Dirección: Detlev Buck, Alemania 2006, color, 98 min.
Una película dura y dolorosamente realista sobre la vida de un adolescente que se muda con su madre a Neukölln, un barrio berlinés con mucha diversidad cultural que a la vez es un foco de problemas sociales. “Hay que ser duro” habla sobre la violencia en las aulas, en las calle o hasta en las pantallas de los teléfonos móviles, y sobre su inevitable escalada. Las nacionalidades no desempeñan ningún papel en este conglomerado multicultural. Cuestionarse quién es alemán, quién es extranjero o de qué país viene uno no sirve de nada. Todos tienen problemas con su identidad, pero no son conscientes de ello.
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