Poesía
Cortezas
Poema de la mexicana María Fernanda García incluido en la antología "Blickwinkel: marasmo".
mi temperatura máxima es 36°
mi cuerpo se adapta,
pero no se sostiene en dos tiempos verbales
en el pasado pensé en este presente
en el presente ya parece inofensivo
aprieto la mandíbula para sentir que domino algo
siento que los dientes se me desgastan
¿qué pasaría si uno se rompe?
un recordatorio de que no controlo nada
tensión dramática
tensión sostenida
tensión acumulada
tensión repetida
tensión silenciada
tensión muscular
[aquí caben las pesadillas]
esos segundos antes de dormir
soñé que me enfermaba de marasmo
que me tenía que tallar todo el cuerpo
así se iba la sensación de inmovilidad
mi temperatura corporal subía, luego bajaba
me brotaban cortezas sobre la piel
la cura sólo llegaba cuando éstas se desprendían
pensé en los que han muerto de lo mismo
las calles están en silencio
las ciudades ya no tienen voz
o la voz ya no es la misma
la voz es silenciosa, incierta
y apenas se puede descifrar
mi cuerpo ya está a 36.1 °
todavía no se rompen los dientes
el incisivo izquierdo que ya estaba así
temperatura normal, cae la primera capa
se descubre mi voz.
Este poema apareció originalmente en el libro Blickwinkel: marasmo, editado por el Goethe-Institut México y la editorial Pitzilein Books.
mi cuerpo se adapta,
pero no se sostiene en dos tiempos verbales
en el pasado pensé en este presente
en el presente ya parece inofensivo
aprieto la mandíbula para sentir que domino algo
siento que los dientes se me desgastan
¿qué pasaría si uno se rompe?
un recordatorio de que no controlo nada
tensión dramática
tensión sostenida
tensión acumulada
tensión repetida
tensión silenciada
tensión muscular
[aquí caben las pesadillas]
esos segundos antes de dormir
soñé que me enfermaba de marasmo
que me tenía que tallar todo el cuerpo
así se iba la sensación de inmovilidad
mi temperatura corporal subía, luego bajaba
me brotaban cortezas sobre la piel
la cura sólo llegaba cuando éstas se desprendían
pensé en los que han muerto de lo mismo
las calles están en silencio
las ciudades ya no tienen voz
o la voz ya no es la misma
la voz es silenciosa, incierta
y apenas se puede descifrar
mi cuerpo ya está a 36.1 °
todavía no se rompen los dientes
el incisivo izquierdo que ya estaba así
temperatura normal, cae la primera capa
se descubre mi voz.
Este poema apareció originalmente en el libro Blickwinkel: marasmo, editado por el Goethe-Institut México y la editorial Pitzilein Books.