Hace tiempo que en las bibliotecas la educación para la sustentabilidad dejó de ser una cosa meramente teórica. En todo el mundo aumenta el número de bibliotecas públicas que dan el buen ejemplo: reconfiguran sus programas, apuestan a la cohesión social y muestran qué aspecto tal vez tenga la arquitectura del futuro, respetuosa del medio ambiente.
En el noroeste de Colombia, la Biblioteca EPM instaló cuatrocientos cincuenta paneles solares para producir su propia energía renovable. Así puede cubrir un tercio de sus necesidades energéticas: con sus salas de lecturas, espacios de Internet, galería de exposiciones, cafetería, espacios infantiles, filmoteca, auditorios y rincones educativos, la biblioteca ocupa más de 10.000m2.
Pero en la biblioteca del centro de Medellín, la sustentabilidad no sólo está activa en el plano arquitectónico. La Biblioteca EPM también toma como tema propio la educación para un desarrollo sustentable. Esto se refleja en su catálogo sobre temas como ciencia, industria, medio ambiente y tecnología, y en su oferta de eventos y cursos. También están el club de lectura infantil basado en los objetivos de sustentabilidad de la ONU, el taller integrador de robótica, el concurso de cuentos “Mi futuro sustentable” o el jardín educativo.
Por su compromiso, la Biblioteca EPM fue distinguida en 2023 como “Mejor Biblioteca Verde” del mundo. Bibliotecas de todos los países se postulan anualmente a ese premio de la International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA).
10.000m2 en el centro de Medellín, dotada de salas de lectura, aulas, espacios infantiles y paneles solares en el techo: la Biblioteca EPM de Colombia.
Oasis verde en un centro comercial
“(Re)conectarse con la naturaleza” es el lema de la Biblioteca Pública Choa Chu Kang, en el noreste de la ciudad-estado asiática de Singapur. A primera vista la ubicación de la biblioteca puede causar sorpresa: ocupa dos plantas de un centro comercial.
Sin embargo, los visitantes se sumergen en un oasis verde apenas entran en la biblioteca, que reabrió en 2021 después de dos años de reformas. En el “Bosquecillo Verde” se cultivan hierbas y verduras con un sistema hidropónico. Un sendero didáctico basado en Inteligencia Artificial hace revivir la flora y fauna. Y la Community Wall informa sobre la tradición agrícola de la región, rodeada de plantaciones de frutales, y sobre los nuevos métodos de la agricultura moderna.
Con sus jardines interiores, la biblioteca es la primera del país en adoptar la causa de la sustentabilidad. En 2022, la institución, cuyos recintos interiores se construyeron mayormente con materiales sustentables, ganó en 2022 el premio de la ILFA a la mejor Biblioteca Verde.
Lugar de encuentro para todos
La Biblioteca Valente Branch es parte de un complejo comunitario en el corazón de la ciudad de Cambridge, en el estado de Massachussetts, Estados Unidos. Del complejo también forman parte una escuela, un jardín de infantes, una piscina al aire libre y un edificio de administración.
Pero la Biblioteca Valente Branch Library aspira a ser por sí sola un lugar de encuentros. Gracias a su diseño, la construcción desborda de luz, y la oferta de la biblioteca pone el foco en la equidad y la inclusión. Como parte de la red de bibliotecas de Cambridge, la Valente Branch brinda talleres sobre actividades que reducen el consumo de energía y recursos, como la costura y la reparación. Además, ofrece servicios de salud para personas mayores, ayuda en la búsqueda de trabajo, clases de inglés y de apoyo y entrega de dispositivos tecnológicos a grupos desfavorecidos.
El complejo al que pertenece la biblioteca, inaugurado en 2019, es parte del ambicioso propósito de la ciudad de convertirse en climáticamente neutra antes de 2040: cuando se construyó, el objetivo planteado era ser una construcción con cero emisiones. El conjunto de edificios cubre alrededor del 60 por ciento de las necesidades energéticas gracias a las instalaciones fotovoltaicas que están ubicadas en los techos y las fachadas. Se calefacciona con energía geotérmica, el agua utilizada en los baños es agua de lluvia, que también sirve para regar las zonas verdes circundantes.
La Biblioteca Valente Branch de Cambridge (EE. UU) aspira a ser un lugar de encuentro social: en la luminosa construcción, el centro lo ocupan la inclusión y la equidad.
Literatura verde y hoteles de insectos
Un lugar en el que se habla, se aprende y se debate sobre la sustentabilidad en todas sus facetas es la Biblioteca Illyés Gyula en la ciudad húngara de Tolna. Aquí, el primer plano lo ocupa, además de la literatura verde, la responsabilidad social.
Del programa de la biblioteca forman parte, por ejemplo, las acciones de reciclaje, una bolsa de intercambio de semillas de flores para estimular la diversidad, la organización de excursiones, grupos de trabajo para jóvenes discapacitados y donaciones al hospital infantil y al refugio de animales de la localidad. La biblioteca misma tiene una estación para alimentar murciélagos y un hotel para insectos. Además, la institución es promotora de una red nacional de bibliotecas verdes y trabaja estrechamente con organizaciones locales, nacionales e internacionales.
Construcción vieja, diseño nuevo
La nueva cara de la Biblioteca Stanley A. Milner de Edmonton: durante la renovación del deteriorado edificio se recicló el 90 por ciento de los escombros.
De lo viejo hacer algo nuevo. Y sustentable: la Biblioteca Stanley A. Milner de la ciudad de Edmonton, en la provincia canadiense de Alberta es un magnífico ejemplo de cómo el material de construcción existente puede revalorizarse y las construcciones pueden reformarse de modo sustentable.
Cuando el edificio, levantado en 1967, comenzó a mostrar signos de deterioro, se lo sometió a una reforma general. Gracias a esto surgió un espacio pedagógico y de encuentros que cumple con los criterios LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), un certificado de construcción ecológica reconocido internacionalmente. Cerca del 90 por ciento de los escombros se reciclaron y se utilizaron materiales provenientes de un radio no mayor a los 800 kilómetros. En el concepto arquitectónico se destacaron el dinamismo, la transparencia y la apertura.
Hoy la biblioteca, que reabrió en 2020, tiene el muro digital interactivo más grande de América del Norte y un espacio de juegos, ofrece cursos de impresión 3D y estaciones de carga para autos eléctricos y tiene una buena conectividad con el transporte público y caminos de peatones y ciclistas. Por su concepto, la biblioteca recibió en 2021 la distinción de la IFLA.
enero 2024