Un recorrido en imágenes por algunos de los monumentos dedicados a personajes y eventos centrales de la dolorosa historia de violencia de Colombia.
Colombia es un país acostumbrado a la guerra. Frente a mi casa, en 2002, pasó la caravana militar tras el fracaso de los diálogos de paz con la guerrilla de las Farc en la zona rural de San Vicente del Caguán, en departamento del Caquetá, en el sur de Colombia. Mis padres vivieron durante décadas el conflicto entre el Estado y diferentes guerrillas de izquierda, además de la persecución política contra la izquierda, la violencia del paramilitarismo y del narcotráfico. A mis abuelos los desplazaron de su finca en 1950 durante un periodo conocido como “La Violencia”: una guerra no declarada entre partidarios de los partidos conservador y liberal en la que murieron cerca de 200.000 personas en diez años. Mis bisabuelos iniciaron el siglo XX con la Guerra de los Mil Días, en la que se estima que murieron hasta 100.000 personas...
Y no obstante, a pesar del peso y los traumas de esta historia, su recuerdo físico, en forma de monumentos y acciones urbanas es casi inexistente para muchos colombianos. En el caso de Bogotá, sin embargo, para quien quiere ver y escuchar, existen espacios públicos que conservan la memoria de las guerras colombianas, ya sea como respuesta artística, monumentos oficiales, escenario de obras temporales, placas conmemorativas o tumbas.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Centro de Memoria, Paz y Reconciliación
Es un espacio creado para la dignificación de las víctimas del conflicto colombiano. El Centro fue diseñado por Juan Pablo Ortiz e inaugurado en 2012 en terrenos del Cementerio Central de Bogotá. En su parte central hay tierra entregada por personas y organizaciones como homenaje a las víctimas de la violencia. El Centro de Memoria posee un auditorio, una galería con exposiciones temporales, además de varios talleres y lugares para discusión e investigación. Todas las actividades del Centro tienen el objetivo de construir memoria histórica, aportar a la construcción de paz y al reconocimiento de los derechos de las víctimas.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Monumentos a Los Caídos
La plaza y el monumento, ubicados frente al Ministerio de Defensa, están dedicados a los policías y militares muertos en el conflicto colombiano. Diseñados por Lorenzo Castro, Rodrigo Zamudio y Juan Santamaría, e inaugurados en 2003, las estructuras de granito surgen del suelo “como un gran navío que lleva las almas de nuestros héroes en un viaje orientado por el fuego purificador de la llama eterna”, según la Alcaldía de Bogotá. Ocasionalmente se realizan allí homenajes o desfiles militares, pero en general es un espacio por el que las personas solamente transitan.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Sumando Ausencias
La Plaza de Bolívar en Bogotá suele ser escenario de intervenciones temporales sobre el conflicto y sus víctimas. El 11 de octubre de 2016, la reconocida artista colombiana Doris Salcedo realizó una obra en memoria de las víctimas del conflicto. Convocó públicamente a cualquier persona que quisiera ayudar a tejer un enorme manto que cubrió el suelo de la Plaza. Cada pieza tejida llevaba el nombre de una víctima. La obra reunió a miles de personas que con hilo y aguja cosieron en silencio estas piezas. Aunque participaron familiares de víctimas, la obra también recibió algunas críticas por el protagonismo que tuvo la artista por encima de otras manifestaciones más espontáneas que víctimas venían realizando en el mismo espacio.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Sumando Ausencias
En la fotografía se observa, al fondo, el Palacio de Justicia, reconstruido en 1985 tras la toma armada realizada por el grupo guerrillero M-19. Durante la retoma, el Ejército disparó con tanques de guerra, lo cual causó el incendio del edificio. De igual manera, once personas que salieron con vida fueron torturadas, asesinadas y desaparecidas por el Estado. Además de ellos, 89 personas murieron dentro del Palacio de Justicia, 11 magistrados de las cortes.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Monumento a Los Héroes
El monumento fue pensado inicialmente como una majestuosa puerta de entrada a Bogotá en homenaje a los héroes que lucharon por la Independencia. El diseño original era de Angiolo Mazzioni y Ludovico Consorti, arquitecto y escultor cercanos a Benito Mussolini que huyeron de Italia tras la caída del fascismo. Esta versión más modesta, con Bolívar en su caballo, fue inaugurada en 1963. En su interior, el edificio cuenta con cinco niveles y una terraza, donde ocasionalmente se realizan actividades culturales. En la foto, un grupo de activistas de la bicicleta se reúne antes de salir a recorrer la ciudad.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Monumento a Rafael Uribe Uribe
