SIN PUNTO NI COMA: El intercambio de 2021 se enfoca en las formas abiertas y desmesuradas de la poesía. ¿Con qué medios hurga en el lenguaje, se asoma a sus rincones y nos invita a la conversación? Indagamos, línea por línea y, sobre todo, entre ellas.
Las y los participantes de este año son Macarena Cortés, Rafael Cuevas Bravo y Emilia Pequeño Roessler de Chile y Marlene Fleißig, Slata Roschal y Elena Schaetz de Alemania. Desde principios de julio realizan un taller virtual y escriben en nuestro blog.
Acompañamos nuestro intercambio con lecturas de Friederike Mayröcker y Raúl Zurita porque escriben SIN PUNTO NI COMA, ya sea en la inmensidad del desierto o en el cielo, en notas de voz o en libretas, en los acantilados o en innumerables papelitos, con el sonido de la máquina de escribir o del celular.
Los y las invitamos a leer los textos:
19 de julio, Sin punto ni coma
2 de agosto, Respuestas
16 de agosto, Zurita tus cantos
30 de agosto, Cuando no pasa nada
13 de septiembre, Libremente
27 de septiembre, Contra la muerte
Contra la muerte
27 de septiembre 2021
Los siguientes trabajos son el resultado de la lectura de Friederike Mayröcker, la reconocida poeta austríaca que murió recientemente. Dedicó la vida a escribir en contra de la muerte. Sus textos permanecen, y cruzan el océano.
odias la muerte – Ocultar ojos llorosos – Liguria – /en memoria de inelia merino – Obsesión por encontrar rastros del cielo en el suelo – Cometas en la playa
odias la muerte
de Marlene Fleißig
Traducción de Patricio Hergott
odias la muerte
ahora te domina
ya no escribes
callas
Ni siquiera el sastre puede cambiarlo –
Poemas a los epitafios
Jamás se legó,
Solo la obra póstuma
Descomposición del ojo de un helecho
Qué más necesitas en la marea de nubes?
.
Ocultar ojos llorosos
de Slata Roschal
Traducción de Patricio Hergott
Ocultar ojos llorosos y pájaros blancos con tinta para tatuajes, arañarlos con agujas desechables; si reaparecen alguna vez, sabré que he envejecido definitivamente.
Liguria
de Elena Schaetz
Traducción de Johanna Malcher
en el barandal del balcón
viendo el techo de hojas verdes
mojo el atardecer en mi copa
más tarde vago por las calles
aplazando todo lo demás
ahora solo hay montañas y costa
sol y sal
callejones de piedras viejas
la insaciable espuma de las olas
y aquel tibio murmullo
en mi cabeza
/ en memoria de inelia merino
de Emilia Pequeño
crece el yuyo la achira la alstroemeria silvestre
al costado el canal la construcción del agua
un río encauzado en oposición a las nubes
a la anochecida los grillos juntaron sus alas
las gallinas picotearon una sobre otra
restos de arroz cáscaras de papa
esta tierra es carne pimpollo de guinda
esta tierra es silencio titilante
Obsesión por encontrar rastros del cielo en el suelo
de Macarena Cortés
Obsesión por encontrar rastros del cielo en el suelo
deslaves
las líneas del desierto no siempre son caminos
tampoco constelaciones
los caminos no siempre son rutas
confundo esteros y quebradas
pierdo latitudes
cuerpos gaseosos que no dejan huellas
me desoriento.
Cometas en la playa
de Rafael Cuevas Bravo
El perro flaco
es una rendija de viento,
un relámpago
atrapado en el aire
desde los ojos hasta la cola.
Con esta pobreza
en la mirada, hablará de Dios
y nuestra tribu. El espíritu
de los moluscos respira
en cada una de las piedras;
es el azul y la corteza de las nubes,
blancas de efervescencia. Se sabe:
también hay un qué de burbujas
en la personalidad del perro.
Un qué de sol, para no ser menos,
un qué de amor.
