¿Hay verdades objetivas? ¿Pueden ayudarnos a combatir el cambio climático? Dos miembros de Scientists for Future nos hablan de la relación entre la sociedad y l*s científic*s, y de por qué a ell*s normalmente no les gusta dar recomendaciones concretas.
Sra. Bühler, Sr. Landschoff, ¿ustedes dirían que se ha reducido la confianza en la ciencia en los últimos años, en particular en cuanto al cambio climático?Janica Bühler: En los últimos años he tenido la sensación de que la confianza en la ciencia más bien ha subido. Durante la pandemia de coronavirus, por ejemplo, el podcast del Prof. Dr. Drosten ha tenido bastante éxito, y muchas personas lo escuchan. El discurso climático ha pasado un poco a segundo plano durante la pandemia; antes tenía la sensación de que cada vez más conocid*s me pedían que les aclarara el contexto. Por otro lado, también es cierto que el otro extremo se ha radicalizado. Hay gente que cree que l*s científic*s solo dicen tonterías. En general, me queda la sensación de que hay más personas que confían en la ciencia y pocas, pero lamentablemente muy ruidosas, que la contradicen.
Jöran Landschoff: Estoy de acuerdo. La verdad es que la ciencia está en crisis desde inicios del siglo XX. Antes se creía que la ciencia era algo fundamentalmente positivo. Ni siquiera se planteaba la posibilidad de su mal uso. Pero con las catástrofes del siglo XX quedó claro qué tan peligrosa puede llegar a ser. El régimen nazi también se entiende como una perversión de la ciencia ilustrada: l*s científic*s y l*s médic*s hicieron experimentos con personas en nombre de la ciencia y justificaron el racismo. Luego se desarrolló la bomba atómica. Todo eso son cosas que socavaron la confianza en la ciencia, y con razón.
¿Quedan aún verdades científicas en tiempos de la postverdad?
Jöran Landschoff: Justo a esta pregunta me refiero cuando hablo de que se socavó la confianza en la ciencia. Voy a poner un ejemplo: ahora está habiendo grandes debates sociales sobre género y racismo, pero también sobre la verdad. Hay un montón de argumentos y de investigaciones con perspectivas de lo más dispares. Se puede llegar a distintas conclusiones con los mismos datos. Eso lo reconoció la ciencia hace poco menos de cien años y con esa reflexión se ató la soga al cuello. De ahí viene la postverdad. Pero claro que tenemos sistemas de control. Nuestro mundo académico se basa en que nos leemos todo mutuamente y en que presentamos nuestros argumentos de forma pública, justo para que la gente los pueda criticar.
Que los resultados solo sean probables bajo ciertos supuestos no significa que sean falsos.
Janica Bühler
¿Qué tendría que suceder en la sociedad, los medios, la política y también de parte de l*s representantes de la ciencia, para promover el reconocimiento del conocimiento científico?
Janica Bühler: Suena un poco trillado, pero cada quien tiene que aprender a manejar esos datos. Cuando venía saliendo de la física cuántica, tuve que aprender a interpretar datos climáticos. Vería con muy buenos ojos que se enseñara (más) estadística en la escuela. Sin un conocimiento básico de ella te pueden tomar el pelo muy fácil. Además, los procesos científicos deben ser más transparentes. En eso está habiendo progreso: el podcast del Prof. Dr. Drosten ha captado y explicado muchas incertidumbres bastante normales e importantes para cada ciencia, y seguro por eso tiene tantos seguidores.
Jöran Landschoff: Sí, justo es importante manejar las incertidumbres de forma transparente. La población probablemente incluso lo recompense con más confianza. En la ciencia misma yo pediría que lleváramos nuestras investigaciones más al límite para ver en qué situaciones valen los resultados y en cuáles ya no. En los medios y en la política debe haber una comunicación más abierta sobre lo que significa que algo esté “científicamente comprobado”. Eso no significa que ya sea correcto y no se pueda desmentir nunca.
¿Quizá por la urgencia sea más importante hacerle caso al conocimiento científico y entenderlo justo en el caso del discurso climático? ¿Será la única manera en la que pueda haber un cambio?