A Rafael Uribe Uribe lo mataron con hachuelas cuando caminaba en las afueras del Capitolio Nacional en 1914, cuando era senador de la República. El asesinato abrió la puerta a una serie de magnicidios que marcan la historia colombiana. Desde su juventud, Uribe Uribe luchó con los ejércitos liberales en varias guerras civiles, incluida la de los Mil Días (1899-1902), donde fue general. Fue periodista, diplomático y abogado. Tras su derrota en la guerra fue indultado y regresó a su actividad parlamentaria, pero murió a mano de dos carpinteros poco después de oponerse a una alianza de políticos liberales y conservadores. Nunca se conocieron los autores intelectuales del asesinato. Este monumento, ubicado en el Parque Nacional, fue diseñado por Alfredo Rodríguez Orgaz y Victorio Macho, e inaugurado en 1940.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán
El asesinato de este caudillo liberal, en 1948, se considera el inicio del periodo llamado “La Violencia”. A Gaitán lo asesinaron cuando era candidato a la presidencia. Fue un político carismático y capaz de movilizar a las masas populares, razón por la cual su muerte generó masivas revueltas –conocidas como “El Bogotazo”–, muertes incalculables y la destrucción de muchas edificaciones del centro de Bogotá. El crimen se le atribuyó a Juan Roa Sierra, un hombre solitario asesinado por la turba inmediatamente después del magnicidio. Aunque se acusó a los políticos conservadores, el hecho nunca se ha aclarado. Estas placas conmemorativa están ubicadas en el lugar donde Gaitán fue asesinado el 9 de abril de 1948.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Auras Anónimas
Tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, un número indeterminado de personas (entre 500 y 3.000) murieron en los enfrentamientos callejeros del “Bogotazo”. Cientos de cadáveres fueron ubicados en los columbarios del Cementerio Central para ser reconocidos. La artista Beatriz González intervino en 2009 esas mismas estructuras, donde plasmó su obra Auras Anónimas. Estos dibujos, ubicados en los 9.000 nichos vacíos, fueron extraídos de una fotografía de prensa que muestra a víctimas rescatando los cuerpos de sus seres queridos. Eso es Auras Anónimas: un homenaje a las millones de víctimas, en especial a aquellas que ni siquiera han sido encontradas.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Tumba de Carlos Pizarro
Carlos Pizarro fue asesinado en 1990, mes y medio después de abandonar las armas para iniciar una vida en la política. Había sido durante varios años comandante del M-19, una guerrilla nacida en 1974, mayoritariamente urbana, dedicada a acciones de gran impacto mediático. Murió siendo candidato a la presidencia, un mes antes de las elecciones. Antes de él, ya habían sido asesinados a otros dos candidatos: Luis Carlos Galán, del partido Liberal, y Bernardo Jaramillo, de la Unión Patriótica. Pizarro fue asesinado con una ametralladora a bordo de un avión de Avianca en viaje de Bogotá a Barranquilla. Su asesino murió por disparos de los escoltas de Pizarro y, aunque inicialmente se acusó al narcotráfico, investigaciones más recientes vinculan a la inteligencia del Estado en el asesinato.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Monumento a Jaime Garzón
Jaime Garzón fue un intelectual e humorista que criticó al poder y la corrupción por varios años con programas satíricos en televisión. Su personaje más conocido popularmente, Heriberto de la Calle, era un lustrabotas que con una fingida candidez entrevistaba a los personajes de la vida nacional. A Garzón lo asesinaron cuando iba en su camioneta por una calle bogotana, a dos cuadras de donde se encuentra esta estatua de Heriberto de la Calle, que debería estar sosteniendo una bandera de Colombia. Su crimen sigue sin esclarecerse, pero las investigaciones apuntan a vínculos entre el Estado y grupos paramilitares.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Jardín de la Memoria – Unión Patriótica
Los fallidos diálogos de paz entre el gobierno del presidente Belisario Betancur y la guerrilla de las Farc, en 1984, permitieron la creación de un partido político que se denominó Unión Patriótica. Menos de 15 años después, el partido había sido exterminado en asesinatos selectivos y masacres. Los crímenes fueron realizados usualmente por miembros de grupos paramilitares con apoyo o participación de miembros de la fuerza pública y la inteligencia del Estado.
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Foto: Gabriel Corredor Aristizábal, 2017
Jardín de la Memoria – Unión Patriótica
En octubre de 2016 cientos de activistas y sobrevivientes del partido marcharon en el centro de Bogotá hasta la Plaza de Bolívar para pedir la implementación de un acuerdo de paz que garantice la no repetición de las masacres del pasado. Se instaló en la Plaza de Bolívar este Jardín de la Memoria con siluetas de tamaño real de algunos de los por lo menos 4.000 miembros de la Unión Patriótica que fueron asesinados, incluyendo dos candidatos presidenciales. En la fotografía, una madre llora mientras acaricia la fotografía de su hijo asesinado.