Libremente
13 de septiembre 2021
supresión de correspondencia – Para qué – Huracanes con nombres femeninos – Apuntes de interpretación consecutiva – Vino blanco en tazas de té – nota sobre el azul en el poema – Ovillo
supresión de correspondencia
de Marlene Fleißig
Traducción de Patricio Hergott
cartas de amor ardientes
avisos de premios de lotería
noticias de amigos perdidos hace mucho tiempo
postales de tierras lejanas
cartas con pedidos de disculpa de personas poco amables
invitaciones a fiestas fastuosas
notificaciones sobre reembolsos tributarios de cinco cifras
Tarjetas que dicen: “Te quiero”
Cartas a la abuela.
Manuscritos ingeniosos.
Planes para mejorar el mundo.
Mensajes sobre el sentido de la vida.
Para qué
de Slata Roschal
Traducción de Patricio Hergott
Para qué, me pregunto, cuando los vecinos se ríen entre ellos y se saludan, de jardín en jardín, mientras yo revoloteo sobre ellos, de cuclillas en el balcón, detrás de los geranios rojos, o cuando personas barbudas y arrugadas se autodenominan autores jóvenes, o cuando una amiga se resiste por razones ambientales al uso de tampones, o cuando leo en el periódico que un hombre mantuvo escondida a su mujer en la caja debajo de la cama del niño, y que los policías, sin poder encontrarla en el primer allanamiento, regresaron, y entonces notaron una alfombra manchada ─
Huracanes con nombres femeninos
de Macarena Cortés
Huracanes con nombres femeninos. Un cerro colapsó en playa de los muertos. El dolor de huesos de mi madre es presagio de lluvia. Mientras más humedad, más frío se percibe en el ambiente. Los espinos crecen en terrenos dañados creando microclimas para el resguardo de brotes. Inundaciones y deslaves. Gotas condensadas derrumbaron casas. Mi abuelo habitó una solitaria estación de tren en medio del desierto. Chacance del mapudungun; Puente de suspiros. Aumento del mar y retroceso de las líneas de costa. De niña que sumerjo mis heridas en barro.
Apuntes de Marlene para la interpretación consecutiva (hipotética) del texto "Huracanes" de Macarena
de Marlene Fleißig
Apuntes de traducción consecutiva
Vino blanco en tazas de té
de Elena Schaetz
Traducción de Johanna Malcher
Mientras me aferro a los últimos días de verano
los tilos de mi calle abandonan sus primeras hojas
nunca ha sido fácil el otoño
pero en tanto siga encontrando negros cabellos tuyos en mi cama
no habrá nada que temer
aún me pongo bloqueador en las mañanas mas
en las noches sopla un viento en la calle Wildenbruch
con sabor a invierno, gritando despedidas
tal vez debería dejar el patetismo
es un milagro mayor
que no te hayas cansado
desde que te conocí en mi cabeza no existe el sobrepensamiento
solo un montaje con imágenes tuyas
Tú
en la U8
con los ojos cansados tras noches largas
tú
en el jardín con las piernas en alto
y vino blanco en tu taza de té
tú
en el parque James Simon
con el rostro volteado hacia el sol y tu mano en mi pierna
tú
en tu bici sobre el Tempelhofer Feld
antes de que el sol se incline sobre los caminos de cemento
tú
en el bar del About Blank
pidiendo vino espumoso
una copa
luego la botella
tú
en las raves
tu nombre un eco permanente
tantas personas se te acercan
tú
cuando te volteas una vez más
hacia mí
finalmente, solo hacia mí
tú
con ropa negra, botas pesadas y shorts
en ex fábricas
cuyas naves de cemento se azotan por el bajo
tú
cuando me llevas a casa en bici desde Hasenheide
el cielo rosado y rojo sobre nuestro idilio urbano
tú
siempre te sales con la tuya
desafías las reglas con tu encanto
tú
cómo te perdonaría todo
tú
me despachas
para luego alcanzarme de nuevo
tú
cuando lloras en el estacionamiento frente a la disco
con tus grandes ojos oscuros y profundos
yo
a tu lado, desolada
quiero quitarte todo el peso
prometerte la mejor de las vidas posibles
quitar las arañas de tu recámara
enfriar tu agua mineral y armarte los porros
yo
quiero pagarte todos los Ubers
para que nunca más tengas que dormirte en el Ringbahn1
yo
quiero escribirte todo
hasta que se agoten las palabras
donde quiera que estés
te llevaré
a casa
nota sobre el azul en el poema
de Emilia Pequeño
como la distancia que la letra elimina e impone
la transparencia es una trampa
el azul del horizonte es la marca de distancia
necesaria para estudiar las cosas
que necesitan perderse para producir sentido
no percibo a quien lee este verso
podría apenas alcanzar su borde
a través de la porosidad de la hoja que sostiene
la piel necesita aire y lugar
la carne cianótica
marca los gestos que un cuerpo
ha de de reunir en su silencio
constricción resultante en necrosis
grafema garabateado en tinta azul
Ovillo
de Rafael Cuevas Bravo
Volver a ser peces,
remolinos, trombas marinas
disueltas en la costa. Tu pelo
se deja hacer río y cáscara
de una naranja perfectamente pelada
a tus espaldas: hilo y ombligo del sueño.
