Realidad virtual y arte
El yo, el mundo y su disolución
La realidad virtual conquista la escena artística y cada vez son mas los artistas alemanes se entregan a mundos artificiales. Y en los proyectos, que a veces son espectaculares, no faltan las experiencias límite.
En 2016, vestido de ropa de trabajo color rosa, Thorsten Wiedemann entró en la realidad virtual (RV) y la abandonó cuarenta y ocho horas más tarde. Para tener un término de comparación: Neil Armstrong estuvo en la luna exactamente veintiuna horas y treinta y seis minutos. Dos días pueden hacerse largos: por eso Wiedemann jugó, habló y, naturalmente, durmió. El fundador de A Maze, el festival de juegos independientes de Berlín, probó de entrar en un mundo nuevo de modo virtual. A su lado: la diseñadora de RV Sara Lisa Vogl, que desarrolló especialmente para el "intronauta" una alternancia de día y noche... y hasta una cueva donde dormir y estrellas artificiales. El título de la performance era Disconnected: una mezcla de viaje de descubrimiento e intento por lograr un récord Guinness. Y no faltaron los efectos secundarios. "Ya el primer día tuve un ataque de pánico", declaró Wiedemann en una entrevista concedida a la revista de tecnología WIRED, y al día siguiente estuvo "a punto de quitarse los anteojos". Pero la coach Vogl logró calmarlo. Wiedmann aguantó hasta que cuarenta y ocho horas después,ya algo sobreexcitado, miró a cámara, tomó el brazo de Vogl y levantó el pulgar.
Disconnected fue algo así como una prueba de supervivencia en mundos artificiales: ¿Cuánto tiempo podemos exponernos a ambientes de ese tipo? ¿Cuánto tiempo soportamos el brillo delante de los ojos y la resolución, comparativamente baja, de las gafas-monitor, sumados a las voces que nos llegan desde la "primera" realidad?
El arte virtual socava nuestra idea de realidad. Literalmente puede quitarnos el suelo en que pisamos... por ejemplo cuando de pronto podemos volar, como en Chalkroom de Laurie Anderson y Hsin-Chien Huang, cuyo mundo virtual puede experimentarse hasta enero de 2019 en la muestra Lust der Täuschung (Placer del engaño) en la Kunsthalle de Múnich. A su vez, en el juego de realidad virtual Richie’s Plank Experience subimos al ascensor de un rascacielos y después avanzamos a tientas sobre una plancha de madera que flota en el aire. Abajo hay un abismo de fauces abiertas, con rodillas desvencijadas y y erupciones de sudor: hasta existe la posibilidad de precipitarse y morir virtualmente.
La instalación de RV “Here We Are – A Turing Torture” del Swan Collective puede verse desde septiembre de 2018 en la muestra “Touching from a distance” de medienkunstverein.com
| Foto © the artist
Crear mundos que hasta ahora no existían
Cada vez son más los y las artistas que usan la RV para su trabajo y que trastocan lo que consideramos como realidad dada. Los artistas alemanes de los bits y bytes saben jugar muy bien en un campo que se ha inventado hace poco. “No se trata de poder moverse libremente sino de poder crear mundos que hasta ahora no existían”, dice Tamiko Thiel. “¡Esa es la obra de arte total por excelencia!” La profesora de la Universidad de Linz quisiera “construir mundos virtuales, que desde la perspectiva del usuario puedan vivirse como obra de arte dramática total”.Ella misma proporcionó un anticipo de esto con Transformation, una instalación interactiva que lleva a un paseo por zonas ocultas de Múnich, por ejemplo, los arroyos urbanos que han desaparecido bajo las calles. Si uno sostiene ante sí su tablet en el lugar que indica el GPS, de pronto empiezan a girar en un arroyo molinos virtuales. La Augmented Reality, esto es, la realidad aumentada, constituye hasta cierto punto el estadio previo a la inmersión total en nuevos mundos. Y no hay límites. ¿O sí? “Por el momento, la RV ofrece una vivencia para los ojos y los oídos, pero no para los otro sentidos”, opina Thiel. “El olfato y el tacto no están involucrados, tampoco la sensación cinestésica del equilibrio.”
Mundos internacionales, escenas de habla alemana
El dúo de curadoras berlinesas Tina Sauerländer y Peggy Schoenegge administra la plataforma peer to space, que reúne a artistas de realidad virtual. Ellas dicen que el medio de realidad virtual no es tan reciente en el arte. Al fin y al cabo, las primeras obras (con gafas) aparecieron en los años noventa, por ejemplo las de Charlotte Davies, Monika Fleischmann o Nicole Stenger. De allí surgió una escena específicamente alemana. Peggy Schoenegge menciona al dúo artístico Banz & Bowinkel, que fue galardonado con el Premio a la Escultura Digital de la Escuela Superior de Comunicación y Diseño de Stuttgart/Ulm, a la pionera del arte digital Tamiko Thiel, que recibió el premio del público en el festival VRHAM! de realidad virtual de Hamburgo, y a Manuel Roßner, que para la muestra Unreal creó un anexo virtual del edificio del NRW-Forum de Düsseldorf. Además hay que mencionar los festivales, como el VRHam y el A Maze, y la plataforma online de investigación de realidad virtual, RadianceVR.co, de Philip Hausmeier y Tina Sauerländer.Schoenegge considera positivo que también instituciones grandes quieran descubrir lo virtual y organicen numerosas exposiciones. Su pronóstico es que, al igual que la fotografía y el cine, también la realidad aumentada y la realidad virtual, o cada una de las formas de realidad mixta, se volverán algo cotidiano y se irán estableciendo cada vez más. “Con estos medios entramos en mundos digitales, igual que con nuestras computadoras. Y eso lo hacemos desde hace casi treinta años, desde que se empezó a comercializar la World Wide Web. Y ahora Internet ya se volvió algo cotidiano.” Por eso, según Schoenegge, en el futuro pasaremos en la realidad virtual mucho más que sólo cuarenta y ocho horas. Un visitante de la obra de realidad virtual THE UNFRAMED WORLD, comisariada por Tina Sauerländer, de “peer to space”, en la House of Electronic Arts de Basilea, Suiza, 2017. | Foto: © Franz Wamhof