Aunque el escritor checo murió hace ya un siglo, está disfrutando una nueva época de esplendor en TikTok y en X.
Incluso quienes no hayan leído el relato reconocerán probablemente la ilustración: un escarabajo acostado en la cama, tendido sobre la espalda, agitando en el aire inútilmente sus patas largas y delgadas. Sin duda, el dibujo original está inspirado en La metamorfosis de Franz Kafka. A quien no le diga nada: es un relato publicado en 1915, que cuenta lo acontecido al protagonista, Gregor Samsa, después de amanecer un día habiéndose convertido inexplicablemente en un enorme insecto. El relato no tardó en asentarse en el canon occidental, y sin embargo ahora se tiene la impresión de que una multitud de jóvenes estuvieran descubriendo la vida y la obra de Kafka.Si pasamos a TikTok,encontramos más de 130 millones de visualizaciones de #kafka, en las que sus fans anhelan un amor como él amó a Milena. No faltan tampoco, por supuesto, losfancams de Kafka. A su vez, en Tumblr (que, como es bien sabido, ha vuelto) las entradas con citas enfermizas de los diarios de Kafka –“imposible dormir, imposible quedarme despierto, imposible aguantar la vida”– acumulan miles de comentarios. Del mismo modo, resulta difícil recorrer X sin encontrarse con la repetición, convertida ya en meme, de la ilustración del escarabajo, tanto republicada y etiquetada con “uni life” (i.e.: vida universitaria) o con pechos extragrandes añadidos encima del cuerpecito de artrópodo y la captura “hombres que escriben sobre enfermas mentales”. En tiempos más recientes, una imagen de FKA Twigs disfrazada de cucaracha desencadenó un debate sobre el pintarse la cara de negro... pero también dio pie a cierta gente a encontrar una conexión con La metamorfosis. “Está pasando su etapa Kafka”, comentó una persona.
Existe un humor característico de la generación Z –un humor cínico, absurdo, seco– que está también en la base de gran parte de los trabajos de Kafka.“Hemos vivido, entre otras cosas, el auge del terrorismo extremista, el populismo de ultraderecha, varias guerras, la Primavera Árabe, la crisis financiera mundial, una pandemia que mató a seis millones de personas y el colapso climático”, explica por correo electrónico una persona que estudia con el Dr. Hall. “Y para verle sentido a esta –me atreveré a llamarla así–pesadilla kafkiana recurrimos a bromas, de modo que nuestro humor se vuelve cada vez más nihilista [...]. En esa medida, un escritor como Kafka resulta providencial [para la gente joven], más en particular si pensamos en lo absurdo de la situación de Gregor en La metamorfosis. Es tan familiar y cómoda como disparatada y ridícula.” Pues pocas personas nos habremos despertado alguna vez convertidas en escarabajo, pero en muchos casos, no hay duda, nos hemos sentido antes incomprendidas, atrapadas o alienadas.
“La gente joven está replanteando la idea de trabajo, una necesidad antes identitaria y ahora económica”, añade este estudiante del Dr Hall. “Con la inflación subiendo y los salarios estancados, mal pagadas y con trabajo excesivo, las personas jóvenes están hartas y alienadas. La metamorfosis deja a Gregor incapacitado para trabajar y, por tanto, se vuelve inservible para su familia, para sus patronos y para el mundo. Y eso lo destroza. Lo mata.”
Además de lo dicho, no resulta sorprendente que el modo en que Kafka rinde cuentas del aislamiento social le suene afín a la generación Z – the loneliest living generation. la generación con vidas más solitarias.“No tenemos más que echar un vistazo a La metamorfosis y obtendremos un serio paralelismo también con los confinamientos de 2020”, afirma Leia, veinteañera fan de Kafka. “Kafka es increíble cuando escribe sobre sentirse distanciada del mundo.”Tenemos el paralelismo evidente: Gregor está literalmente confinado en su habitación la mayor parte del relato. Pero también estaba ya alienado antes de convertirse en un bicho; no tenía vida social ni amigos cercanos: su madre se queja de que “nunca sale por las tardes”, y el mismo Gregor despotrica sobre cómo su trabajo le impide cualquier oportunidad de hacer “amistades íntimas”
Quizá hay razones para considerar el término ‘kafkiano’ en peligro de abuso para describir cualquier clase de situación desoladora, del mismo modo que ‘orwelliano’ se usa hoy para referirse a literalmente cualquier situación donde haya censura o vigilancia de cualquier clase o ‘shakespeariano’ para calificar todo lo que suene anticuado. Pero en algo no le falta razón a Leia: en gran parte, la vida de la juventud parece hoy kafkiana en sentido genuino.
Tal como explicaba ya en 1991 el biógrafo de Kafka Frederick Karl en The New York Times: “Lo kafkiano se da cuando te ves en un mundo irreal en el que todas tus pautas de control, todos tus planes, toda la configuración que habías dado a tu propia [conducta] empieza a hacerse pedazos [...].No te das por vencido, no te tumbas para morir. Sino que te afanas en luchar contra ello con todos tus recursos, con cualquier cosa que tengas. Pero, por supuesto, no tienes la menor posibilidad”. Cuando las generaciones jóvenes están peor que las de sus padres, resulta más palmario que nunca que trabajar duro no merece la pena. ¿Arrastrarse día tras día a un trabajo ingrato sin sentido, sin la menor esperanza de progresar en la vida o de ser capaz de afrontar necesidades básicas? ¿Comprar leche de avena y renunciar a las carnes rojas mientras las empresas del petróleo y el gas registran beneficios récord? ¿Qué podría llegar a ser más kafkiano?
“No tenemos esperanza contra la ley de probabilidades”, conjetura otra persona que estudia con el Dr. Hall. “Pero que simplemente podamos referirnos a él [a alguien como Gregor] es divertido y, al menos para mí, nos da una sensación extraña de algo así como compañerismo. De solidaridad. O, al menos, de comprensión.”
mayo 2024