Viaje de regreso  Reescribiendo historias ocultas por el proceso colonial

Exposición Travelling Back, Instituto Central Historia de Historia del Arte, Múnich.
Exposición Travelling Back, Instituto Central Historia de Historia del Arte, Múnich.

Una exposición en Múnich presenta recuentos de la historia de una joven indígena, llevada de Brasil a Alemania por naturalistas en el siglo XIX, y confronta los legados del colonialismo presentes hasta el día de hoy.

Las litografías realizadas por los naturalistas bávaros Johann Baptist von Spix (1781-1826) y Carl Friedrich Philipp von Martius (1794-1868) marcan el imaginario imperial brasileño. Frutos de la expedición realizada entre 1817 y 1820, descomponen las partes que componen una flor, muestran un suntuoso paisaje de bosques tropicales y dibujan los rostros de diferentes pueblos indígenas. Repensar este archivo de imágenes es la propuesta de la exposición Travelling Back: Blickwechsel auf eine Expedition von München nach Brasilien im 19. Jahrhundert (Viaje de regreso: cambio de perspectiva en una expedición de Múnich a Brasil en el siglo XIX), curada por Sabrina Moura, investigadora visitante en el Käte Hamburger Research Center global dis:connect. Abierta al público hasta abril de 2024 en el Instituto Central de Historia del Arte de Múnich, la exposición presenta, entre las obras expuestas, el rostro familiar de una niña de ojos almendrados y mirada lejana: “Miranha”.

Spix y Martius encontraron “miranhas” (el término a veces se usa genéricamente) en un estado “grosero y bestial”, como lo expresaron en los tres volúmenes de Viaje por Brasil, 1817-1820. Los autores describen a los miembros de la población nativa del país como “indios robustos, bien proporcionados y de tez oscura”. Y añaden: “antropófagos”. En la niña que dibujaron vemos dos pequeños pinchazos en la nariz. Respecto al adorno, comenta lo siguiente: “espantosa perfección de deformidad”. Isabella Miranha, nombre que recibió, fue trasladada, junto con el niño Johan Juri, también retratado en una litografía, a Múnich. Ambos, transportados como objetos de armarios de curiosidades, acabaron muriendo, al no soportar “el cambio de clima y otras circunstancias externas”, según los naturalistas.

Desde la perspectiva de la literatura

En 2021, Miranha y Juri regresaron a través del libro O som do roar da onça, de la escritor Micheliny Verunschk. En la obra, que forma parte de la exposición en Múnich, la joven indígena, ahora llamada Iñe-e, pasa a ser un sujeto. Como escribe Verunschk, en extractos traducidos al alemán en la exposición, “esta es la historia de la muerte de Iñe-e. Y también la historia de cómo perdió su nombre y su hogar. Y la historia de cómo permanece bajo vigilancia”. La ficción, en este caso, rehace la historia de la niña y da cuerpo a su voz.

En el libro, Verunschk también nos presenta a Josefa, un personaje contemporáneo que, en una exposición, se topa con grabados de la expedición de Spix y Martius. Josefa se transforma al mirar esas imágenes. De Pará emigró a São Paulo y ve sus orígenes y desplazamientos en paralelo a los de la niña retratada. El personaje se reconoce en esa imagen expuesta, lo que la obliga a revisitar su propio pasado e incluso desandar su camino indígena. Josefa viaja a Munich en una búsqueda plural de identidades, buscando algo de ella y de la niña.

Historia rodeada de violencia

Otra obra destacada en la exposición fue creada por la artista brasileña Gê Viana. A través de collages, la artista superpone a su Miranha de rostro rojizo al colorido mapa etnográfico y lingüístico realizado por Martius en 1867. Viana viste a la niña con hombreras hechas de hojas y un collar de luna. En su cabeza, un tocado de flores y cielos. Las superposiciones de temas coloniales tan definidos (botánica, astronomía, geografía, lenguas y pueblos indígenas) protegen a la niña y forman un retrato complejo. La sombra de la ciencia naturalista del siglo XIX aún convive con una serie de cuchillos en la cabeza de Miranha, en una historia sin duda rodeada de violencia.

