Una cuestión que se discute con frecuencia entre los expertos en gatos es su proverbial terquedad. En este grafiti de Elise Ketch, un gato da la espalda al espectador y le saca la lengua, presumiblemente una referencia a la gracia, a menudo difícil de entender, de las criaturas de cuatro patas. Nos gustaría señalar lo elegante que ha resultado la coordinación de colores entre la tienda de bicicletas eléctricas y el mural: los tonos naranja y turquesa combinan maravillosamente. Pero, ¿habría deseado el responsable de la tienda (y, con toda probabilidad, también el cliente de la obra) un animal heráldico más educado? Es lo que hay, con un gato nunca se sabe cuál será el estado de ánimo al momento siguiente.
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© Elise Ketch, Photo: Mike Maguire