Tendencias tebeísticas alemanas en 2021
Continuidad y ganas de fabular
La escena tebeística alemana no solo se ha tornado más diversa y profesional, sino que el género se va imponiendo también cada vez más entre el público lector. Desde el cómic para niños al diario del coronavirus: las tendencias del año 2021.
Mientras que en los años pasados se comprobaba con asombro cómo cada vez más artistas se acercaban a la forma artística cómic, hoy podemos constatar que por esa vía el medio ha ganado en profesionalidad narrativa tanto como visual, sin olvidar que cada vez disfruta de una acogida más calurosa entre el público.
Así se ve claramente por ejemplo en el campo de los cómics infantiles. Si hasta hace pocos años costaba encontrar ejemplos logrados de tebeos para el público infantil y juvenil –como pudiera ser Q-R-T, la amable historia de extraterrestres de Ferdinand Lutz que ya ocupa hoy varios volúmenes–, ahora hay más editoriales especializadas que descubren esta forma narrativa. Reprodukt, Kibitz Verlag o nuevas iniciativas como Egmont Bäng! o graphix, impulsada por Loewe, abren así también plataformas nuevas para las y los dibujantes. Y de este modo aparecen historias nuevas, sugerentes y divertidas que también se plasman profesionalmente.
El cómic Zack!, del escritor Volker Schmitt y la dibujante Màriam Ben-Arab, es un hermoso ejemplo de esta agilidad que ahora exhibe la narrativa para el público infantil, en este caso mezclando lo cotidiano con aventuras de piratas. Con Bonny, una niña de piel morena, se ha conseguido además un personaje simpático y diverso con el que identificarse, capaz de resultarles atractivo tanto a niños como a niñas. También el conocido dibujante berlinés Mawil, Markus Witzel, se ha acercado a los más pequeños con dos nuevos tomos a la vez: en Power Prinzessinnen Patrouille (i.e.: La patrulla de las princesas Power) y Mauer, Leiter, Bauarbeiter (i.e.: Pared, escalera, obreros) juega diestramente con estereotipos sexistas y logra un texto mágico mediante ingeniosas aliteraciones.
Historias de familia y experiencias del coronavirus
También en muchas novelas gráficas para público adulto hacen su aparición roles e identidades de género y experiencias personales: las y los autores trabajan experiencias vitales propias o reflejan su historia familiar. En Bei mir zuhause (i.e.: En casa conmigo), Paulina Stulin relata con grafismo minucioso cosas de su vida, de bailar, del sexo, de buenas conversaciones y de experiencias frustrantes. Markus Färber, en Fürchtetal (i.e.: El valle de los temores), idea imágenes cuya belleza tiene algo de pesadilla para contar sobre la depresión y el suicido de su padre basándose en las poéticas cartas de su hermana Christine Färber. Por su parte, Bianca Schaalburg en Der Duft der Kiefern (i.e.: El olor de los pinos) reelabora minuciosamente capítulos reprimidos de su propia historia familiar hasta retroceder a la época nazi.
La crisis del coronavirus también ha traído consigo reflexiones dibujadas. En sus Corona Diaries, Jutta Bauer levanta acta del nuevo modo de vivir que la pandemia ha impuesto a las personas. Y Ralf König encarga a su parejita gay Konrad y Paul la tarea de vivir Vervirte Zeiten (i.e.: Tiempos virificados).
Proliferan asimismo las exposiciones tebeísticas, muchas veces en forma de exposiciones comunitarias como Unveröffentlicht – Die Comicszene packt aus! (i.e.: Inédito: El mundo del tebeo abre sus cajones) en la Ludwiggalerie de Oberhausen, que permite comparar cómics nuevos con clásicos como Wilhelm Busch o e.o. plauen, centrándose siempre en proyectos inacabados.
Historia en libros de historietas
En forma de libro encontramos antologías de gran ambición temática como Nächstes Jahr in (i.e.: El año proximo en), en el que las y los dibujantes trabajan con la cultura y la historia judías y biografías de judíos en Alemania, todo ello con amplia diversidad en cuanto al estilo y los contenidos. El tebeo hoy también ha demostrado ya su capacidad para ilustrar temas históricos y biográficos complejos, reelaborándolos, en el mejor de los casos, con un resultado denso y luminoso. Así, Kristina Gehrmann se ocupa de la vida de la reina británica María Tudor, alias Bloody Mary, a quien dibuja con grandes ojos estilo manga y mucho colorido.
En Goldjunge – Beethovens Jugendjahre (i.e.: Una joya de niño: Los años juveniles de Beethoven), Mikael Ross se revela como un narrador de mano segura con ideas gráficas resplandecientes, por ejemplo para visualizar la música. Y Jan Bachmann, en Der Kaiser im Exil (i.e.: El Káiser en el exilio), hace una semblanza relajadamente irónica de los últimos años de Guillermo II, huido al exilio en Holanda tras la Primera Guerra Mundial. Estilísticamente, Bachmann se mueve entre la abstracción y el “gag expresionista”. Las mismas ganas de experimentar y la misma originalidad artística podemos encontrarlas también en Anna Haifisch, quien en The Artist-Ode an die Feder (i.e.: The Artist: Oda a la pluma) se enfrenta con ánimo poético a su alter ego artístico, “The Artist”, al tiempo que se ríe de la práctica del arte mirándola por encima del hombro