Transatlantic es una miniserie alemana original de Netflix que se basa en la novela The Flight Portfolio de Julie Orringer. La novela y la serie tienen como origen la historia verdadera del periodista estadounidense Varian Fry y del Comité de Rescate de Emergencia que ayudó a más de 2000 refugiados, entre los cuales había varios artistas e intelectuales, a escapar de los nazis durante el régimen de Vichy en Francia.
En una entrevista con Deadline.com, la co-guionista Anna Winger (Deutschland 83/86/89,Unorthodox) dijo que la serie estuvo influenciada por Casablanca y que debía apartarse de producciones como La lista de Schindler, y se nota. Marsella 1940: "And now the news from Europe", el primer episodio comienza con la voz en off de un locutor que recuerda inmediatamente al inicio del clásico de Michael Curtiz.
La producción ha logrado el viaje a través del tiempo: El diseño interior del famoso hotel Splendid —filmado en la locación original— y la moda de la época cobran vida ante el paisaje del casco viejo de Marsella. La asistente de Varian Fry, Mary Jayne Gold, es imparable tanto en su misión como en su estilo. La celebración del cumpleaños de Max Ernst en el campo se convierte en un espectáculo colorido y surreal en la que los vestidos y decoraciones se llevan a extremos imaginativos, hasta un juego de tarot especialmente diseñado para la serie, inspirado por los surrealistas, con una carta de Gertrude Stein dibujada como un poodle.
La serie realmente logra agregar mucha comedia de situación a las escenas individuales que se contraponen al momento serio y la amenaza creciente. La culminación de este acercamiento llega en una escena con Jonas Ney como Walter Mehring, quien, alcoholizado, trata de pasar el tiempo cantando y bailando mientras espera a sus ayudantes. Los efectos de la screwball comedy son un elemento que separa a la serie de otros formatos que tratan con este capítulo de la historia. Es poible que la escena descrita de Mehring jamás haya ocurrido, pero ayuda a revivir un tiempo en el que la yuxtaposición de esperanza y desesperanza es difícil de imaginar.
Estos refugiados necesitan ayuda y nadie mueve un dedo. No necesito un mejor motivo.
Varian Fry en "Transatlantic"
La representación de la alianza entre los perseguidos políticos, judíos y luchadores negros de la resistencia juntos contra Hitler es una de los hilos narrativos más destacables que ha recibido poca atención mediática hasta ahora. Por el contrario, la representación de los personajes es, por momentos, problemática, pues pueden parecer estereotipada. Los televidentes jamás llegan a saber por qué Chagall fue un artista revolucionario o por qué Hannah Arendt y Walter Benjamin cambiaron para siempre los discursos sobre filosofía y teoría de la cultura. Benjamin es reducido a una caricatura de sí mismo: un hombre viejo, desaliñado que se comporta como un niño y que se ha rendido en la vida. No se explora lo suficiente a este personaje como para desarrollar una genuina empatía por su destino. En cambio, la historias de amor, en parte ficticias y en parte compuestas por fragmentos de realidad, tienen mucho espacio en la serie. La diversidad juega un papel importante y la serie, evidentemente, se esfuerza por representar diferentes perspectivas. Lamentablemente, ciertas escenas de amor lucen torpes, exageradas y desesperadas por generar un efecto. En general, hay momentos en los que parece que la serie intenta combinar diferentes géneros, quizás demasiados, lo cual puede crear una sensación de inconsistencia.
Netflix
Pocas veces se ha contado la historia de Varian Fry y del Comité de Rescate de Emergencia de manera tan vibrante, personal y accesible. Los riesgos necesarios para salvar vidas son palpables. Un pequeño grupo de personas se atrevió a manipular los procesos burocráticos, poniendo en riesgo sus trabajos y sus vidas, para ayudar a otros a escapar. Esto es particularmente rescatable dado que, en el tiempo de sus hazañas, el gobierno de su propio país no se había unido a la lucha contra los nazis.
La experiencia de ser apátrida y tener que huir del país propio es, lamentablemente, un tema muy real para muchas personas en nuestro tiempo. Esta relación con el presente y la exploración artística de una capítulo no contado de la Segunda Guerra Mundial merece atención.
Ambientado en Marsella en 1940, tras la caída de París, Transatlantic sirve como la historia de fondo para los Estados Unidos de la posguerra y como parábola de la lucha por su esencia. Los refugiadosque fueron restacados por el ERC son algunos de los artistas e intelectuales más grandes de Europa, como André Breton, Hannah Arendt, Marcel Duchamp, Max Ernst y Marc Chagall — suficiente "para vitalizar a un gran país", como algun vez dijo Victor Serge. Y así lo hicieron: Ellos contribuyeron a que Estados Unidos se volviera la capital cultural del mundo tras la Segunda Guerra Mundial. Todavía más destacables fueron los integrantes anónimos del ERC mismo, un puñado de personas, tanto estadounidenses como europeos, que forjó una ruta de escape a través de los Pirineos mientras navegaban un campo minado de policías, burocracia bizantina, inteligencía británica, diplomáticos norteamericanos y los inicios de la resistencia francesa.
Transatlantic, miniserie, 7 capítulos de 48 - 54 min. cada uno La serie es dirigida por Stéphanie Chuat, Véronique Reymond y Mia Meyer, con guion de Anna Winger y Daniel Hendler.
Productores ejecutivos: Camille McCurry y Anna Winger;
Protagonistas: Gillian Jacobs, Lucas Englander, Cory Michael Smith, Gregory Montel, Ralph Amoussou, Deleila Piasko, Amit Rahav y Corey Stoll.
Reparto: Moritz Bleibtreu, Alexander Fehling, Jonas Nay, Lolita Chammah, Jodhi May, Rafaela Nicolay y Henriette Confurius