Además de relecturas o actualizaciones, Gê Viana entiende su obra como una “autoría de savia”, capaz de crear ramificaciones más allá de museos y galerías, introduciéndose en el sistema educativo y rozando la iconografía brasileña del siglo XIX. “La historia de estos niños, Isabel y su hermano Juri, tienen una conexión de desplazamiento forzado que me hizo querer revelar otra narrativa, señalando algunos elementos simbólicos de protección y comunicación”, explica. La artista retoma historias marcadas por el dolor y las lagunas de información, ya sea “por la ausencia de un ritual funerario practicado por su familia, por la maldad y la codicia de las negociaciones políticas, por la soledad y el frío”. Y añade: “la muerte no es el fin”.
Ausstellung Travelling Back, Zentralinstitut für Kunstgeschichte, München.

Ausstellung Travelling Back, Zentralinstitut für Kunstgeschichte, München.

En un poema, Viana escribe a Miranha y Juri, así como a seis tupinambás de Maranhão que fueron llevados a Francia: “Escuché que hay un pájaro con el poder de viajar entre diferentes tiempos, llevando información sobre cómo es el mundo hoy. Se comunica pasando su pico por la saliva entre los labios de quienes estuvieron aquí y quienes tienen el poder de involucrarse con el bosque, pidiendo un beso con un silbido”, dice la artista. La idea subyacente de ancestralidad recorre así sus obras: “Creo que mis creaciones son un llamado a la libertad que proviene de un lugar de intimidad con las narrativas ancestrales de mi territorio de Maranhão”. Miranha, Juri, los Tupinambás y tantos otros silenciados son, por tanto, parte de esta sanación y poética de la savia.

“Fabulación crítica”

Para la curadora Sabrina Moura, las obras literarias y artísticas expuestas en Travelling Back son ejemplos de la idea de “fabulación crítica”, un concepto creado por la escritora estadounidense Saidiya Hartman, que ofrece una “licencia para ficcionalizar desde los silencios de los archivos y investiga el porqué de estos silencios. Así, Iñe-se es otra Miranha –aunque también sea la que se exhibe en el museo– basada en una insurgencia contra una historia dominante.

Moura se basa también en el pensamiento de la crítica literaria estadounidense Mary Louise Pratt, quien, en el libro Los ojos del imperio: relatos de viaje y transculturación, “demuestra cómo las expediciones científicas del siglo XIX buscaron diferenciarse del proyecto colonial basado en una forma más noble de producir conocimiento científico”, afirma. “Pero lo que muestra, al final, es que sí, hay una colonialidad presente en el corazón del proyecto de ciencias naturales, y la exposición trata de eso”, añade el curador.

“Ojos imparciales”

Amparados por el discurso de la objetividad, los naturalistas Spix y Martius creían ocupar un espacio separado de lo que observaban. El mundo se presentaba como una imagen que podía entenderse y diseccionarse bajo los ojos imparciales de una supuesta verdad científica. Cuestionar esta postura es uno de los pilares de la exposición Travelling Back. 

 

Y Miranha es una de tantas vidas reducidas y extintas en Brasil. A través de la ventana ella vería en las calles de Múnich los bustos públicos erigidos en honor de los científicos pioneros. Pero, al mismo tiempo, ya no pertenece a una mera imagen tímida entre las paredes de un museo. A través de las cartas de Micheliny Verunschk y los collages de Gê Viana, la niña es abrazada más allá de los tonos cansados y supuestamente neutros del famoso grabado. Y comienza a contar sus historias y a reconstruir sus propios recuerdos –y los de muchas otras y muchos otros. Paso a paso, denuncia y subvierte los caminos de esos viajeros, retomando las historias que fueron deshumanizadas por el proceso colonial.