Jöran Landschoff: Sería muy fácil contestar con un “sí”. Pero si nos fuera tan fácil, no seríamos científic*s. La gente no cambia su conducta por ver una gráfica sobre la temperatura. Muchas personas siguen creyendo que faltan datos, pero los datos están disponibles para tod*s. Solo hay que deducir lo que hay que hacer a partir de ellos. Y eso no lo puede hacer la ciencia. Claro que sabemos que tenemos que reducir las emisiones y, por ejemplo, comer la menor cantidad de carne posible. Pero cada cambio esconde efectos secundarios, y las cosas se complican muy rápido.
La dificultad radica en reunir los conocimientos de todas las ciencias.
Jöran Landschoff
Scientists for Future se declara a favor de las recomendaciones de acción directa y apoya algunas de ellas. ¿Qué función desempeña la iniciativa en el discurso climático, y cuál debería desempeñar?
Janica Bühler: Nosotr*s formamos parte de la escena del activismo climático en Alemania. Nos consideramos comunicadores entre los distintos grupos. L*s activistas de Fridays for Future se han movido mucho en los últimos años. Nuestra labor es más bien de apoyo. Nosotr*s fundamentamos científicamente las huelgas. Pero hay que tener cuidado: no tod*s somos científic*s climáticos e incluso l*s que lo son están muy especializad*s, como yo, por ejemplo. Nosotr*s como individuos tampoco somos expert*s en todo lo que pasa en el sistema del clima. Por lo tanto, mi opinión personal no está mejor fundamentada en ciertos temas que la de un* polític* o un ciudadan* bien informad*. Por eso apreciamos que las ramas de la ciencia más dispares estén presentes en nuestra red.
Jöran Landschoff: Eso también ha provocado que hagamos labor educativa. Como grupo regional de Heidelberg, tenemos una lista de orador*s expert*s que compartimos cuando nos la piden. También queremos ir directamente a las escuelas a informar a l*s alumn*s. En el mundo académico mismo también queremos despertar consciencia sobre el cambio climático. Así nos salimos del papel clásico de científic*s, pero lo tratamos abiertamente.
La crisis del coronavirus puso muchas cosas patas arriba. Por un lado disminuyen un poco las emisiones; por el otro, aumenta el uso de cubrebocas desechables, guantes de plástico, etc. ¿Cómo creen que salgamos de la crisis? ¿Son optimistas o pesimistas respecto al desarrollo
Jöran Landschoff: Yo siempre soy más bien pesimista. A pesar de los movimientos sociales, se ha demostrado que la política, la economía y la sociedad son sistemas bastante rígidos. Se habla de cosas comprobadas aunque nunca se hayan comprobado. Por ejemplo, es obvio que tenemos un gran problema de consumo. ¿Y la respuesta es que debemos seguir aumentando el crecimiento económico? Además no hay un gran interés por impulsar la producción ecológica de bienes ni por las cadenas de suministro locales. Para mí, el manejo de los grandes mataderos durante el verano fue sintomático. Ahí hay una catástrofe social y ecológica a la vista de tod*s, y no cambió prácticamente nada.
Ahí hay una catástrofe social y ecológica a la vista de tod*s, y no cambió prácticamente nada.
Jöran Landschoff
Otros sucesos pasados también me han dado esperanza: por ejemplo, el agujero en la capa de ozono. En la primera conferencia al respecto se acordaron medidas totalmente insuficientes. Ahora se ha vuelto natural que no se emitan clorofluorocarbonos (CFC). Claro que, desde el punto de vista político, el cambio climático es mucho más complejo, pero algo está cambiando. También hay avances positivos en la transición energética. Puede que a l*s inversionistas no les interese mucho la sustentabilidad, pero incluso ahí se ve que cada vez financian menos empresas sin una gestión de riesgos realista y que no se preparen para el cambio climático. Sigue siendo demasiado lento, pero hay avances.
Jöran Landschoff: Es cierto, y si no me quedaran esperanzas a pesar de todo, no sería integrante de Scientists for Future.
diciembre 2020