Exiliados en Alemania
Comprometerse para sostener la democracia
Hoy en día se trata a los refugiados en Alemania con mayor rudeza. No en vano, la derecha política se aprovecha de la migración para sus propios fines. ¿Pero qué piensan los afectados? ¿Qué significa vivir en Alemania como exiliado?
De Petra Schönhöfer
Según el Registro Central de Extranjeros (AZR), a finales de 2018 vivían en Alemania alrededor de 1,1 millones de personas que estaban bajo protección debido a “medidas urgentes por motivos humanitarios o personales”. De acuerdo a los datos de la ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, a fines de 2018 Alemania se encontraba entre los cinco países que más refugiados habían recibido en el mundo, después de Turquía, Paquistán, Uganda y Sudán. Muchos de esos refugiados exiliados en Alemania se comprometen política, social o artísticamente.
Thabet Azzawi: el músico que lucha contra la derecha
Thabet Azzawi vive desde 2015 en Dresden y estudia medicina. Con su música lucha por la democracia y contra el populismo de la derecha.Thabet Azzawi nació en la ciudad siria de Deir ez-Zor. Ya entonces le encantaba tocar su ud, un laúd oriental de mástil corto. Azzawi sobrevivió a dos guerras civiles, una en Siria y la otra en Yemen, en las que, como hijo de oftalmólogo, prestó auxilios médicos de emergencia. En su huida, de cuatro años, cruzó el Líbano y de allí se fue a Yibuti y a Turquía hasta que llegó a Dresden. Junto con la Banda Internationale, un grupo internacional de músicos, el joven de veintinueve años tocó contra el racismo y el nacionalismo de las marchas de los Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida). “Para mí, la Banda Internationale representa y sostiene valores en los que creo, como la democracia, los derechos humanos, la tolerancia y la apertura. La Banda muestra la cara amable de Dresden y se posiciona a favor de estos valores, en contraposición a la extrema derecha. No es sólo una banda de música internacional, sino también un proyecto a largo plazo en pro de la paz y la convivencia en Alemania y, sobre todo, en Sajonia, quizá uno de los estados federados que más lo necesita”, dice Azzawi, que no entiende por qué hay tantas personas en su tierra de adopción que no saben valorar los logros democráticos. “El mejor modo de definirme es a través de mi música. Es lo más importante de mi vida, mi medicina”, dice Azzawi, estudiante de medicina. Actuar con la Filarmónica de Dresden, los profesores de la Escuela Superior de Música de Dresden o estrellas como Sting forman entre tanto parte de su vida. Además, Azzawi coordina un taller en la Escuela Superior de Música. “Hay que comprometerse para sostener los valores democráticos, especialmente si uno quiere considerar a Alemania su patria.”
Goran Buldioski: el luchador de los derechos humanos
Goran Buldioski vive en Alemania desde 2018. Es director de la oficina berlinesa de las Open Society Foundations, que promueven proyectos sobre los derechos humanos en todo el mundo.También bajo la bandera europea, las organizaciones no gubernamentales y los defensores de los derechos humanos no se libran de la difamación ni de las amenazas. Goran Buldioski, nacido en Macedonia, vivió hasta 2018 en Hungría. Allí trabajaba para el programa europeo de las Open Society Foundations, que desde Budapest promovían en todo el mundo proyectos vinculados a los derechos humanos. Sin embargo, para el gobierno nacionalista de derecha de Viktor Orbán, la fundación benéfica o, mejor dicho, su fundador, George Soros, se convirtió en el enemigo. Orbán acusó al filántropo e inversor de origen húngaro Soros de dirigir a las riadas de migrantes adrede hacia Europa. La insistente y negativa contracampaña del gobierno húngaro consiguió que se cerrara la oficina de Budapest. Junto con unos cien colaboradores y sus familias, Goran Buldioski se mudó a la capital alemana y se convirtió en director de la oficina berlinesa. “En Budapest, los compañeros a veces se sentían realmente amenazados. En Berlín sucede exactamente lo contrario. No limitarse a una sola identidad es precisamente la definición de una sociedad abierta. Nadie tiene derecho a tener la única respuesta correcta. Por eso aquí nos sentimos como peces en el agua”, manifestó el politólogo en una entrevista con la emisora Deutschlandradio. En el futuro, se decidirá desde Berlín el destino de aproximadamente cien millones de dólares, que la fundación Open Society distribuye en toda Europa, también en Hungría, donde patrocina una serie de asociaciones civiles.
Angelina Jolong: la asesora
Angelina Jolong vive en Berlín desde 2013 y le gustaría fundar una agencia de asesoramiento en energías renovables.A Angelina Jolong le mueve una gran ilusión: “Quiero una renovación energética en África y el Oriente Próximo”, dice con orgullo. “En mi patria, Sudán del Sur, he visto cómo las personas mueren en los hospitales y no se pueden operar porque no hay electricidad. Sin embargo, al lado del hospital hay un río. Y en el cielo luce el sol. Por todas partes sopla el viento... Tenemos los recursos naturales para una renovación energética al alcance de la mano.” En Sudán del Sur, Angelina pasó mucho miedo debido a los conflictos étnicos. Preferiría quedarse en Alemania con sus cuatro hijos y su esposo, donde ha aprobado un máster en derecho económico y energético. Le gustaría poder devolver de alguna manera la ayuda que recibió a lo largo de su camino. A sus cuarenta y dos años, planea hacerse un hueco en el mercado laboral por cuenta propia en Berlín con el apoyo del programa “Start-Up Your Future”, que por medio de apadrinamientos voluntarios auxilia a refugiados interesados en emprender un proyecto. Su idea: una agencia de asesoramiento en energías renovables. “Me gustaría desarrollar tutoriales online en distintos idiomas y ofrecer diversas propuestas para que las personas puedan formarse. Además, me gustaría poder asesorar a los interesados y organizar encuentros.”
Parwiz Rahimi: el fotógrafo
Parwiz Rahimi vive en Frankfurt desde 2016. Es fotógrafo independiente y periodista y dirige de forma voluntaria un proyecto fotográfico en la Cruz Roja de Alemania.“Para mí, la fotografía significa amor”, dice Parwiz Rahimi a Deutschlandradio. “Para mí, es una manera de expresar lo que sentimos”. Esos sentimientos todavía tienen mucho que ver con su ciudad natal, Herat, en Afganistán. Por ejemplo, las fotografías de sus compatriotas exhibidas en la muestra de su exposición “¿Paz en Afganistán?”, aunque a primera vista parezcan apacibles, cuentan la historia de una sociedad traumatizada. En Herat, Parwiz trabajaba de moderador y locutor publicitario para la radio y apoyaba a organizaciones no gubernamentales como Women and Children Welfare. Después, Parwiz, que hoy tiene treinta y cuatro años, realizó estudios universitarios en la India. Sus escritos satíricos le convirtieron en el blanco de los ataques del gobierno y de los talibanes. Como temía por su vida, abandonó Afganistán y terminó encontrando una segunda patria en Frankfurt. Desde octubre de 2018 estudia un máster en la Escuela Superior de Darmstadt de Cooperación y Gestión Cultural Internacional. Además, Parwiz colabora con la Cruz Roja Alemana como asesor y da cursos de fotografía a refugiados: “Trato de llenar su tiempo libre con algo que tenga sentido. Me gustaría liberar su mirada para que puedan conocer la ciudad en la que viven”. Pues, según su opinión, hasta con un móvil se puede hacer arte. “Cuando me duermo por la noche y pienso en qué hice durante el día, recuerdo que ayudé a personas. Eso me hace sentir bien.”
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