Kultursymposium Weimar 2021
Arrullos de agua

Una pieza artística audiovisual realizada colectivamente por divers*s artistas colombian*s sobre la regeneración del tejido social, las rupturas y violencias intergeneracionales, la revinculación con el agua y el terriotorio.

Arrullos de agua es una contribución artística colaborativa realizada por l*s artistas Nathaly Espitia, Daniel Desiderio Páez Castillo, María Buenaventura y Quintina Valero, dirigidos por la artista y antropóloga colombiana Trixi Allina. A partir del taller interdisciplinar "Regeneración del tejido social: rupturas generacionales y violencias", que contó con la participación de científicos sociales y artistas, se abordan el agua y el alimento como detonadores de experiencias sobre las rupturas con la naturaleza, el cosmos, el cuerpo y los sentidos para proponer una manera de regenerar el tejido social, resquebrajado tras generaciones de diversos tipos de violencias.

Ante las rupturas intergeneracionales, la violencia cíclica de la sociedad, los rompimientos con el territorio, la naturaleza y el entorno, surge la pregunta por cómo revincularse con el cosmos, cómo dar cuenta de esas rupturas y proponer maneras de regenerar el tejido en la experiencia presente, en el territorio sensible, a través del arte.
 

A partir de estas preguntas, se plantea el ejercicio volver a conectar con la sensibilidad para restablecer y regenerar los vínculos sociales y naturales, un retorno a lo sensible para identificar las fuerzas, materias, dinámicas y potencias que atraviesan la expresión de cada ser en su vinculación cósmica. Se trata de una composición acústica, un ritornelo cuya repetición marca un ritmo vital, el ritmo del agua, que devela las sensibilidades y las conexiones ya existentes con lo natural.

En esta frase artística colectiva, las historias del agua, los sonidos de entorno, la agudeza de los sentidos, los ritmos de la vida y la muerte traen al presente los vínculos generacionales y los actualizan en medio de la expresión de lo natural. Así emerge la posibilidad de reterritorializar la experiencia cotidiana del cuerpo, el contacto con el agua, los alimentos, la no como la vuelta a un pasado idílico, sino la posibilidad de embarcarse en el sonido que arrastra a generaciones, las vincula, las estrecha y las regenera.