Felix Heidenreich ha publicado una novela con motivo del aniversario de Kant: Der Diener des Philosophen (El sirviente del filósofo). En ella, los lectores no sólo conocen al gran filósofo Immanuel Kant desde una nueva perspectiva, sino también a las personas que estuvieron cerca de él. En esta entrevista, el autor Felix Heidenreich habla de Kant como un adicto a los medios de comunicación, la rutina matutina del filósofo y de qué ideas de la Ilustración que podríamos aplicar urgentemente en 2024.
Verena Hütter: Felix Heidenreich, su libro es divertido para personas con muchos conocimientos previos sobre Kant, pero también para quienes no los tienen. Supongamos que alguien no tiene ningún conocimiento previo: ¿Cómo les explicaría a Kant en pocas palabras? ¿Qué es lo más importante?Felix Heidenreich: Kant se nos suele presentar como el filósofo paradigmático de la Modernidad. Y en este sentido, podría decirse que vivimos en un mundo kantiano, porque esperamos la razón, y concretamente una razón universal capaz de trascender todas las fronteras lingüísticas y culturales, una razón que nos conduzca hacia un futuro pacífico, sano y más libre. Esto es una cosa. La otra es que Kant como figura es emblemático de una determinada idea de la filosofía: cultivó una forma de vida muy estructurada, una manera muy coherente de moverse por la vida y de organizar su propia vida según principios filosóficos y máximas pragmáticas: Al parecer, la vida vivida debía avalar la obra filosófica. Esto también le convierte en un héroe como persona.
Por cierto, la filosofía de la Ilustración de Kant llegó relativamente tarde en comparación con el resto de Europa. Del mismo modo que Alemania en conjunto llega tarde a la gran fiesta de la Ilustración (en la que los escoceses y los franceses llevan mucho tiempo conversando) y es recibida quizá con un número especialmente elevado de saludos y aplausos, tal y como lo conocemos de las fiestas. En este sentido, Kant es, al menos desde una visión alemana, la cumbre y, al mismo tiempo, el punto final de la filosofía de la Ilustración por excelencia.
Usted decidió contribuir con una novela al año del aniversario de Kant en lugar de un libro de no ficción. Y como novelista, ha encontrado un hermoso telón: la Königsberg del siglo XVIII. ¿Puede describir la ciudad?
Lo asombroso es cuán intelectualmente vivo era el público citadino de Königsberg. Kant y su círculo de amigos y el público burgués en general se interesaban mucho por los acontecimientos mundiales, participan de ellos y discutían sobre complicados temas filosóficos. Aunque Königsberg no era en absoluto una metrópoli como Londres, siempre estuvo indirectamente implicada en lo que ocurría en el mundo: la ocupación rusa y la guerra, pero también a través de los comerciantes ingleses y de un intenso contacto intelectual con el mundo, en la prensa y la correspondencia. Aquí vemos ya una público europeo que hoy desearíamos.
Kant nunca salió de Königsberg. Sin embargo, le interesaba el extranjero. Usted propuso la tesis que Kant, como lector de libros de viajes, era "una especie de adicto a los medios".
Eso está verdaderamente muy exagerado, pero es interesante cómo Kant recurrió a los libros de viajes, sobre todo en sus conferencias. Para mí, esto remite a los abismos y lados sombríos de la Ilustración: que precisamente la misma persona que, en su texto ¿Qué es la Ilustración?, nos exhorta a utilizar nuestra razón sin la instrucción de otra persona, es la misma que, en muchos aspectos, depende de que otras personas le cuenten lo que pasa con los persas y los franceses y otros. Creo que aquí hay mucha comedia involuntaria y, al mismo tiempo, tragedia de que se pueda ver cómo Kant fracasa a causa de sus propias exigencias.
Kant nos es a la vez lejano y cercano.
Sin duda ayuda. Lo vemos con muchas personas que han legado obras gigantescas. Pienso en Johann Sebastian Bach, Honoré de Balzac o Thomas Mann. Se requiere un buen manejo y una máquina bien aceitada para obtener un buen resultado. No lo digo de manera despectiva, sino con admiración. Me parece interesante que, por un lado, Kant nos parezca aquí ajeno, compulsivo y curiosamente riguroso. Y al mismo tiempo nos es cercano.
Pues nosotros también vivimos en un tiempo en el que muchas personas intentan controlar su entorno cercano. Hacen dietas, planes de ejercicio, rutinas matutinas, practican yoga y meditación: el entorno cercano, que es controlable, está muy estructurado. Se podría suponer que se trata de una compensación porque vemos cómo el entorno lejano se sale de control. Estamos viviendo una guerra en Ucrania, terror y caos en Oriente Medio y una catástrofe climática que se acerca. Todo está más o menos fuera de nuestro control. Y si ya no podemos controlarlo, al menos en la mañana podemos preparar un cereal saludable perfectamente planificado.
Tal vez a Kant le pasó lo mismo. Vivió la ocupación rusa, estuvo sometido a un poder político absolutista, observó el caos de la Revolución Francesa. Vivió en una época de tornados memorables. Y tal vez se construyó una especie de refugio controlado. Entonces, Kant no nos parecería tan lejano como se veía.
