„Mayas en Berlin“ de Tomer Linaje
LA MUERTE USA UNA MÁSCARA DE JADE
Una de las culturas más famosas del mundo es la maya, civilización mesoamericana que se extendió de la península de Yucatán, hasta la parte occidental de Honduras y El Salvador en el período Preclásico.Se destacaron como grandes astrónomos, agricultores y matemáticos, por lo que son de gran inspiración y punto de referencia en el desarrollo de la humanidad en América.
El artista mexicano, Tomer Linaje, estaba tan fascinado por esta cultura que plasmó un mural rindiendo un pequeño homenaje a los mayas: “Yo estaba decidido a que iba a pintar algo que representara a la cultura mexicana y en ese entonces, mi hijo estaba estudiando sobre la cultura maya, todo el tiempo veíamos películas sobre ella”, comenta.
La verdadera esencia del grafiti se vive en la noche, pintando.
Pero esto no se quedó en una simple representación de retratos con características mayas. Tomer Linaje entretejió un significado personal y emocionalmente fuerte a esta pieza: “Al estar tan lejos, fue una manera de hacerle un pequeño obsequio a mi hijo porque yo no lo pude llevar a Alemania. Que él supiera que estaba presente conmigo”, dice.
Tomer Linaje
Rafael Medina Martínez, mejor conocido como Tomer Linaje, es un artista plástico autodidacta que desde la secundaria se vio interesado en el Street Art. Si bien sus inicios solo consistían en rayar su firma en espacios públicos, con el tiempo y mucha constancia fue ganándose un lugar entre los muralistas mexicanos más reconocidos de todo el mundo, desde la isla de Holbox y Valle de Bravo, hasta São Paulo y Alemania: “Soy un artista autodidacta. Aprendí con la constancia, la experimentación y a través de historia del arte, y videos de otros artistas”, relata.
Su estilo hiperrealista retrata a personajes y animales mexicanos: desde una chica poblana hasta la querida Frida Kahlo; desde el famoso perrito xoloitzcuintle hasta el elegante jaguar, pero su mayor modelo es su hijo, a quien ha retratado en sus piezas de diferentes maneras.
Durante su estancia en Alemania, Tomer quiso conocer más de este país europeo, por lo que decidió emprender un viaje a la capital para conocer Berlín, pero las pocas similitudes culturales le hicieron una mala jugada: “Me perdí en Alemania porque el camión que iba a tomar no salió, así que tuve que regresar a donde estaba hasta las 4 am, casi llorando por estar perdido, pero al otro día lo intenté y lo logré”, dice.