Wieland Speck
"Tuve la suerte de estar en el lugar correcto, en el momento correcto"
Llegué a Buenos Aires por primera vez a mediados de los noventa en busca de películas. En ese momento, el milagro cinematográfico argentino por venir era todavía un sueño lejano; o mejor dicho, ya se vislumbraba en el horizonte. Tuve la suerte de estar en el lugar correcto, en el momento correcto, y desde el comienzo pude contar con el apoyo del Goethe-Institut. Era difícil encontrar lugares para proyecciones y el INCAA estaba en manos del señor Maharbiz, cuyos intereses era imposible compatibilizar con los míos. Entonces, emprendí la búsqueda por mi propia cuenta y tuve la suerte de contar con el apoyo de la legendaria Paulina Fernández Jurado y pronto también del crítico de cine Luciano Monteagudo. Regresé a Berlín con dos trabajos admirables: Un crisantemo estalla en cinco esquinas, el debut de Daniel Bruman, y Escrito en el cuerpo de Marcos Loayza. Desde entonces, viajo una vez por año a Buenos Aires en busca de películas, y nunca se dio que volviera sin algunos tesoros fantásticos. En 2001, fueron los sensacionales debuts de Lucrecia Martel La ciénaga y de Ariel Rotters, Solo por hoy. La ciénaga se mostró en la competencia de la Berlinale y produjo una fuerte impresión que continúa hasta hoy; fue la manifestación del regreso de la Argentina a los escenarios internacionales con brillo y gloria. Ahora, las escuelas de cine surgían por todos lados y, el INCAA se despertaba poco a poco de su letargo. Y Luciano Monteagudo, que se transformó en nuestro delegado en Argentina, se esforzaba por comprimir la gran cantidad de película en tres días que yo tenía reservados para Buenos Aires. En un aula del Goethe-Institut nos sentábamos, y podíamos dejar que los proyectores del instituto se recalentaran. Por todo esto, va nuevamente mi agradecimiento al Goethe-Institut que tuvo una valiosa participación en el regreso triunfal de Argentina como país cinematográfico, ¡nada menos que en Berlín! Por supuesto que también estuvieron allí Inge Stache, Gabriela Massuh y Gustav Wilhelmi. Para ellos y para los que dirigieron el instituto como una institución cosmopolita, Hartmut Becher, Stefan Hüsgen y Uwe Mohr, ¡feliz aniversario!