Los gatos dejan eles en las esquinas
de la casa, letras ocultas entre ollas
y fruteros, tentación de ver en el racimo
una garuga contenida. Duermo,
las cosas me observan; despierto,
le pongo nombre a las moscas.
Busco a tientas una fruta
y encuentro un zapato
abandonado en la vaguada.
Cuando no pasa nada
30 de agosto 2021
¿Qué pasa cuando no pasa nada? Los siguientes trabajos exploran la posibilidad de un texto sin acción y un lenguaje sin la lógica narrativa.
Una varita de palo de rosa – Tres pasos hacia el Café Kotti – con una manguera delgada – revés derecho – Apuntes días 30 y 31 de agosto – Tranvía 9 Tranvía 11 Micro 60
Una varita de palo de rosa
de Slata Roschal
Traducción de Patricio Hergott
Una varita de palo de rosa, porque quizá suene bien, se sienta como bambú, recuerde a jardines, empuje todo hacia atrás, elimine con una pequeña tijera pesada, un dedo, que se manche de sangre; se pinte de rojo sobre ella, una lima de vidrio áspero, una página para dar forma, otra para acariciar, un pincel, una gota suave y brillante, si tan solo el resultado fuera un poco como el procedimiento ̶
Tres pasos hacia el Café Kotti
de Elena Schaetz
Traducción de Johanna Malcher
La calle Hermannstraße está pintada de un gris eterno y tenue. Otoño en agosto: Sean bienvenidxs al páramo del falso verano tardío alemán. Pasando la panadería, el perrito, de anchas orejas atentas, sigue sentado en el ventanal de la florería. Tal vez esté esperando algo. En la peluquería, la puerta de la jaula quedó abierta. Aun así, el canario decide no volar. Le entiendo. La U8 traquetea por el subterráneo; cuando llega el tren, la corriente levanta el papel de aluminio negro. Me muerdo el labio, espero que hoy nadie me venga a pedir monedas, hoy no quiero tener que decir que no. El Kotti(1) es la última parte de Berlín que quedará cuando todo lo demás se haya convertido en startups y estudios de yoga. Pasando el puesto de fruta – jugo de naranja por un euro con cincuenta – doy zancadas sobre jeringas usadas, tiradas en el asfalto mojado. A medida que subo las pesadas escaleras de metal, escalón tras escalón, se va ensanchando la vista sobre la rotonda. En realidad, hoy no quiero trabajar, en realidad, hoy no quiero escribir, tan solo deseo apoyarme en el pasamanos, perder la mirada en el pasto y broncearme bajo la azulada luz, hasta que las luces de neón les señalen a todos los seres de sombra el camino hacia pecados mejores.
