Berlinale 2022
Pocas veces una Berlinale ha sido tan femenina
Se concedieron los Osos de la Berlinale: seis de los ocho premios fueron para mujeres cineastas. El festival de este año marca el paso en cuestión de igualdad de género.
De Ula Brunner
La decisión del jurado de la Berlinale el miércoles por la noche fue una pequeña sorpresa. Porque el drama catalán Alcarràs, de Carla Simón, no era considerado un favorito absoluto para el Oso de Oro. Aunque la historia de densa atmósfera de la Cataluña rural es, desde luego, una digna ganadora: en colores cálidos e impresionantes, la realizadora narra la desaparición de una forma de vida. Durante generaciones, la familia Solé ha estado dirigiendo en tierras arrendadas una plantación de duraznos, que pronto deberá cederle el paso a paneles solares. Rodada con actrices y actores no profesionales del municipio de Alcarràs, la película sigue a los miembros de la familia en su último verano en la plantación que no solo constituye su espacio de trabajo, sino también el centro de la vida de todos.
OSOS DE PLATA para "RABIYE KURNAZ VS. GEORGE W. BUSH"
Dos premios fueron para Alemania, más precisamente para Rabiye Kurnaz contra George W. Bush, de Andreas Dresen. Meltem Kaptan recibió el premio por su actuación en el papel principal. La presentadora y comediante germano-turca encarna con energía ardiente a la madre del prisionero de Guantánamo Murat Kurnaz.SEIS DE OCHO OSOS fueron paras MUJERES
En la competencia de este año participaron 18 películas de 17 países productores, siete de las cuales fueron dirigidas por mujeres. Con un total de seis de ocho Osos, las cineastas también fueron las ganadoras de la velada en la ceremonia de entrega de premios en el Berlinale Palast. Esta es una buena señal: después de todo, en particular la Berlinale está explícitamente comprometida con la igualdad de género en el negocio del cine.La reconocida cineasta francesa Claire Denis fue distinguida como mejor directora por su intenso drama de relaciones Avec amour et acharnement (Both Sides of the Blade), con una espléndida Juliette Binoche y Vincent Lindon en los papeles principales.
Manto de gemas, de Natalia López Gallardo, cuenta una historia completamente diferente. Con recursos sutiles e imágenes poderosas, Gallardo habla de la crueldad de los cárteles de la droga en México, sin hacer alarde de esa brutalidad. El debut cinematográfico destacado de la directora mexicano-boliviana fue honrado con un Oso de Plata del Jurado.
INVITADOS PERMANENTES
También este año se encontraron en la competencia numerosos nombres familiares, como el cineasta camboyano Rithy Panh. El jurado honró su collage-ensayo de película distópica Everything Will Be Ok con un Oso de Plata como Logro Artístico Sobresaliente. Por tercera vez consecutiva, el director surcoreano Hong Sangsoo participó en la competencia. The Novelist’s Film (Gran Premio del Jurado) es una historia ejecutada con ligereza que habla sobre los encuentros fortuitos. Como suele ser el caso, Hong simplemente observa la vida.Es una pena que películas tan maravillosas como La Ligne, el desgarrador psicograma de Ursula Meier de una familia disfuncional, o Return to Dust, de Li Ruijun, se hayan ido con las manos vacías. Al igual que Alcarràs y, sin embargo, de manera completamente diferente, la película china habla del desplazamiento de las formas de vida tradicionales. Una mujer con una leve discapacidad física y su esposo encuentran un plácido vínculo en el arduo trabajo en el campo y se niegan, en principio, a mudarse a una cercana urbanización de rascacielos.
LA PANDEMIA fue OMNIPRESENTE
Dramas, formas documentales, observaciones silenciosas: también en el segundo año de la pandemia, la competencia de la Berlinale trató de capturar la diversidad del cine con una cuidadosa combinación de diferentes variedades cinematográficas. Temáticamente, circularon muchas propuestas sobre el anhelo de amor, sobre el significado de la familia, sobre el autodescubrimiento femenino y sobre los trastornos emocionales y sociales: un sólido programa de festival. Sin embargo, prácticamente brillaron por su ausencia las obras maestras artísticas, los formatos poco complacientes y controvertidos, como los que se presentan con regularidad en los principales festivales de Cannes y Venecia.A diferencia de la sátira de Radu Jude Bad Luck Banging or Loony Porn, que ganó el Oso de Oro en 2021, ninguna película de competencia se refirió directamente a la pandemia. Aunque sí estuvo muy presente entre el público y alrededor de los terrenos del festival. Todo permaneció muy tranquilo alrededor de Potsdamer Platz, que suele ser el bullicioso centro de la Berlinale. No hubo aglomeraciones frente a los cines, ni colas frente a taquillas.
El plan de Mariette Rissenbeek y Carlo Chatrian de organizar contra viento y marea un festival presencial con estrictas normas de higiene pareció funcionar, al menos en parte. A pesar de un programa reducido, la temprana ceremonia de premiación de los Osos y las medidas de seguridad contra el covid, se registró un “vivo interés” entre la audiencia y los invitados especializados, según dijo la gerencia del festival. La cultura, ésta es la señal clara que se emitió, sigue teniendo lugar, incluso en tiempos de pandemia. Queda por ver si esto será suficiente en el futuro para preservar el estatus de la Berlinale como uno de los festivales más importantes del mundo.