Sesenta años del acuerdo de contratación con Turquía
Arte y cultura de personas originarias de Turquía en Alemania
Desde el acuerdo de contratación de 1961, Alemania se convirtió en el segundo hogar de muchas personas originarias de Turquía. No solo se han convertido en un componente importante de la sociedad alemana, sino que también forjan y moldean en gran medida la escena cultural alemana. Esta es una mirada en retrospectiva de su presencia en el país.
De Ceyda Nurtsch
Poco tiempo después de que la República Federal firmara el llamado acuerdo de contratación con Turquía el 30 de octubre de 1961, llegaron los primeros grupos de turcos a Alemania. Mientras la economía alemana crecía con ahínco, las empresas necesitaban fuerza laboral extranjera con urgencia. Hasta el fin de las contrataciones en 1973, ochocientos mil migrantes acudieron al llamado. Los llamados "trabajadores invitados" llegaron a trabajar en las minas y las fábricas. A pesar de su nombre, se quedaron: al pasar de los años, Alemania se convirtió en su hogar. Mandaron traer a sus familias y se construyeron una vida en el extranjero. Al mismo tiempo, muchos de ellos expresaron sus experiencias de forma artística.
UN NUEVO HOGAR: ALEMANIA
Con sus canciones, cuadros, libros y películas, los migrantes tendieron un puente hacia su antiguo hogar y dialogaron con el nuevo. Así surgieron canciones en turco sobre la vida en "gurbet": el extranjero, la añoranza y la nostalgia. Una escena musical paralela nació sin que el público alemán se percatara de ello. Apenas a finales de los años setenta, músicos como Ozan Ata Canani —con su canción "Deutsche Freunde"— se dirigieron a la sociedad mayoritaria en alemán.
Una segunda oleada de migrantes llegó en los años ochenta, cuando perseguidos políticos e intelectuales como el cantautor Cem Karaca huyeron al exilio por el golpe militar de 1980. "Ven, turco, bebe cerveza alemana, entonces también serás bienvenido acá", cantó en su balada sarcástica "Willkommen", una crítica álgida al debate de la integración. En los años noventa, con los atentados racistas de Mölln y Solingen, los hijos de los inmigrantes tomaron la palabra. El grupo de hiphop Cartel tocó un nervio sensible de la juventud con su canción "Cartel" y también popularizó el rap en turco en Turquía.
LA "LITERATURA MIGRANTE" TAMBIÉN SALIÓ DE ENTRE LAS SOMBRAS
El público alemán tampoco percibió la llamada "literatura migrante" sino hasta los años ochenta. Los autores como Yüksel Pazarkaya y Aras Ören se consideraban intermediarios entre culturas y ahondaban en la estupefacción, la identidad y la extranjería. También hablaron de los problemas en la sociedad alemana, que solo se abría con muchos titubeos. En julio de 1973, la revista Der Spiegel aún tenía el titular: "Ahí vienen los turcos, sálvese quien pueda".
La "literatura migrante" apenas salió de las sombras a principios de los años noventa, cuando el público alemán la reconoció con la etiqueta de "literatura de trabajadores invitados". Los autores como Emine Sevgi Özdamar, Renan Demirkan y Doğan Akhanlı se aferraron en parte a su lengua de origen, pero también escribían en alemán y trabajaban la dialéctica de la patria y el extranjero en sus obras. Con Kanak Sprak, de 1995, el escritor hamburgués Feridun Zaimoğlu se convirtió en vocero de toda una generación de jóvenes urbanos turcoalemanes. Desde entonces, los autores de segunda y tercera generación, como, por ejemplo, Fatma Aydemir, escriben en alemán sobre la vida entre dos identidades, sobre sus experiencias de discriminación y el racismo. Con su estilo intercultural y diverso, moldean de una manera decisiva la literatura alemana contemporánea.
A CANNES CON ATIH AKIN
El ámbito del teatro y el cine también ha cambiado mucho gracias a la influencia de los actores y cineastas originarios de Turquía. Mientras que la película 40 qm Deutschland, hecha por Tevfik Başer en 1986, es considerada el punto de partida del cine turcoalemán, el cienasta hamburgués y ganador de un Globo de Oro Fatih Akın es una autoridad reconocida internacionalmente. A partir de los dosmiles, surgió una retahíla de comedias sobre choque cultural en series y películas como Türkisch für Anfänger y Almanya. Willkommen in Deutschland, donde los cineastas originarios de Turquía de tercera generación trataban los temas de la identidad, la integración y la patria de una forma ligera y humorística. Con su enfoque postmigratorio, los teatros berlineses Ballhaus Naunynstrasse y Gorki se impusieron de nuevo la meta de reflejar la sociedad en su diversidad.
ENTRE EL EMPODERAMIENTO Y EL RECONOCIMIENTO
Por último, en la oleada inmigrante provocada por el intento de golpe en Turquía en 2016, llegaron a Alemania académicos, periodistas y también muchos artistas y escritores, como Aslı Erdoğan y Barbaros Şansal. Ellos también expresaron sus experiencias en el exilio en forma de literatura. Hoy en día, a sesenta años del acuerdo de contratación, las más de tres millones de personas originarias de Turquía son una parte indiscutible de la sociedad: Alemania se considera una tierra de migrantes y la migración, la integración, la diversidad social, la discriminación y el racismo estructural son temas que se discuten con frecuencia. Sin embargo, las historias de vida de la primera generación siguen recibiendo poca atención. Los cantantes como Eko Fresh, quien habla de la historia de la migración de su familia y de la convivencia en Alemania, y compilaciones de música como Songs of Gastarbeiter van en contra de esa tendencia. Al mismo tiempo, el éxito de la cantante Zeynep Avcı en el programa "Voice of Germany" demuestra que el pop turco ya entró a la cultura dominante. Todos forman una parte indispensable del paisaje cultural alemán.