Formas del amor  “Poliamor sin ética no es verdadera libertad”

Polyamorie © Moisés Patrício

¿Cuál es la relación entre amor y libertad? ¿Qué papel juega en esta constelación el respeto? ¿Y en qué medida amar abiertamente a más de una persona puede romper esquemas sociales tradicionalistas y jerárquicos? Sobre estas cuestiones hablamos con Deb Barreiro, gestora cultural y coach en relaciones libres en Argentina.

Ya desde joven Deb Barreiro observaba de manera crítica su entorno, la relación de sus padres y sus propios vínculos adolescentes, entonces monógamos y secuenciales. A los 19 años ya tenía claro que no era posible amar a una única persona por el resto de la vida, así que desde entonces –hoy Deb tiene 30 años– ha estado en relaciones poliamorosas. En ellas intenta conciliar siempre la libertad de elegir junto con el amor, el compromiso y la ética. A partir de sus experiencias y su formación profesional, Deb también acompaña a otras personas en el camino de experimentar el amor en libertad.

¿Qué es y qué no es el poliamor?

Pensemos en un paraguas muy grande que se llama amor libre y que hace posibles muchas conformaciones relacionales. El amor libre es la no posesividad, la honestidad, el consenso, el consentimiento. Solemos hablar de amor libre como oposición a la monogamia porque hay una lucha fuerte en el amor libre contra el matrimonio y el adulterio, entre otras cosas. Pero en realidad, los valores del amor libre se pueden aplicar a todos los vínculos de familia y de amistad. En el fondo, el amor libre es romper con el paradigma del amor romántico, el que nos enseña Disney, el amor de la mononorma –la obligación de ser monogámico–, el de las relaciones abusivas y también el amor de las relaciones no monogámicas con falta de ética.

Bajo ese gran paraguas está el poliamor, que significa amar a más de una persona de manera consensuada, honesta y de acuerdo con todos los valores del amor libre. No se trata sólo amar, sino también de practicar un vínculo duradero y fuerte. Es decir, en el poliamor hay compromiso. Incluso en el vínculo más líquido, por ejemplo entre quienes se juntan sólo para tener sexo, también existe el compromiso de cuidarse en ese espacio. Y dentro del poliamor hay un montón de posibilidades: está quien se prioriza a sí misme como su vínculo primario; está quien establece una jerarquía entre los diferentes vínculos que tiene; está quien tiene vínculos cerrados, como en una relación de la que sólo hacen parte tres personas. Hay una variedad inmensa dependiendo de los acuerdos que se establezcan.

¿Qué noción de libertad se encuentra a la base de la teoría y la práctica del poliamor?

La libertad al cien por ciento no es alcanzable y acá parto de la teoría del tiempo libre: no podemos ser cien por ciento autocondicionados ni cien por ciento heterocondicionados. Tendemos a la libertad, buscamos autocondicionarnos, pero siempre lo externo nos va a permear, pues no somos ermitaños sino que nos relacionamos con otras personas. El tema es cuando nos vamos al otro extremo y actuamos como robots dejando que el entorno y que otras personas nos digan qué tenemos qué hacer y cómo, que es lo que sucede mucho con el capitalismo, por ejemplo.

La búsqueda de la libertad es elegir qué quiero hacer yo y para eso necesitamos información, entusiasmo por cambiar, voluntad de explorar qué opciones hay. Las personas tienen libertad de elegir la monogamia, lo importante es si la estás eligiendo de verdad o si lo estás haciendo por seguir la corriente. Incluso para quienes cuestionamos la monogamia, es muy valioso que sigamos cuestionándonos la elección que hacemos hoy porque los seres humanos estamos en constante cambio y la libertad tiene que ver con elegir lo que queremos y eso puede cambiar. Claro, estas elecciones incluyen límites, porque la libertad tiene consecuencias que me benefician o me perjudican a mí y a otras personas.

¿Qué compromisos exige esta noción de libertad de parte de las personas en relaciones poliamorosas?

La palabra clave es “ética”. Mucha gente dice, “¿pero cuál ética si sos libre, si la libertad no es obligación?” Y no se trata de obligación, se trata de elección, vos elegís qué responsabilidades asumir. Si vos elegís estar en una relación abierta, esto implica asumir la responsabilidad de acordar cómo se hablará el día que una de las personas involucradas quiera salir con alguien más. Si se van a contar o no, qué tipo de nuevos vínculos se pueden establecer, etc. Y esos son acuerdos que se negocian. Para mí, el compromiso tiene que ver con respetarme a mí y respetar mi palabra. Nadie me está obligando, yo me estoy haciendo cargo de lo que voy a elegir y de las consecuencias que tenga lo que yo vaya a decidir. Culturalmente se asocia la palabra “límite” con algo contrario a la libertad, pero para mí no lo es: los límites son necesarios porque agredir a otra persona con intención de dañarla no es libertad.

Hay personas que creen en el amor libre y en la libertad de una manera que para mí tiene que ver más con libertinaje, con relacionarse sin asumir responsabilidades ni compromisos. Me he encontrado con personas que han sufrido muchísimo por esto y con otras que van “dejando cadáveres” en el camino. Gente que dice “el amor libre me va genial a mí”, pero les falta ética porque deciden estar con otra persona y no te cuentan, o deciden no verte más y no te escriben y ni te avisan. ¿Dónde está la responsabilidad? ¿Dónde está el cuidado? Por eso es que el amor libre por el que nosotros militamos es amor libre con ética, con cuidado, con responsabilidad.

Ser honesto sobre la propia vulnerabilidad parece ser una constante en las relaciones poliamorosas ¿Cómo se relaciona esto con la libertad individual?

La vulnerabilidad implica confianza, que es un componente fundamental de las relaciones. A veces da miedo que otros puedan aprovecharse de esa vulnerabilidad, pero si partimos de la base de que estamos construyendo relaciones más saludables, donde hay cuidado y responsabilidad, lo ideal es que del otro lado haya una persona con apertura, con empatía, con ganas de entender qué me está sucediendo. Entonces, idealmente es alguien que no va a decir, “pues si tenés celos es problema tuyo”, sino que lo vamos a hablar. De hecho, en procesos de coaching, lo que más suelo hacer es ayudar a desarrollar la asertividad en la comunicación.

¿Cuál crees que es la capacidad del poliamor a nivel social, por ejemplo de romper dinámicas de poder y patrones arcaicos?

El poliamor es sólo una conformación relacional. Lo que sí tiene impacto más amplio es el amor libre porque este sí tiene conexión con una lucha feminista, con una búsqueda de cambio a nivel social y cultural, que puede tomar muchos caminos, por ejemplo, el veganismo o diversas luchas sociales. El amor libre tiene que ver con todos los vínculos, con la manera de relacionarme con lo que hago. Para mí, el amor es dar, es brindar desde las acciones, brindar cosas que beneficien a las personas, que les aporten felicidad.

Enlaces sobre este tema
Deb Barreiro en Instagram
https://www.instagram.com/debbarreiro/
 

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