(1) Kottbusser Tor, cruce, plaza y estación de metro en Berlín-Kreuzberg
con una manguera delgada
de Rafael Cuevas Bravo
con una manguera delgada, riego hasta desbordar la terracita del antejardín y humedecer el pavimento, mancho mi propio suelo; las luces del desayuno enmarcan a los budas y moáis en los alféizares, las cortinas traslucen las siluetas de la enfermera y el camionero; del profesor y la dueña de casa; del carabinero y la de bienes raíces; de la jubilada y su hijo con autismo que le grita cuando no hace caso y que conversa con el perro después de las tres de la tarde cuando él también empieza a ponerse terco, a las cinco
nos burlamos de su usté no me ayuda en nada a mí,
del perro que ladra y el paseo que le sigue,
sin mirar a los ojos; nuestra preocupación
un cilicio en una pierna fantasma,
dolor a resolverse con espejos,
revés derecho
de Emilia Pequeño
revés derecho
(ejercicio de borrado a partir de a, A novel de Derek Beaulieu)
Apuntes días 30 y 31 de agosto
de Macarena Cortés
Apuntes días 30 y 31 de agosto / ejercicio de extracción inspirado en la obra “Lo real y lo posible” de Fernanda Aránguiz.
Tram 9 Tram 11 Bus 60
de Marlene Fleißig
Traducción de Patricio Hergott
Tranvía 9 Tranvía 11 Micro 60
Zurita tus cantos
16 de agosto 2021
La base para los siguientes textos es la lectura de "Canto a su amor desaparecido" de Raúl Zurita.
Conozco la guerra por el facebook – Los primeros pasos fueron toscos – Canto a su amor desaparecido – Lo que vendrá es la tumba – palpar el puño – Extracto DES
Conozco la guerra por el facebook
de Slata Roschal
Traducción de Patricio Hergott
Conozco la guerra por el facebook, cuando se construyen barricadas, se concretan alianzas, los poetas se amenazan unos a otros por motivos de ideología cultural. Un día tomé mis pastillas tras dos copas de vino, mientras mi corazón latía desbocado, por eso sé cómo es morir. Me imagino la tortura como una puesta en práctica de todos los pensamientos de mis padres, que querían que me comportara correctamente. En Múnich hay un museo subterráneo, sobre la Gabelsbergerstraße, con sarcófagos y perlas de vidrio y mucho metal caliente; huele a sangre, dijo mi hijo, cuando ingresamos a la primera sala y pensé en la Isis agachada, recogiendo.
Los primeros pasos fueron toscos
de Elena Schaetz
Traducción de Johanna Malcher
1/ Los primeros pasos fueron toscos, las primeras líneas quebradas.
Me hablas de tu patria; no me gusta la palabra alemana para patria, Heimat, pero en tu caso no me importa, pues tu patria es otra. Estamos sentadas en el piso; de alguna manera, siempre estamos sentadas, juntas, en la mugre, sobre las piedras sucias del Admiralbrücke, en el borde de las banquetas, en medio del estacionamiento frente a la disco, a veces con una botella de vino blanco o, en su caso, con una cerveza medio tibia.
En las afueras de la torre de marfil berlinesa, es preciso tener la capacidad de correr rápido, si una es como nosotras. Me cuentas de tu mejor amigo y de cómo lo persiguieron por las calles. He escuchado historias así, no solo de Chile, sino también de Rusia, y de lugares más cercanos, como Polonia, o incluso otros más próximos, Brandeburgo, es decir, casi en la puerta de nuestra casa. Como ese día que montamos nuestras bicis en shorts y nos dirigimos al lago Liepnitzsee. Unos pasos antes de llegar a la terminal nos detuvimos, me acerqué a ti, tu mirada como miel caliente, te besé mientras el sol tocaba el asfalto, y un segundo después me dio taquicardia porque la camioneta que había dado la vuelta, de repente se nos aproximó de forma amenazante. Más tarde me reí, pues fue tan cliché, el camionero homofóbico de Brandeburgo; me tomó tiempo llegar a esta conclusión, sigue siendo una incisión, también mi risa fue, en realidad, amarga.
2//
Tal vez debería
echar sapos y culebras contra sus camionetas y punteras de metal
Tal vez debería
atarles la lengua a todos y cada uno de ellos
coserles la boca
para que no me llegue ni una sola de sus sílabas
A veces quisiera
torcerles las muñecas y doblarles los dedos hasta
quebrarles los huesos como un frágil ramaje hasta que
ninguna de sus manos sucias vuelvan a tocarme a mí o mis hermanas
Cuando estamos juntas y la noche alcanza su azul más oscuro
tomo las manos de mis amigas
cuando las veo en las calles
con sus tacones y melenas
con sus gorras de béisbol y piernas sin depilar
con sus cabezas afeitadas y rodillas abiertas
entonces veo la dulzura en cada una de ellas y me pregunto
qué les habrá sucedido
cuántas palabras y manos las habrán menospreciado
y cómo es que logran
enfrentar todo con ternura
y tal vez sin saberlo
triunfar a diario sobre aquellos
Canto a su amor desaparecido
de Marlene Fleißig
Traducción de Patricio Hergott
Canto a su amor desaparecido
No me busquen más,
nunca he existido.
