El puerto de List es el más pequeño de nuestra colección. No está lejos del punto extremo norte de Alemania, en la isla de Sylt del mar del Norte. Desde su escritorio del Museum Naturgewalten (Museo de las Fuerzas Naturales), Melanie Steur puede ver en línea recta el mar y el puerto. Mientras el ferry zarpa en dirección a la isla danesa de Römö balanceándose sobre las olas, la encargada de prensa y organizadora de visitas a humedales nos habla del puerto, del mar y de la vida en una isla pequeña.
Me gusta estar en el puerto porque aquí reina una atmósfera especial. Desde mi escritorio, por la ventana puedo ver en línea recta el puerto. Veo los botes y el ferry que hace el trayecto entre Römo y List. También me gusta ir a Römö para ver desde el agua Sylt, la isla donde vivo. En el puerto se junta siempre una concurrencia muy especial. Muchos vienen para comer sándwiches de pescado. También conozco a muchos de los que trabajan aquí. Aunque sea muy pequeño, el puerto es una puerta al mundo.Además del ferry están los barcos de excursión: el Gret Palucca y el Rosa Paluka, que entran y salen regularmente del puerto. Están los veleros privados del club náutico y nuestro buque de rescate, el Pidder Lüng. No lejos del puerto, en el norte de la isla, en el llamado “codo”, está el punto extremo norte de Alemania.
Una vida insular
No nací en Sylt, soy de la ciudad de Münster, en Westfalia, pero vivo desde 2009 en la isla. Vine por primera vez en 1990, de niña, para hacer un tratamiento. Desde entonces pasé aquí todas las vacaciones de verano con mi familia. A los diecinueve años, después de terminar la secundaria, hice un voluntariado ecológico de un año en la isla, en Braderup. Después comencé la universidad. Cuando terminé mi formación como redactora en Westfalia me volví a mudar a Sylt y trabajé en el periódico Sylter Rundschau de Westerland. Más tarde me cambié al Museum Naturgewalten.Aunque la isla no es grande, siempre están pasando cosas. Recibimos muchos visitantes, que ven la isla de modo diferente de como la ven las personas locales. Empezando por el modo en que sentimos el viento, que es muy diferente. Cuando los visitantes dicen: “¡Está tormentoso afuera!”, los locales dicen: “Sí, está corriendo un poquito de aire fresco”. La gente mayor de la isla habla dialecto bajo alemán o también sölring, el dialecto de la isla. El saludo “Moin, moin” es parte del vocabulario de los isleños. “Moin” quiere decir “hola” y todavía se sigue usando.
Si no tuviera otra opción, podría vivir en otro lugar que no fuera junto al mar. Pero no quiero. Paso mucho tiempo al aire libre. Aquí me conecto de modo fantástico con la naturaleza, que en cada estación es diferente. Ahora se viene la temporada de poca luz, en la que bebemos té y encendemos velas dentro de casa. Afuera el viento aúlla y la lluvia golpea contra las ventanas. Entonces nos ponemos ropa muy abrigada y salimos a contemplar el mar tormentoso. En verano sólo usamos traje de baño y sandalias y, siempre que se puede, nos metemos en el mar.
Un museo en el puerto y el mar de Frisia
En el Museum Naturgewalten, donde hago el trabajo de prensa, hemos trabajado para nuestra muestra actual con las asociaciones de protección de la naturaleza. La exposición tiene tres secciones: “Convivir con elementos naturales”, que trata de la fauna y la flora del Nationalpark Wattenmeer (Parque Nacional del Mar de Frisia); después está la sección “Fuerzas del mar del Norte”, con información sobre marejadas ciclónicas, salvataje marítimo y dunas movedizas; la tercera sección se llama “Investigación climática”, que aborda la investigación y fenómenos climáticos actuales. Además, tenemos un planetario, el Sylt-Dom, que es un cine esférico donde uno puede sentarse y quedar envuelto por imágenes de la isla.Además del trabajo de prensa del museo, ofrezco visitas guiadas a los humedales costeros. El humedal es un hábitat especial, que a primera vista resulta poco llamativo. Cuando se mira esa superficie con ojos inexpertos, se ve apenas una especie de melancólico mundo de barro, no muy atractivo. También huele muy diferente. Pero si uno se adentra con alguien que conoce ese mundo se ven los moluscos enterrados, las diferentes especies de lombrices, por ejemplo, el gusano de cebo. Pueden conocerse animales cuando todavía son muy pequeños, los cangrejos de mar. Es un hábitat muy especial, porque está relacionado con las mareas . Los animales quedan expuestos en la arena dos veces por día y tienen que arreglárselas en esas condiciones especiales. Además de los animales del humedal, hay muchos otros animales en la isla, ovejas, zorros, perros mapaches, aves y ardillas.
El mes en que más me gusta la isla es febrero. Se puede patinar sobre los lagos congelados. A veces incluso el mar de Frisia se congela. Y hay que ponerse ropa muy abrigada, pero en algún momento ya empieza a volver la luz . Y el 21 de febrero tiene lugar la gran fiesta de la isla, el Biikebrennen. Entonces se encienden grandes fogatas en toda la isla. Era así como antiguamente se despedía a los cazadores de ballenas. Decimos adiós al invierno y poco a poco damos paso a la estación.
Verena Hütter protocoló la historia. Gracias a Melanie Steur por compartir su historia del puerto, a Susan Guetari por las fotos y al Museum Natugewalten –el Centro de Experiencia de Fuerzas Naturales– en el puerto de List en la isla de Sylt. El Centro es un proyecto de cooperación entre el municipio de List y el Alfred-Wegener-Institut, la administración del parque nacional y todas las asociaciones de protección de la naturaleza y las costas de Sylt.
octubre 2024