Si se cree su novela, entonces Kant no siempre fue así, sino que al principio era un personaje bastante vanidoso que frecuentaba mucho actos sociales. Y de repente llegó un punto en que mutó de "masetro elegante" a asceta. ¿Está comprobado o es ficción suya?
Es indiscutible que, alrededor de los cuarenta años, hay una especie de crisis de la mediana edad. Sólo se puede especular sobre las razones y el significado. En mi novela he incluido muchos detalles históricamente comprobados. Las personas y las numerosas citas proceden de las fuentes. Pero, al mismo tiempo, me tomé la libertad, por supuesto, de imaginarlo todo. Quería debilitar existencialmente su obra filosófica.
Interpreto la lucha de Kant por asegurar la razón y la esperanza de tener un piso sólido bajo los pies, por desarrollar un "fundamento" de la metafísica y por alcanzar la claridad filosófica como respuesta a una amenaza existencial. Saber lo que es la razón significa también poder escapar la ilusión y la locura. Por lo tanto, el motivo del fantasma y de la sombra es central. Los expertos en Kant de este mundo querrán corregirme, pero creo que así es como se puede leer a Kant: no como pura teoría y un juego filosófico de perlas, sino como una reacción a una conmoción e incertidumbre existenciales.
Un comerciante edita al filósofo.
Joseph Green me parece una figura muy interesante. Al parecer, llegó a discutir la Crítica de la razón pura pasaje por pasaje con Kant. El hecho de que algo así fuera posible en el siglo XVIII, ¡que un comerciante pudiera corregir las obras maestras de la filosofía contemporánea a la par de su trabajo, es espectacular! Y también es conmovedor, porque eso significa para nosotros que deberíamos pensar si es realmente deseable que hoy vivamos en una sociedad de diferenciación y especialización, en la que cada uno sólo cultiva su pequeña área de especialización. En este contexto, Joseph Green es personaje fascinante.
Pero también me encariñé con los otros personajes del entorno de Kant. No tuve que inventar mucho. Los personajes eran tan extravagantes por sí mismos que a menudo sólo era cuestión de organizar hábilmente el material.
Estos personajes en torno a Kant no han sido observados tan de cerca hasta ahora, ¿verdad? Si se buscan los nombres en Internet, no se obtienen muchos resultados.
Hay algo sobre Theodor von Hippel, porque escribió un curioso tratado sobre el matrimonio. Y también hay algunas cosas sobre Ehregott Wasianski, el primer biógrafo de Kant. No quiero afirmar ningún descubrimiento espectacular, sino mostrar algo más: que también y sobre todo una filosofía que subraya fuertemente al individuo y pretende pensar por sí misma, sola y "trascendentalmente", nace en una constelación social. Paradójicamente, la formulación de esta filosofía en cierto modo solipsista tuvo lugar de forma completamente no solipsista, en una estructura de red.
ALEGATO A FAVOR DE UNA FORMA SUAVE DE LA ILUSTRACIÓN
¿Qué relevancia tiene la Ilustración en 2024, año del tricentenario del nacimiento de Kant? ¿Por qué es interesante ocuparse de la Ilustración hoy?No hace falta mucha perspicacia para ver que los logros de la Ilustración están siendo atacados masivamente en tod el mundo. El trumpismo como movimiento global, el populismo, los movimientos autoritarios, el pensamiento identitario – todos ellos son ataques explícitos a la razón universal.
Por un lado, creo que una crítica poscolonial, feminista y deconstructivista de ciertas ideas de la Ilustración es importante y correcta. Y, por supuesto, "Occidente" debe superar la historia de su propio racismo e imperialismo. Al mismo tiempo, no debemos tirar todo por la borda. Estamos frente a la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos promover de manera adecuada una forma suave de la Ilustración, una forma de universalismo que no sea necesariamente "radical", sino más bien comunicativo? ¿Cómo puede ser una Ilustración que no se presente a la vuelta de la esquina como una especie de "imperialismo racional de arriba abajo"? Tendría que ser una forma de Ilustración menos rigurosa, más lúdica y, sin embargo, consecuente. ¿Cómo formulamos una idea de la Ilustración que sea consciente de sus propias sombras, fantasmas, restos sin resolver y ambivalencias, y que, a la vez, defienda la dignidad de todas las personas? Ése es el reto.
"EL SIRVIENTE DEL FILÓSFO"
La novela de Felix Heidenreich para el Año de Kant 2024, Der Diener des Philosphen, fue publicada por Wallstein-Verlag. Desde diferentes perspectivas, quien estuvieron cerca de Immanuel Kant cuentan sus historias en la novela: su sirviente Martin Lampe, su secretario Ehregott Wasianski, el comerciante Joseph Green y el mismo filósofo. El sirviente Lampe no es tan ingenuo como parece a primera vista, a Wasianski no le gustan los planes de matrimonio de Kant, y Green tiene que comentar los escritos filosóficos de Kant además de su trabajo como comerciante. Más sobre el libro.
julio 2024