Berlinale 2024  “La figura femenina está subrepresentada”

Cidade; Campo, Brasil/Alemania/Francia, 2024. Dirección: Juliana Rojas. En foto: Marcos De Andrade, Mirella Façanha, Bruna Linzmeyer. Berlinale, sección Encounters.
Cidade; Campo, Brasil/Alemania/Francia, 2024. Dirección: Juliana Rojas. En foto: Marcos De Andrade, Mirella Façanha, Bruna Linzmeyer. Berlinale, sección Encounters. © Alice Drummond / Dezenove Som e Imagens

Cidade; Campo, largometraje dirigido por Juliana Rojas, tuvo su estreno mundial en la sección de competencia Encounters de la Berlinale. En esta entrevista, la directora habla sobre la película.

En Cidade; Campo, dos mujeres protagonizan dos historias de migración interna en Brasil con algunos elementos en común: pérdidas, fantasmas del pasado y la necesidad de volver a empezar. Con un elenco impecable, que cuenta con la participación de Fernanda Vianna, Mirella Façanha y Bruna Linzmeyer, la película narra las acciones de los personajes de modo contundente. En la primera parte, Joana, una trabajadora rural, llega a São Paulo para vivir con la hermana después de que una represa que contenía desechos de minería estallara y destruyera el lugar en que vivía. En la segunda parte, la pareja de Flávia y Mara se muda a una pequeña finca que Flávia heredó del padre, muerto recientemente.

Dos historias de pérdidas y reinicios, así como la oposición entre ciudad y campo, son los hilos conductores de Cidade;Campo. ¿Cómo surgió el deseo de hacer una película sobre esos temas?

El corazón de la película tiene que ver con la idea de abandonar el lugar de origen y adaptarse al nuevo lugar. En este caso, la migración entre ciudad y campo, ya que son ambientes distintos, con tiempos y vivencias diferentes. Son temas que me tocan personalmente porque mis padres son del interior de Brasil. Mi madre es de Minas Gerais; mi padre nació en el interior de Paraná, en la frontera con Paraguay y creció en el interior de Mato Grosso do Sul. En mi familia siempre aparecían esos temas: los desencuentros con la ciudad, la relación con la naturaleza. A partir de ahí pensé en crear dos historias en las que se pudieran ver los dos movimientos. Dos historias independientes que tuviesen algunos elementos en común: los dos personajes experimentan una pérdida y viven un reinicio. Y principalmente en la segunda, a través de Flávia, también hay un rescate de la ancestralidad. Eso también tiene que ver con mi vivencia personal, con el universo guaraní por parte de mi padre, al que tengo muy poco acceso. En Brasil hay un borramiento de las identidades indígenas.
 
Cidade; Campo, Brasil/Alemania/Francia, 2024. Dirección: Juliana Rojas. En foto: Fernanda Vianna, Preta Ferreira, Raquel Ferreira. Berlinale, sección Encounters 2024

Cidade; Campo, Brasil/Alemania/Francia, 2024. Dirección: Juliana Rojas. En foto: Fernanda Vianna, Preta Ferreira, Raquel Ferreira. Berlinale, sección Encounters 2024 | © Cris Lyra / Dezenove Som e Imagens 


¿Piensa que ahora, después de la pandemia, hay en Brasil una idealización de la vida en el campo?

Pienso que eso siempre existió, sobre todo en el circuito urbano de clase media. Y hasta me inspiré en algunos relatos de personas fueron a buscar otro tipo de vida en el interior y tuvieron que enfrentarse con la realidad de lo que es la vida en el campo. Tanto en lo que se refiere a un contexto social diferente, más hostil para personas LGBT, como a la realidad de una cotidianidad esforzada. Es un trabajo muy cansador, para el cual es necesario tener una conexión y comprensión de la naturaleza. También están todos los imprevistos relacionados con los cambios climáticos. Las estaciones ya no son más regulares. Las plantas dejan de crecer. La pareja de la segunda parte de la película se muda al campo porque el padre de Flávia murió y ella quiere conectarse con ese padre con el que tenía poco contacto. De todos modos, al querer que todo esté bien, hay cierta idealización de los personajes.

La historia narrada transcurre en diferentes planos, incluidos los fantasmas que los personajes tienen que enfrentar. ¿Por qué decidió incorporar en la película elementos de suspenso y surrealismo?