Limbo
Allí le dice Raúl a Rita:
te canto ahora una canción
oh Tú tienes el oído tan mortal como la vista[1]
Raúl, así pues Rita, soy un palomo.
[1] Voz extraída de la obra de Dante Alighieri, La Divina Comedia, Paraíso, Canto XXI.
Lo que vendrá es la tumba
de Rafael Cuevas Bravo
Lo que vendrá es la tumba. Una piedra que florece en la mente de una niña cansada. El viento y la lluvia inician y dan algo por terminado. Las tencas se bañan en una piedra de moler. La niña camina sola bajo un arco de parras, bajo los brazos que las mujeres levantan para elevar el trigo y que el viento separe la paja. La lluvia se cuela en la tierra roja de las quebradas, diluye los hormigueros y el rastro de las culebras, y las reemplaza con sus propias serpientes de gotas.
Pilón pilón, cantan las mujeres.
Pilón pilón, para llamar al viento y que el viento separe la paja.
La niña escapa de ese trabajo. Busca la tumba que está en el cerro atrás de su casa. Desoye el llamado de los padres. Pasos cerro arriba a la siga del sendero de las cabras. Teje en su cabeza una fantasía incaica, un patrón geométrico. La niña intenta abrir la tumba con un chuzo. Sueña en esa piedra como si soñara con el futuro. Lo intenta y los brazos de las parras se desmechan, se confunden con la tierra. Las mujeres se despiden y una fila de manos se agitan en el valle. Un montoncito de palas apiladas. Un litre al que le quitan el saludo. Los fantasmas se sientan a tomar sombra bajo los árboles. La niña intenta abrir la tumba, que ahora viene hacia ella. El viento y la lluvia inician y dan por terminado.
Pilón pilón, cantaban las mujeres.
palpar el puño
de Emilia Pequeño
palpar el puño, el azote, retorcer las cutículas de la mano que viola, con odio entre los dientes. mirar no lo es todo.
resuena la voz de zurita
escucho la cordillera. su resplandor blanco. santiago es un glaciar a medio derretir. pienso en cómo caemos, espalda sobre espalda. las rocas inalterables de la cordillera quebrándose como una ciruela sobre el pavimento, tu boca, podría rasgarla. a su modo, los vacíos son parte de la cartografía.
los ojos no estaban
los cuerpos no estaban
en pedazos nos rompimos
Extracto DES
de Macarena Cortés
Extracto DES: sufijo romance des- que indica la inversión de la acción
Respuestas
2 de agosto 2021
Una zona geológica de fallas – pasar el dedo por la costura – La lluvia se filtró hasta el subterráneo – La piscina como museo de cuerpos – una ceja finísima de selva – El desprendimiento de tierra siguió el curso de un caudal seco
Una zona geológica de fallas
de Marlene Fleißig
Respuesta al texto de Macarena Cortés
Traducción de Patricio Hergott
Una zona geológica de fallas entre Lusacia y los Montes Metálicos. Dientes de arenisca casi palpan el cielo donde alguna vez existió un mar. La intersección de dos líneas rectas conforma una retícula, pues dos rectas significan: tachado. Buena suerte[1], llega el capataz de la mina con su brillante luz en la noche. La lluvia inunda las canteras que se convierten en lagos, y finas partículas de polvo se ahogan en ellas. El carbón ya no se extrae, sino que se explota. Disperso migas de pan y busco el camino de regreso. La tierra gira demasiado rápido, el día tiene muchas horas. No queda más polvo que hospede rayo de luz alguno. La ropa tendida ha quedado limpia otra vez. Durante las tormentas el Elba se desborda; por la noche no hay sombra. Dejo el periódico de lado y salto al lago. Exhalo.
