Este ancestro da lugar al Homo sapiens —también llamado «ser humano moderno»—, pero también a otras formas humanas más antiguas, como el hombre de Neandertal y el hombre de Denisova.

El desarrollo del Homo sapiens comienza hace unos 300 000 años en África. Las características que conforman al «ser humano moderno» surgen de forma independiente en diferentes regiones del continente y se reúnen en el transcurso de varios miles de años de evolución. Desde África, el Homo sapiens coloniza el mundo en varias oleadas. En su camino se encuentra con las formas humanas más antiguas. Pero el «ser humano moderno» se impone, probablemente por su curiosidad y adaptabilidad. Es decir, todos los seres humanos que viven hoy en el mundo pertenecen a la forma humana Homo sapiens, por muy diferentes que parezcan.

La marcha erguida
Homo erectus significa «el ser humano erguido». La marcha erguida se desarrolla varias veces y en diferentes lugares. Esta forma de locomoción tiene una ventaja evolutiva decisiva en la sabana. Allí, correr es más importante que escalar. Y cuando la cabeza está por encima de la hierba, puede ver antes a los depredadores. El Homo erectus y el posterior Homo sapiens son buenos corredores de larga distancia, lo que resulta muy útil para la caza. Su pelo ya no es abundante, por lo que no se sobrecalienta durante la carrera. Como cazadores exitosos, los primeros humanos comen mucha proteína y grasa animal. Esto permite el desarrollo de nuestro gran cerebro, que requiere mucha energía.