América Latina es la región que posee la mayor riqueza lingüística del mundo. Pero también es el lugar donde la diversidad está más amenazada. Proyectos digitales buscan conservar la variedad de lenguas indígenas.
El lenguaje marca nuestro pensamiento y viceversa. No hay pensamiento sin expresión lingüística, no hay identidad sin palabras. Si continúa la generalizada desaparición de lenguas, en los próximos ochenta y cinco años enmudecerá la mitad de los siete mil idiomas del mundo. Aunque los pueblos indígenas representan sólo el cinco por ciento de la población mundial, son lo que hablan la mayor cantidad de lenguas. América Latina es la región que posee la mayor riqueza lingüística del mundo pero a la vez es el lugar donde esta diversidad está más amenazada.Los factores que provocan la acelerada desaparición de lenguas son la globalización, la urbanización y el cambio climático. Cada vez más personas deben mudarse a la ciudad para conseguir trabajo y la mayoría de las veces pierden su idioma, sus lazos tradicionales y su pertenencia. Otro factor es la estigmatización de las personas que hablan esas lenguas. Cuando intentan adecuarse a la sociedad mayoritaria, las lenguas indígenas suelen quedar en el camino.
De este modo, las comunidades lingüísticas pierden no sólo su expresión particular sino también una parte sustancial de su identidad. Pues la lengua no sólo se compone de palabras y gramática sino que es fundamento de la autopercepción. En ella se almacenan costumbres, conocimientos sobre flora y fauna, cosmologías enteras y un modo enteramente específico de concebir el mundo. Quien pierde su lengua pierde sus raíces históricas, su pertenencia y su autoestima.
Archivos de lengua y cultura
La mayor riqueza lingüística suele encontrarse en zonas muy apartadas, por ejemplo, en el curso superior del río Xingú, en el Mato Grosso, Brasil. Allí, en ese afluente del Amazonas, trabaja desde hace muchos años la lingüista Bruna Franchetto en la población de los kuikuru, una pequeña comunidad lingüística de unas 650 personas. Un archivo preparado por Franchetto para el portal online DobeS (Documentation of Endangered Languages) contiene un diccionario de su lengua, listas de palabras y de frases, así como material musical y visual, estudios gramaticales, etnográficos e históricos, además de textos redactados por los profesores indígenas y sus alumnos. Ahora los kuikuru han tomado el proyecto en sus manos. Y en su calidad de lingüistas bien formados y de cineastas produjeron películas, algunas de las cuales han recibido premios, por ejemplo, Imbé Gikegü. Cheiro de pequi (2006) o As hiper mulheres (2011). Así conservan sus particularidades lingüísticas y culturales. La nueva consciencia de la propia cultura y la propia lengua fortalece también la identidad y la autoconsciencia de los grupos indígenas del Xingú superior.Activismo digital
Pero no sólo los grupos pequeños se ven afectados por la pérdida de la lengua. Aunque el wayuunaiki suele oírse en los mercados o en el transporte público de Colombia, y a pesar de que es una de las lenguas originarias más habladas, su supervivencia está en peligro. Pues por el lugar donde los wayúu están tradicionalmente asentados, la península de la Guajira, en el norte de Colombia, pasa una ruta del tráfico de drogas. Esto los expone al peligro de ser expulsados por la fuerza de su territorio.En 2015, activistas wayúu inauguraron un canal de YouTube que tuvo mucha repercusión. Allí enseñan su lengua, tradicionalmente hablada en la península de La Guajira, pero ahora también en la diáspora, por ejemplo, en Suiza, donde se encuentra la alumna virtual Karmen.
DLas conexiones globales aceleran no sólo la migración sino que también favorecen nuevos caminos para la conservación de las comunidades lingüísticas indígenas. En este aspecto las redes sociales digitales son una buena herramienta para darles un respiro a esas lenguas.
De hecho, en los últimos años surgió en toda Latinoamérica un próspero movimiento que hace uso de las redes sociales de modo creativo en idiomas indígenas. A través Facebook, Twitter, Instagram o WhatsApp, los hablantes dispersos pueden conectarse de modo eficiente y difundir y compartir fácilmente materiales, videos o podcasts.
Twitter: “Activismo Digital de Lenguas Indígenas” (Ativismo Digital de Línguas Indígenas) | © Activismo Digital de Lenguas Indígenas El proyecto online Rising Voices apoya estas iniciativas con conocimientos específicos, capacitaciones y microfinanciamientos y las ayuda a que ellas mismas cuenten su historia. En los últimos años surgió una red creativa de activistas de lenguas indígenas (Red activismo digital de lenguas indígenas), que provienen de todos los rincones de Latinoamérica y trabajan para conservar las lenguas y hacerlas accesibles online. Así surgieron wikipedias indígenas en nahuátl (Huiquipedia), en quechua (Wikipidiya) y guaraní (Vikipetã).
A su vez, el proyecto chileno Kimeltuwe se puso como meta el uso activo de la lengua mapudungun a través de Internet. Para eso apuesta a la variedad de contenidos. Los temas de la vida cotidiana gozan de alta popularidad pero también los saberes propios de su cultura, como la alimentación, los nombres de bebés, los métodos de educación, los muebles e instrumentos musicales. El proyecto concentró la atención cuando “mapuchizó” los emoticones más populares en las redes sociales, es decir los adecuó estética y formalmente a la cultura mapuche.
Volver de lo digital a lo análogo
No todo proyecto digital colabora con la reavivación de una lengua. La condición de éxito es, por supuesto, que la tecnología sea accesible. Ahora bien, en Sudamérica hay amplias regiones donde la gente todavía no tiene una conexión estable. Por eso en muchos lugares el único medio que se puede utilizar es la vieja y querida radio.Pero una estrategia no debería excluir la otra. Kimeltuwe también pone a disposición sus materiales offline. Los activistas reparten en las escuelas libros, posters y folletos. En muchas regiones las estrategias análogas y digitales tendrán que ir de la mano, si se quiere tener éxito en fomentar las lenguas indígenas y conservar la diversidad cultural.