Mezquitas alemanas
Templos islámicos modernos en Alemania
Cada vez que en Alemania se construyen mezquitas de importancia siempre surge la posibilidad de un conflicto. La arquitectura euroislámica muestra cómo se puede tender con éxito un puente entre las culturas.
Las mezquitas alemanas no suelen ser lujosas: por lo general, en Alemania los templos islámicos son construcciones ocultas en patios internos de edificios de barrios industriales y no tienen nada en común con los impresionantes edificios de los países islámicos. De los dos mil ochocientos lugares de rezo y mezquitas que hay aproximadamente en Alemania sólo unos trescientos son reconocibles como tales: los que siguen la arquitectura turco-otomana con cúpulas y minaretes. Todos los otros han prescindido de esos signos distintivos que, a pesar de la opinión corriente, no son obligatorios ni necesarios (la única condición es que la mezquita esté orientada hacia la Meca). La causa de esto ha sido y sigue siendo la postura a veces de rechazo, desconfiada, de muchos alemanes respecto a las onerosas construcciones que pueden verse en los países musulmanes. Por miedo a una supuesta islamización no quieren que haya edificios musulmanes lujosos que ejerzan influencia excesiva en el paisaje urbano. A esto se opone el deseo de muchas comunidades musulmanas por salir del ambiente de patio interno, que genera poca confianza. Para ellos es una cuestión de integración, vinculada al hecho de poder autoafirmar su identidad musulmana en la nueva patria. Se identifican con el país en que viven y exigen un lugar de igualdad en esa sociedad.
Polémica de minaretes y cúpulas
Mientras tanto, además de las incontables mezquitas "de patio interno", en ciudades como Duisburg, Mannheim, Colonia o Bremen han surgido en Alemania algunos templos grandes que ofrecen lugar para más de mil creyentes. En la mayoría de los casos, sin embargo, la construcción no se produjo sin roces: debido a los reparos que hay en la sociedad –acrecentados recientemente por el miedo a ataques terroristas–, los creyentes musulmanes a menudo tienen que prescindir de elementos arquitectónicos como minaretes, fachadas ornamentales y cúpulas, a pesar de que para los musulmanes de Alemania, en su mayoría de origen turco, tienen una significación tan grande como para los cristianos el presbiterio, la cripta o el altar. El descontento de los vecinos generalmente comenzó con la preocupación por los ruido molestos –ahora hay una treinta mezquitas en las que, al menos durante el día, el muecín llama al rezo– y no pocas veces derivó en una encarnizada polémica sobre la altura de los minaretes. Así, la construcción de mezquitas siempre pone a prueba las relaciones entre los musulmanes y la mayoría no musulmana.Por otra parte, cuando se discute sobre la arquitectura de las mezquitas, también está en juego la cuestión de qué clase de islam se pondrá de manifiesto. ¿Se practicará un Islam como se entendía originariamente o como lo viven los musulmanes occidentalizados? ¿O incluso se tratará de una asimilación y una aproximación a la nueva patria con mezquitas que se adapten por completo a las ideas arquitectónicas occidentales? Por lo general, en la actualidad se considera una pragmática opción intermedia el estilo de la arquitectura euroislámica, que presenta una forma secularizada del islam en Europa. En esa corriente islámica se busca armonizar los derechos y obligaciones del islam con los valores europeos; desde el punto de vista arquitectónico, se suelen ensamblar formas arquitectónicas eclécticas que confluyen en una arquitectura moderna. Muchas nuevas construcciones y proyectos están inspirados por esta convicción: esta casa de dios debe ser un lugar de encuentro.
Síntesis de oriente y occidente
La facha de la Mezquita Central de Colonia: sobre su diseño y la altura de los minaretes hubo frecuentes discusiones públicas | Foto (detalle): © picture alliance / Rainer Jensen / dpa Un ejemplo de la moderna arquitectura euroislámica es el reconocido edificio de la Mezquita Central de Colonia. Con paredes discontinuas y extensas aberturas, la mezquita de cúpula turco-otomana permite la vista de adentro hacia afuera y viceversa. Esto debe entenderse como un indicio de que se aspira a una comunicación abierta con las personas de otras confesiones. El elemento central lo constituyen unas magníficas escaleras abiertas que conducen a la sala de la cúpula. Esta, con sus paredes curvas de hormigón y fachadas de vidrio, tiene treinta y seis metros de altura y una capacidad para mil doscientos visitante. Las escaleras son un truco arquitectónico cuya intención es señalar el carácter intercultural de la mezquita.El director del proyecto, Selim Mercan, dio importancia a una unión de elementos orientales y un islam moderno, adecuado para una ciudad cosmopolita como Colonia. Selim destaca las imágenes del cielo raso, que con sus inscripciones árabes en pan de oro, están dedicas entre otros a Abraham, Moisés, Noé y Jesús, personajes todos importantes tanto para cristianos como judíos y musulmanes. "Es un simbolismo muy bello", dice el ingeniero civil. Sin embargo, a los constructores de la Mezquita Central de Colonia se les reprochó falta de innovación, porque la impresionante cúpula y los minaretes pueden verse como un vínculo demasiado estrecho con la arquitectura otomana tradicional.
En Colonia también hubo por eso debates durante la fase de construcción: un punto muy polémico fue la altura de los dos minaretes. Llegan a los cincuenta y cinco metros y así a un tercio de la Catedral que, con sus ciento cincuenta metros de alto, sigue siendo la medida de todas las cosas en Colonia. Finalmente, una campaña de imagen apostó a un sentimiento colectivo interreligioso y con la consigna "Nuestra mezquita para Colonia" trató de obtener el favor para el polémico edificio.
Baviera y la modernidad
En un proyecto de la localidad de Penzberg, Alta Baviera, los constructores demostraron tener más tacto. En la pequeña ciudad cercana al lago Starnberg, la comunidad multiétnica hizo construir un edificio que, por su estética sencilla, mucho le debe al estilo moderno. Un minarete de sólo quince metros de altura, hecho en acero inoxidable, permite reconocer que el edificio es una mezquita. El portal, en el que están grabados en alemán y árabe versos del Corán, remite directamente a elementos de la arquitectura euroislámica.Der Gebetsraum der Penzberger Moschee ist durch die tiefblau schimmernde Fassade aus Tausenden von Glasscherben in blaues Licht getaucht. | Foto (Zuschnitt): © picture alliance / Frank Mächler / dpa Alen Jasarevic, el arquitecto que diseñó esta moderna construcción, está firmemente convencido de que en el futuro se desarrollará un tipo de mezquita de Europa Central, con el que los inmigrantes musulmanes, sobre todo los de la tercera y cuarta generación, puedan identificarse más fácilmente de lo que les sucede con los modelos tradiciones del mundo islámico. Jasarevic cree que, al igual que la iglesia y el ayuntamiento, también la mezquita y la sinagoga se afirmarán como componentes naturales de nuestras ciudades.