[1] En alemán, el término “Glückauf” es un saludo mediante el cual los mineros alemanes se desean suerte.
recorrer con el dedo la costura
de Elena Schaetz
Respuesta al texto de Emilia Pequeño
Traducción de Johanna Malcher
recorrer con el dedo la costura
un retazo de tela suelta
sujetar el hilo
un solo tirón
el desgarrón
libera
una palabra cruda
casi deglutida
apenas pronunciada
la piel helada se tensa
las rasgaduras de antaño
líneas blanquecinas
donde las manos se encuentran
entierra los dedos en arena
hacia las raíces
de quienes te precedieron
y la semilla
de quienes vendrán
la tierra aún ardiente
aguarda el fresco verdor
y la primera gota
La lluvia se filtró hasta el subterráneo
de Rafael Cuevas Bravo
Respuesta al texto de Marlene Fleißig
La lluvia se filtró hasta el subterráneo y humedece las paredes del estacionamiento. Con la humedad aparecen formas en la piel del cemento: pequeñas siluetas de gaviotas en bandadas, una ondulación de algo como cerros, quizás donde vivió su abuela y ya no vive. Un flash de quebradas. Palpitan los dibujos y el estacionamiento se llena de fantasmas. Un arriero mudo por la contracara a una ventisca, un minero joven que pierde las manos en una explosión de dinamita, su abuela guardándose pollitos en los bolsillos. No está el guardia, así que le toca hacer ronda entre los automóviles. Curvas tras curvas de cromo bajo el techo de hormigón, los chasis reflejan una dos y tres veces su cabeza, la hacen larga y la hacen chata, más o menos delgada. Imagina: duraznos hirviendo en una olla lechera. Imagina: los mosquitos que caían en la sopa víctimas del tubo fluorescente. Imagina: una burbuja que sube y se disuelve en la superficie de una laguna.
La piscina como museo de cuerpos
de Slata Roschal
En respuesta a todes
Traducción de Patricio Hergott
La piscina como museo de cuerpos para mirar y sorprenderse, solo cicatrices de cesáreas, apendicectomías, estrías, moretones y lunares, es difícil no mirar, aunque no podrían ser más inofensivas. En algunas pancitas se abulta el almuerzo, en otras crecen embriones, hace cientos de años todas las mujeres tendrían canas y casi todos los hombres dientes negros, las tiras de poliéster debajo de las barrigas horriblemente simbólicas, y dentro, en estas formas y moldecitos, se escondían los pulmones y el tejido adiposo y las mitocondrias y todo lo que se supone que surge de ahí, pero que ni siquiera es visible. Grandes cuerpos contienen otros más pequeños, de siluetas idénticas, volcadas unas sobre otras, y mientras todo continúa, me agarro del borde de la piscina.
una ceja finísima de selva
de Emilia Pequeño
En respuesta a todes
una ceja finísima de selva
hay sol
la escala geométrica
rasgar un poco
si la tierra se abriera
si la selva ya fuere
El desprendimiento de tierra siguió el curso de un caudal seco
de Macarena Cortés
En respuesta a todes
El desprendimiento de tierra siguió el curso de un caudal seco. No tuvimos invierno. Método de construcción sin aglutinante. Los incas utilizaron la antropometría: medidas con relación al cuerpo humano. Terremoto en Alaska. Somos parte del cinturón de fuego del pacífico. Zumbido subterráneo. El ancho del ventanal es mi mano y brazo extendido hasta el hombro, mi cabeza no alcanza la mitad del alto. Hay vestigios de manos sobre el vidrio. Las tejas coloniales son conocidas como tejas musleras. Las latinoamericanas tienen la particularidad de ser más alargadas y resistentes, se sabe que es consecuencia de la fisonomía de los esclavos. Mi madre cambió las cortinas. Se acostumbraron a la oscuridad.
SIN PUNTO NI COMA
19 de julio de 2021
Nuestras autoras y autores les sacan punta a sus lápices, frotan el teclado, se pasean por el taller y nos legan su primer testimonio.
