Directora de cine y guionista
Anne Zohra Berrached

Anne Zohra Berrached tiene un ojo atento para descubrir las fisuras y plantear la pregunta por el lugar que ocupan quienes no encajan en la sociedad. La crítica aprecia la sencillez y la capacidad de esta directora para contar historias con gran profundidad.

De Vanesa Díaz Suspes

Tras obtener su título en pedagogía social, Anne Zohra (1982) trabajó en Londres como pedagoga teatral. Aunque este trabajo le daba satisfacción, algo en su interior le decía que todavía había más cosas por descubrir. Luego de una corta estadía en Camerún y en España, regresó a Berlín y, mientras trabajaba como asistente en el rodaje de una película, pudo observar de cerca el trabajo del director. Allí tuvo una revelación: quería dedicarse a hacer cine. Se inscribió entonces para estudiar en la Universidad de Cine Konrad Wolf de Babelsberg, pero fue rechazada. Determinada a seguir, se inscribió en la Academia de Cine de Baden-Wurtemberg y empezó su prolífica carrera como directora y guionista.

© Salzgeber Durante sus estudios, Anne dirigió los documentales cortos El clown (Der Pausenclown, 2009) y Santa y puta (Heilige und Hure, 2012). Esta experiencia con técnicas del documental le sirvió para su primera película de ficción, Dos madres (Zwei Mütter, 2013), cinta que gira en torno a una pareja de lesbianas que decide tener un hijo y para la cual se inspiró en la vida de tres parejas homosexuales alemanas que buscaban tener hij*s. Dos madres transmite una mirada individual sobre las dificultades que se interponen entre la pareja y el deseo de formar una familia, lo que lleva al espectador a cuestionarse por qué algo que es perfectamente normal para una pareja heterosexual se convierte en una cruzada para una pareja del mismo sexo. Mientras persiguen su sueño, Katja e Isabelle, las protagonistas, se enfrentan a decisiones difíciles y descubren cómo la maternidad les puede costar no solo tiempo y recursos, sino incluso su propia relación.

La recepción de Dos madres le constató a Anne que había tomado la decisión adecuada al seguir su vocación. La cinta se estrenó en 2013 en la sección Perspektive Deutsches Kino de la Berlinale y recibió el premio “Dialogue en perspective”. Con estos buenos augurios, vio la luz su segunda película, 24 semanas (24 Wochen, 2016), que gira en torno a un tema todavía tabú: el aborto. Astrid, la protagonista, tiene 6 meses de embarazo cuando recibe un diagnóstico médico según el cual el hijo que espera tendrá una grave discapacidad y también una deficiencia cardiaca. Aunque la legislación alemana permite el aborto bajo dichas circunstancias, la película busca confrontar al espectador con una decisión y preguntas morales: ¿tendrá el recién nacido una vida digna de ser vivida?, ¿se debe continuar o interrumpir el embarazo? Aunque el sistema legal y el de salud ofrecen la asistencia médica, el peso de la decisión está en la madre que debe tomar una decisión sobre la vida o la muerte del feto. Ante una situación hipotética como esta, las personas suelen reaccionar a favor de continuar con el embarazo, incluso cuando la integridad del feto está comprometida. Sin embargo, de acuerdo con la investigación realizada por Anne y su equipo, cerca del 90 % de las madres que reciben un diagnóstico similar al de Astrid deciden interrumpirlo. Ante este panorama, 24 semanas no defiende una postura a favor o en contra del aborto, sino que genera empatía entre una madre que se enfrenta a esta decisión y el público que suele tener una opinión a priori sobre el tema.
 
En su más reciente producción, El mundo será otro (Die Welt wird andere sein, 2021), Anne problematiza nuevamente las relaciones de pareja. En esta ocasión el interrogante se centra en los secretos que guardamos y que en ocasiones constituyen una distancia insalvable entre nosotr*s y las personas que amamos. La premisa es sencilla: dos jóvenes, Asli y Saeed, se enamoran y, en contra de la voluntad de la familia de la joven, se casan en secreto. Con el tiempo Asli se percata de que Saeed esconde algo que cambiará no solo sus vidas, sino el mundo entero. Esta historia está basada en la vida de la esposa de uno de los terroristas que participó en los ataques del 9/11.

© Razor Film La investigación detrás de esta cinta tenía como objetivo buscar algunos aspectos de las relaciones amorosas que establecen asesin*s y terroristas con sus parejas en un ámbito privado. Por un lado, El mundo será distinto explora el sentimiento de culpa que experimentan las parejas de estas personas, la pregunta por la propia participación en el destino de los seres amados y los secretos que se ciernen y que eventualmente terminan consumiendo las relaciones. Por otro lado, con esta cinta la directora genera de nuevo una conexión entre el público y la protagonista a través de emociones intensas, como el amor y el dolor.

Es precisamente esta emoción la que se siente como una necesidad urgente en nuestras sociedades. El arte, como bien propone el trabajo de Anne Zohra Berrached, también es urgente, pues genera puentes que nos permiten sentir desde el lugar del otro. Quizás por su formación como pedagoga social, Anne tiene un ojo atento para descubrir las fisuras y plantear la pregunta por el lugar que ocupan quienes no encajan en la sociedad. La crítica aprecia la sencillez y la capacidad de esta directora para contar historias con gran profundidad. Al enfocarse en la vida en pareja, sus obras vinculan la esfera pública con la privada y propician un espacio para algunas discusiones necesarias y largamente aplazadas, como la maternidad, la confianza y los dilemas morales en nuestras sociedades.