Exploro esas corrientes desde mis cortometrajes. Me interesa que las películas no se encasillen en un género cerrado. Me gusta jugar con las posibilidades y usar las herramientas de cada género en favor de la historia, para crear cosas inesperadas, extrañamiento, sentimientos nuevos dentro de la misma película. En Cidade; Campo, esa técnica tiene mucho que ver con el aspecto más existencial de la película. No es una historia objetiva, es una historia de las subjetividades de los personajes que tienen que luchar con los fantasmas y las memorias del pasado. La película comienza de modo concreto, con un imaginario de la ciudad más objetivo y material, y de a poco vamos construyendo una atmósfera más onírica. Para fortalecer ese lenguaje usamos filtros en la fotografía y fundidos en el montaje.

Más allá de ese desarrollo subjetivo, la película también tiene un matiz político bien marcado, por ejemplo en el desastre de la represa en Minas Gerais o en las relaciones laborales del personaje llamado Joana. ¿Qué cosas considera importante llevar a la pantalla?

Es verdad, hay cuestiones sobre las que considero importante hablar. Las relaciones de trabajo ya estaban presentes en mis películas anteriores. En Cidade; Campo, la precarización de trabajo es visible. Joana va a trabajar como personal de limpieza usando una aplicación. Es una tercerización con pocos derechos laborales. Y hay cierta perversidad en ese discurso de “usted es su propio emprendedor”, que genera la idea de que es posible una movilidad social, cuando, en realidad, la persona está perdiendo derechos. Son personas muy vulnerables social y económicamente.

También está el episodio del desastre en Minas Gerais, que está inspirado en los de Mariana y Brumadinho, pero no los cito explícitamente porque la película no es sobre eso. Si fuera así, tendría que hablar más profundamente sobre lo que pasó y sobre la multinacional que causó la tragedia. En la película el desastre es un punto de partida para el desplazamiento. Conceptualmente es fuerte, porque Joana vivía en un terreno de la familia desde hacía mucho tiempo y tenía una conexión con el lugar. De repente, todo desapareció. Me interesaba pensar qué pasa con una persona que sufre todo eso. Además del trauma y del duelo, está la pérdida de la cotidianidad y las costumbres, de las memorias afectivas, y hay que adaptarse a una nueva vida.

En la segunda parte de la película, está la pareja lesbiana y el tema de la representativdad. Hay una protagonista negra y gorda que vive su propia historia. Tiene conflictos humanos y universales. Esos cuerpos tienen derecho a tener ese tipo de trama. Fui descubriendo que era muy importante que estas cuestiones estuvieran presentes. En la mayoría de las películas, los dramas de los personajes LGBT tienen que ver con sus propias identidades y su sexualidad. Por supuesto, son temas importantes pero ellas tienen sus conflictos y deseos que van más allá de eso. Quise mostrar que hay otras narrativas posibles para esos personajes.
Cidade; Campo, Brasil/Alemania/Francia, 2024. Dirección: Juliana Rojas. En foto: Bruna Linzmeyer, Mirella Façanha. Berlinale, sección Encounters.

Cidade; Campo, Brasil/Alemania/Francia, 2024. Dirección: Juliana Rojas. En foto: Bruna Linzmeyer, Mirella Façanha. Berlinale, sección Encounters. | © Alice Drummond / Dezenove Som e Imagens 

Todas las protagonistas de la película son mujeres y el equipo también está formado mayormente por mujeres. ¿Piensa que hemos avanzado en relación con la igualdad en la producción cinematográfica o todavía hay un largo camino que recorrer?

En mis películas anteriores también trabajé con personajes femeninos. Tengo interés en mostrar el lugar de la mujer en diferentes aspectos, en el campo afectivo, en las relaciones de trabajo. Pienso que la figura femenina está subrepresentada. Eso dice mucho de nuestra sociedad y de cómo tratamos a las mujeres. En este sentido también quería que en las funciones clave hubiera un equipo predominantemente femenino. Y fue una experiencia muy interesante. Se estableció otra dinámica de trabajo y me sentí muy contenida. También se dio un buen intercambio en términos estéticos, porque hay una voluntad de reflexionar y exponer nuestros puntos de vista creando historias diferentes de aquellas que cuentan los varones.
 
La guionista y directora Juliana Rojas nació en Campinas, Brasil. Entre sus trabajos se cuentan los cortometrajes premiados O duplo y A passagem do cometa así como la película de ficción Sinfonia da necrópole. Con Marco Dutra escribió y dirigió los cortometrajes O lençol branco y Um ramo y los largometrajes Trabalhar cansa y As boas maneiras.

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