Sea en el parlamento nacional o en los municipios, las mujeres están subrepresentadas. Sobre las razones… y las posibles soluciones.
Christiane Horsch es un caso raro. También Heike Ollech. Y lo mismo Henriette Reker. En Alemania siguen siendo pocas las mujeres que llegan a la cima de la política municipal, que ocupan altos cargos de un distrito o una ciudad y que, como en el caso de las nombradas, se convierten en alcaldesas. Sólo el nueve por ciento de los alcaldes alemanes son mujeres, fue el resultado de un estudio de la Academia Europea de Mujeres en la Política y la Economía (EAF). En las ciudades grandes, este porcentaje incluso desciende: aquí sólo el 8, 2 por ciento de las alcaldías son dirigidas por mujeres, como mostró el “Ranking de género de las grandes ciudades alemanas”, de la fundación Heinrich Böll.“Cuanto más pequeña es la comunidad, mayor es la participación de las mujeres”, dicen las autoras del estudio de la EAF, Kathrin Mahler Walther y Helga Lukoschat. En el este de Alemania la participación de las mujeres aumenta un poco pero en los últimos años no ha dejado de decrecer. Es de suponer que aquí se produjo “una equiparación de las condiciones en el nivel más bajo de los viejos estados federados”, dicen las científicas.
Los resultados son “preocupantes”, dice Lukoschat, quien suele señalar las inequidades en el debate político y los círculos económicos, y aboga por fortificar el papel de las mujeres. También advierte que las mujeres están subrepresentadas no sólo en el ámbito comunal, donde llegan a un 25 por ciento, sino también en el parlamento nacional. Así, en el parlamento elegido en 2017 sólo el 31 por ciento de los parlamentarios elegidos eran mujeres, algo que representa un 7 por ciento menos respecto al período legislativo anterior. “No estamos frente a un estancamiento sino a un retroceso “, dice Lukoschat.
En la política a las mujeres se les ponen obstáculos
Desde una perspectiva comunal, hay diferentes motivos de por qué son tan pocas mujeres las que entran en la política, explica Christiane Horsch, alcaldesa desde 2012 de la comuna Schweich an der Mittelmosel. Uno de los motivos sigue siendo la concepción tradicional de los roles: “Para las mujeres no ha dejado de ser muy difícil armonizar la profesión y la familia.” Un cargo no remunerado comunal –que muchas veces funciona como acceso a la política– exige “un considerable tiempo extra” del que las mujeres gozan con mucho menos frecuencia que los hombres.Pero la subrepresentación de las mujeres también se debe a que se les pone más obstáculos que a los hombres, sea en los cargos políticos o incluso en el camino a esos cargos. Esta conclusión se sigue del estudio de la EAF: las experiencias de las alcaldesas encuestadas allí documentan que la mitad de las mujeres se han encontrado con resistencias en el curso de su candidatura. Entre los varones sólo el 37 por ciento manifestó lo mismo. Cerca de un tercio de las mujeres dijo haber sufrido desconfianza por su género, y el 13 por ciento haber padecido algún tipo de acoso sexual. Heike Ollech, alcaldesa de Gunningen, en el sur de Baden-Württemberg, contó en una reunión de políticos locales que en la campaña había tenido que oír frases como “No podemos elegir a una mujer”.
Redes y leyes de paridad para que haya más mujeres en la política
Entonces, es preciso cerrar filas para apoyarse mutuamente. En los estados federados y municipios se forman cada vez más redes y asociaciones cuyo objetivo es el avance de las mujeres. Junto con otras compañeras, Christiane Horsch fundó la “Red de líderes femeninos comunales” que está adherida a la Federación de Comunas y Ciudades de Rheinland-Pfalz. El objetivo es visibilizar modelos y promover así el surgimiento de nuevas generaciones de mujeres políticas. “Trabajar en el lugar y poder modelar la vida de la comuna es un desafío hermoso”, dice Horsch. “Por eso queremos difundir nuestras ideas de modo más intenso entre las mujeres jóvenes.“ También Henriette Reker, la alcaldesa de Colonia, apuesta por el ingreso de las mujeres en la política y está poniendo en práctica en la administración urbana programas de tutoría y con el proyecto “Führen in Teilzeit” (Liderar a tiempo parcial) quiere animar a las mujeres a hacerse cargo de puestos de dirección.También en Suabia las políticas comunales trabajan comprometidamente en una red de mujeres propia: “BoRa”, que tiene como objeto fortalecer la participación de las mujeres en la política. Por ejemplo, las participantes rodaron un videoclip en el que denuncian la falta de paridad en el parlamento. “¡La mitad del poder para las mujeres! ¡Ahora!”, exigen.
El Colegio Helene-Weber, una iniciativa de la EAF Berlín fundada, entre otras, por Helga Lukoschat, es para muchas mujeres el mejor, sino el único camino hacia un equilibrio entre los géneros en la política. Allí intentan fortalecer a las nuevas mujeres políticas, ofrecen seminarios y talleres de entrenamiento de habilidades blandas y de trabajo de medios. Pero también dicen: “La equidad en la política sólo se logrará con regulaciones legales vinculantes”.
Por lo menos, en algunos estados federados están tomando impulso actividades partidarias que abordan la cuestión. Así, Brandenburg y Thüringen fueron los primeros estados en sancionar leyes de paridad. Pero la ley de Thüringen, que quería garantizar con listas de cuotas el equilibrio entre mujeres y hombres en el parlamento regional, fue declarada inconstitucional en el verano de 2020; en octubre, la ley del parlamento de Brandenburg se topó con el mismo destino.
El tribunal constitucional también rechazó recientemente una demanda de diez mujeres contra el resultado electoral de 2017 y la distribución desigual –vista de la perspectiva de género– de los escaños . Uno de los fundamentos: no es uno de los fines del parlamento ser una reproducción del pueblo elector. La abogada de las demandantes, sin embargo, no se rendirá tan fácil. No excluye volver a interponer una demanda después de las próximas elecciones nacionales.
marzo 2021