Forma – Mientras todos los buenos poemas se parecen – palabra que – Un río de lodo – pequeñas labores – Formas del rostro de Valeska
Forma
de Marlene Fleißig
Traducción de Patricio Hergott
Durante las vacaciones semestrales trabajo en la cadena de montaje de una fábrica de moldes de panadería. A las 6:30 a.m. comienza el turno, con 15 minutos de pausa para el café, y 30 para el almuerzo. Con la izquierda se agarra el precinto, con la derecha se pega en el molde. 8 horas de día, durante 10 semanas. Cada pocos segundos pasa de largo un nuevo molde que se ve exactamente idéntico al que lo precede. Y cuando esto no ocurre, si la máquina se ha trabado y aparecen bollos o arañazos, el molde debe separarse. Así lo exige el mercado.
Un molde de bizcochos tiene cuatro esquinas, sin valles donde la masa quede adherida de modo antiestético. Un Gugelhupf[1] es un Gugelhupf. Quien rasga un molde con la ilusión de una forma nueva, anhela descubrir superficies lisas e impecables. Aquí aún puede pasar de todo.
En el envase yace impresa una receta, con cantidades exactas, para que la torta salga bien. Siempre igual de bien. Es decir, para que quede por encima del borde, pero sin sobrepasarlo. El que se atreve a emprender algo, recurre a un molde desmontable con forma de corazón, cuyos ángulos están calculados de modo tan exacto que dicho molde no se quiebra al soltar el anillo.
Hay un antes y un después del teflón. Actualmente, todos los moldes están revestidos. Nuestras abuelas aún fregaban. Pero la torta siempre sabe bien a crema de manteca, a la Frankfurter Kranz[2]. Los nudos en los delantales de las abuelas dividen sus cuerpos en la parte de la espalda en las proporciones de antaño.
Ella desconoce cómo manejar las nuevas formas; no sabe que estas se rayan con el cuchillo; tampoco cómo el revestimiento se despega. Que hoy nadie más quiere crema de manteca.
Dejaron cereales en la pausa de café. El resto permanece sobre el patio interior y fuma. Siempre están aquí: los que trabajan en vacaciones son su única distracción; rodeados con recelo, quedan en el olvido tras un par de días.
La chaqueta de mi uniforme tiene un botón de plata en la manga. Quiero escribir sobre la superficie lisa e impecable. Apretar el molde rectangular para los bizcochos, con un mano, y obtener una forma elíptica para éclairs[3] en forma de elipsis.
También hay moldes para formas en las que no se requiere ningún molde. Moldes para dónuts, cortapastas navideños redondos y moldes de Kipferl[4] de vainilla. La abuela moldeaba hilos de masa y los torcía para convertirlos en pequeñas lunas. Eran todos idénticos. El precinto para la bandeja del horno del Kipferl de vainilla es grande y la receta se puede ver claramente. La receta de la abuela no funciona para la chapa del Kipferl, la masa no se despega del molde. Qué van a hacer si no se les permite rasgar.
Arranco los botones de mi chaqueta para no caer en la tentación. Me pongo uno de ellos en la boca y lo chupo como si fuera un bombón.
Es agosto. Empaco los cortapastas navideños en cajitas. Siempre: Una estrella, un árbol de Navidad, un corazón.
Tostadas cortadas en triángulos en la pausa de café, apiladas en la esquina de mi lata.
Después de 10 semanas entrego mis zapatos con punta de acero. Como despedida me regalan una bandeja para moldear Kipferl de vainilla. Se la doy a mi sobrina, quien se la lleva a la plaza y la llena de arena.
[1] Tipo de bizcocho cuya forma característica se asemeja a la de una montaña. Su preparación requiere el uso de un molde especial. Constituye una especialidad culinaria tradicional del sur de Alemania y también abarca otras regiones en Austria, Suiza, Alsacia y Bohemia.
[2] Especialidad pastelera procedente de Fráncfort (Alemania).
[3] Bollo fino o dónut de origen francés.
[4] Panecillo tradicional de levadura de Europa del Este, que se enrolla y se moldea en forma de medialuna antes de ser horneado. Es común encontrarlo en la gastronomía austríaca, húngara, checa, eslovaca y serbia.
