Novelas y cuentos
Rodrigo Urquiola Flores
Rodrigo Urquiola Flores | Foto: Privat
De Rodrigo Urquiola Flores
Rodrigo Urquiola Flores (La Paz, 1986) es autor de las novelas Lluvia de piedra , El sonido de la muralla (Premio Interamericano Carlos Montemayor, 2016, México) y Reconstrucción. También escribe cuento y obras de teatro. Cuentos suyos recibieron numerosos premios en Bolivia y en el exterior, como el Premio de Cuento “Franz Tamayo”, 2017, Bolivia y el Premio Latinoamericano Edmundo Valadés, 2018, México. Algunos de sus textos fueron traducidos al quechua, portugués, bengalí y alemán y forman parte de diversas antologías nacionales e internacionales. El texto que publicamos es un fragmento de su novela Lluvia de piedra (2011).
¿Qué influencias, de autores bolivianos y extranjeros, tiene tu producción literaria?
El primer libro que tuve la fortuna de leer, después de la Biblia, fue Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Lo encontré en una edad en la que no se comprenden muchas cosas y lo que más recuerdo de ese par de primeras lecturas son las imágenes; pinturas que se han quedado en la memoria cuando uno se queda viendo el vacío. Algo parecido me sucede cuando leo, ahora, ya menos ingenuo. Siempre recuerdo con el cariño del aprendiz a los escritores bolivianos Oscar Cerruto, Augusto Céspedes o Jesús Urzagasti y también a maestros de afuera: Thomas Mann, Herman Hesse, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Günter Grass, Albert Camus u Orhan Pamuk.
Escribes teatro y narrativa.
¿Cómo te enfrentas a los géneros literarios, en tu obra?
A medida que voy escribiendo una novela, que es un trabajo más obsesivo, que te exige un grado de concentración alto, suelo airear la cabeza escribiendo cuento, que, por ser un espacio más reducido, te permite experimentar de una manera distinta. Cuando me canso de ambos géneros, emprendo la dramaturgia, el lugar donde el escritor se convierte en un personaje.
¿Cómo ves tu experiencia anterior y tu futuro como escritor?
Ya llevo diez años desde la publicación de mi primer libro, Eva y los espejos, y pienso que ha sido una gran experiencia. La escritura me ha permitido conocer nuevos lugares, nuevas experiencias, nuevas personas que, de no ser por ella, quizás jamás hubiera conocido. La escritura me ha ayudado a salir de mi barrio. Lo que vendrá nunca se sabe, pero continuaré escribiendo.