas y letreros, otra artista activista ha convertido la eliminación de calcomanías en el centro de su acción.La maestra retirada Irmela Mensah-Schramm se ha dedicado desde hace mucho tiempo a remover los mensajes de odio de las calles de Alemania. Equipada con una espátula, la “limpiadora política” Mensah-Schramm viaja por todo el país para limpiar los muros alemanes de los agravios extremistas. Su compromiso humanitario, impulsado por su pasión por fomentar una sociedad más comprensiva, le ha merecido varias distinciones. Entre ellas, el Premio de la Paz de la Ciudad de Göttingen, el Premio Silvio Meier y una condecoración del gobierno federal alemán.
A pesar de que Mensah-Schramm se ha dado a conocer sobre todo por remover calcomanías que transmiten mensajes de odio, existe otro aspecto de su trabajo, por lo menos tan importante y duradero: la documentación de esos mismos mensajes extremistas. Ya ha registrado más de 72 mil casos. La colección personal de Mensah-Schramm de citas textuales o lemas de odio es su forma de constituir un archivo público en el que está consignado cuándo, dónde y cómo se ha difundido el odio en las calles alemanas y cómo su activismo pacífico le ha hecho frente.
“Con la cabeza en las nubes” (Kopf in den Wolken) - Neufundland | © Neufundland, foto fija del video “Con la cabeza en las nubes” (Kopf in den Wolken) En febrero pasado, el trabajo de Mensah-Schramm cobró una nueva dimensión cuando colaboró con la banda de pop alemana Neufundland para filmar un video para la canción “Con la cabeza en las nubes” (Kopf in den Wolken). Sin embargo, debido a que las tomas se realizaron en lugares públicos, la filmación del video se vio permanentemente interrumpida por extremistas de derecha, quienes amenazaron a los camarógrafos y a Mensah-Schramm. Aunque al final estas interferencias provocaron la cancelación de la filmación, la activista no permitirá que esto le impida seguir con su importante trabajo.
Pegar y despegar: ambas formas de activismo vinculan al arte con el espacio público y ponen de manifiesto las cosas en común que tienen las diferentes formas de compromiso cívico, pero también que, con frecuencia, esto puede llevar a situaciones “sticky”, es decir, difíciles.