Mientras todos los buenos poemas se parecen
de Slata Roschal
Traducción de Patricio Hergott
Mientras todos los buenos poemas se parecen, cada poema mal escrito es malo a su propio modo. Un buen poema es aquel que es contemporáneo y revela un carácter urgente e irrenunciable. Nunca han sido la exigencia ni la competencia tan altas, casi todo el mundo en este país puede escribir, lo hace con ganas, por doquier y a toda hora. Nuestra época pertenece a las formas breves, un foro de internet para depresivos es más intenso que la enésima primera novela sobre depresiones, los folletos publicitarios de la tienda de descuentos son más lacónicos que muchos tomos de poesía; escribir poesía es una apuesta violentamente arriesgada en nuestros tiempos. La tarea ya no consiste en producir escritos, en componer por medio de palabras, sino más bien en fijar atentamente la abundancia de lo omnipresente, en recolectar material, enajenarlo; incluso aunque suponga una mera repetición fuera de todo contexto pragmático, implica ayudar a desplegar el potencial estético de correos electrónicos, posts, tweets, anuncios de las estaciones del metro, pegatinas, afiches, reglamentos internos, formularios.
Palabra que
de Elena Schaetz
Traducción de Johanna Malcher
palabra que
rebasa los límites
desplaza las fronteras
disuelve las dudas
y se cuela
entre nosotros
se apodera del espacio
me deja en silencio en medio
del cascote de mi sintaxis
y papel quemado
hollín en la punta del dedo mi
última palabra sobre tu lengua
dobla la sílaba
hasta romperla
habla
mientras puedas
Un río de lodo
de Macarena Cortés
Un río de lodo en shizouka. El volcán que hizo erupción en mar caspio está en un lago. Punto es la intersección entre dos rectas mientras que la recta es una suma de puntos. Velas azules para la tranquilidad. La lluvia dispersa la contaminación. Partículas en suspensión terminan en alcantarillas. Primero se cultivó algodón y después alimentos vegetales. Trenzo el pastizal para no perderme. La tierra gira más rápido y el día tiene 16 horas. Acumulo polvo para registrar un haz de luz ¿Puede una forma condensada permitir la entrada de aire? Las inundaciones son cada vez más comunes. El levantamiento de la sombra es un método de sanación. Contengo el aliento cada vez que leo un texto. Inspiro
pequeñas labores
de Emilia Pequeño
formar una línea de piedras
transplantar un esqueje
comer una alcachofa
ensamblar dos cuerpos
una costura que rompe
la dureza flexible del cartílago
umbral atado a un hueso
palabra roída
bordeada
pienso en un río
caudal fractura de tierra
moldes
encajes
collage bordado
papel vegetal, papel seda, recortes, crea e hilos de algodón
Formas del rostro de Valeska
de Rafael Cuevas Bravo
Su frente concluye en el cielorraso del loft. Los borrachos cociéndose en la escalinata de mármol, el pastero por semáforo destruido: esta sería la redondez de su pera. Sonríe con la vejez del portón de polvo y hierro fundido. El farol a punto de caerse es la náusea de la campanilla.
Si está triste los fantasmas de mordidas añejas le aprietan la dentadura. Se repiten en la rutina de las comidas: una primera humita, encías inflamadas por la borrachera, cahuines en la plaza de Rancagua repleta de lenguas y mochilas y pingüinos.
En su margarita izquierda se ovilla una perra de catorce años que recomiendo no molestar.
Hay gárgaras en la velocidad de los grafitis que ascienden por la espiralada. Prestar atención, porque piensa la espuma en colores cuando la emoción le llega hasta las narices. De esa vez que nadó junto a las lanchas sobre la resaca de un guitarrista, y que vio el tornasol de la superficie del mar entre las grúas portuarias.
Bajo las cejas anchas y redondas, heredadas del padre, le descansan dos gatos en cuyo ronroneo respira una paloma. Es un misterio el unísono de las bandadas que se desprenden del edificio, y el tiuque que captura a solo una desentraña la aventura del concepto entero. Pareciera que la familia cabe y muere en una garra.
Un día de purga se decidió a viajar: hacia el norte despidió el frío del sur; hacia el sur, despidió a su padre. Los ojos achinados se le llenaron de culpas y palmeras.
Maia Traine
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