Ya se trate de “El proceso”, “La metamorfosis” o “América”, el hecho es que Franz Kafka supo encontrar en sus novelas y relatos un lenguaje tan maravilloso, que, al leerlas, lectoras y lectores ven aparecer de inmediato las imágenes más grandiosas. El artista madrileño Roberto Maján las ha puesto sobre papel para que podáis contemplarlas. ¡Que os divirtáis!
“El proceso”: una detención muy dudosa
El proceso es una de las novelas que Franz Kafka dejó sin terminar y no se publicaron hasta después de la muerte del autor. En la imagen de la izquierda se ve la desagradable sorpresa que vive el protagonista, Josef K., la mañana del día en que cumple 30 años: sin que él tenga ni la menor idea de por qué, lo detienen dos tipos con mala pinta llamados Franz y Willem. Vienen de parte de la “autoridad”. De cuál autoridad se trata es algo que Josef K. no consigue explicarse. En el centro de la imagen, una persona parpadea asomada a la puerta de su buhardilla: es el pintor Titorelli. No paga el alquiler, pero a cambio tiene que aceptar que toda una serie de muchachas entren y salgan de la vivienda cuando les apetezca. Por último, a la derecha de la imagen, Roberto nos muestra el terrorífico final de la novela: al año justo de la detención de Josef K., dos caballeros con levita y chistera lo llevan a una cantera y allí lo ejecutan.“América”, o “El desaparecido”
Como sucedió con El proceso, la novela América, editada más tarde con el título El desaparecido, quedó también inacabada. El protagonista se llama aquí Karl Roßmann. Después de haber dejado embarazada a una criada, sus padres lo envían a los Estados Unidos. En la imagen de la izquierda, su barco, con la proa dirigida a la Estatua de la Libertad, entra en el puerto de Nueva York. Al principio se encarga de él un tío suyo que es rico, pero pronto dejará de cuidar de Karl. El joven encuentra colocación como ascensorista en el Hotel Occidental, pero aparece por allí –muy bebido– su amigo Robinson, un tipo poco claro (centro de la imagen), y Karl es despedido. La tercera escena, a la derecha, tiene lugar en Oklahoma (o como escribe Kafka: Oklahama). La ciudad entera es un teatro, en el que mujeres vestidas de ángeles hacen sonar los trombones.La “Carta al padre” nunca enviada
La Carta al padre la escribió Franz Kafka en el año 1919 y no la envió nunca. Franz Kafka tenía una relación muy difícil con su padre. En la imagen izquierda se ve cómo percibía Franz a su padre: alguien prepotente y abrumador, un tipo zafio, de profesión carnicero, decidido a no estimar en lo más mínimo las ambiciones literarias de su hijo. En la imagen de la derecha, Roberto nos muestra al pequeño Franz el día que cumplía siete años. A su espalda vemos las velas encendidas en un candelabro con siete brazos, la menorá: Roberto alude así a la confesión judía de la familia Kafka, otra manzana de la discordia entre padre e hijo además de la carrera literaria.Se supone que el compromiso matrimonial de Franz Kafka con Julie Wohryzeck pudo haberle dado pie a escribir la carta al padre. El padre, en efecto, no mostraba demasiado entusiasmo por el emparejamiento, que no consideraba conforme con el nivel social de la familia. Y de hecho la boda no llegó a celebrarse, aunque ello tampoco se debiera tanto al padre como a Franz mismo y su relación tan contradictoria con la cuestión matrimonial; prometido tres veces, no llegó a casarse nunca. Según parece, el padre –y así lo refleja Roberto en la imagen derecha– aconsejó al jovencísimo Franz darse una buena alegría en el burdel. A Franz, como se ve claramente, aquello le desagradó en extremo.
Despertarse convertido en un bicho: “La metamorfosis”
En el relato de 1912 La metamorfosis, Gregor Samsa se encuentra a sí mismo una mañana metamorfoseado en un “bicho monstruoso”. En la imagen izquierda, su hermana le trae un poco de leche para que recupere fuerzas. La leche le había gustado tomarla cuando era un hombre, pero en su estado actual ya no le sabe a nada. La hermana de Gregor, llamada Grete, toca tan bien el violín, que Gregor deja entreabierta la puerta de su alcoba en dirección al salón para poder oírla mejor. Cuando los tres carpinteros se dan cuenta (en la imagen central), se enfurecen. En la imagen derecha, Roberto reproduce el final del relato: el insecto está muerto, Gregor ha desparecido y, tras unos instantes de conmoción, Grete y los padres sienten considerable alivio y se van de excursión por los alrededores de Praga.
“Un artista del hambre”: cuando pasar hambre es arte
El arte del artista del hambre consiste en ejercerlo pasando hambre. En la imagen izquierda, Roberto nos muestra al artista metido en su jaula y al director del espectáculo, que canta al público las bondades de la atracción: no comer nada, ni una sola migaja. El público demuestra entusiasmo al principio, pero después –lo vemos en la imagen central– empieza a perder el interés por contemplar al artista pasando hambre. El artista termina muriendo de inanición, y su puesto en la jaula pasa a ocuparlo una pantera.Muchas gracias a Roberto Maján por sus maravillosas historias de Kafka ilustradas. Johannes von Stritzky, del Goethe-Institut de Madrid, supo ver en Roberto su amor por Kafka y su pericia como ilustrador y ha elegido junto con él las novelas y los relatos. Los textos sobre las imágenes se encargó de escribirlos Verena Hütter.
enero 2024